Caplet, André (1878-1925).
Compositor y director de orquesta francés. Estudió en El Havre y, a partir de 1896, en el Conservatorio de París, donde fue discípulo de X. Leroux (armonía), Ch. Lenepveu (composición y fuga) y P. Vidal (acompañamiento). En 1901 ganó el primer Gran Premio de Roma con su cantata Myrrha. Fue timbalero en los Concerts Colonne y luego ayudante de Colonne, revelándose enseguida como un excelente director. En 1899 fue nombrado director de la música en el Odeón y fue director de la orquesta de la Ópera de Boston entre 1910 y 1914. Altamente estimado como director, Debussy le pidió que se ocupase del estreno de Martyre de Saint Sébastien (París, 1911), así como de completar la orquestación de la ópera. Caplet también hizo una versión orquestal de la suite El rincón de los niños de Debussy. En 1914 se alistó como voluntario y los gases afectaron a su salud. Durante el armisticio tuvo que renunciar a diversos cargos de director, debido tanto a su enfermedad como al deseo de ocuparse de su labor compositiva.
En sus comienzos, adoptó la vía impresionista. Amigo y colaborador de Debussy, demostró que seguía a la música de éste, sin convertirse en un mero imitador. En su producción vocal se incluyen varias canciones, como Les prières (1914-1917), Le croix douloureuse (escrita probablemente durante su estancia en el ejército en 1916), Cinq ballades françaises (1919) y varias partituras religiosas, como Misa para tres voces (1920) y Le miroir de Jésus (1923), considerada su obra maestra. En sus trabajos orquestales destacan Épiphanie (1923), para violonchelo y orquesta (o piano), y La masque de la mort rouge (1919), con arpa principal e inspirado en la obra de Edgar Allan Poe. En estas tres últimas obras demostró ser un innovador en el tratamiento del arpa, del violoncelo y los instrumentos de cuerda. Su actividad como director de orquesta de teatro le llevó a adquirir un conocimiento importante y nuevo de la voz humana, de la que sacó nuevas posibilidades sobre todo en Inscriptions champêtres (1914), Le pain quotidien (1920), quince vocalizaciones que introducen la técnica moderna del canto, y en Fables de la fontaine. Coplet fue uno de los primeros compositores que empleó las voces de una manera instrumental en la música de cámara, como en Septeto para tres voces femeninas y cuarteto de cuerda (1910) y Sonata para voz, violoncelo y piano.
Bibliografía
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HONEGGER, M., Diccionario de la Música. Madrid, Espasa Calpe, Segunda Edición. 1993.
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Historia de la Música Clásica. Madrid, Planeta. 1983.
