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PinturaBiografía

Barye, Antoine-Louis (1795-1875).

Escultor romántico francés que creó vigorosas y naturalistas esculturas de animales en bronce. Su talento y originalidad contribuyeron a convertir la vida salvaje en un tema aceptado dentro de la escultura.

Antoine-Louis Barye nació en París, Francia, en 1796. Hijo de un orfebre, Barye estudió arte con el escultor Bosio y el pintor Gros. En 1818, ingresó en la escuela de Bellas Artes de la Academia Francesa, la que era por entonces la escuela oficial de arte en Francia. Seis años más tarde, Barye dejó la Escuela, tras fracasar en su intento por conseguir el Premio de Roma, máximo galardón que concedía esta institución. Comenzó a trabajar para el orfebre Fauconnier, en cuyo taller modeló ornamentos en forma de animales. Fue entonces cuando comenzó a estudiar seriamente la anatomía de los animales realizando dibujos del natural en el zoo de París, el Jardin Des Plantes. Estos estudios le valieron, años más tarde, en 1854, el nombramiento de Maestro de Dibujo Zoológico, concedido por el Museo de Historia Natural.
Barye, con sus esculturas de animales de estilo dramático y realista, muy del gusto de los románticos, inició una ruptura con la escultura tradicional, en la que el hombre era considerado el único modelo digno de un estudio detallado, mientras que los animales se representaban sólo como seres idealizados. Durante la década de 1930, Barye presentó una serie de trabajos (como León aplastando una serpiente, fechado en 1832 y actualmente en el Museo del Louvre, París) a los Salones, exposiciones anuales convocadas por la Academia, en las que ser admitido era un requisito indispensable para cualquier artista profesional. Las obras que presentó a los Salones fueron muy bien recibidas por algunos sectores de la crítica, sin embargo los más estrictos defensores del arte académico lo atacaron con vehemencia. En 1837, sus esculturas fueron rechazadas por el jurado del Salón y no fue admitido de nuevo hasta 1850.
En los comienzos de su carrera, su más importante cliente fue el Duque de Orleans. A finales de la década de 1840, mientras Barye seguía sufriendo el rechazo del arte oficial, se ganó la vida vendiendo a la clase media francesa reproducciones, medianas y pequeñas, de sus grandes esculturas, que él mismo realizaba en su pequeña fundición. Tras la revolución de 1848, el movimiento romántico fue aceptado por las autoridades artísticas de Francia y Barye, por fin, se convirtió en miembro de derecho de la clase artística francesa. A partir de entonces, puestos oficiales y honores le acompañaron el resto de su vida.
Desde 1860, los coleccionistas americanos fueron los principales clientes de Barye, lo que ha propiciado que, hoy en día, su obra esté representada en más museos americanos que la de ningún otro escultor.
Su trabajo inspiró la escuela francesa de escultura de animales, que se desarrolló durante el siglo XIX, conocida como Les Animaliers. Esta escuela influyó, a su vez, sobre una posterior generación de escultores americanos y formó la base de una tradición de escultura de la vida salvaje que continúa viva en nuestros días.
Al igual que otros artistas románticos, Barye se interesó por los aspectos más feroces y dramáticos de la naturaleza. Las luchas entre animales salvajes fue su especialidad y a menudo representó a los grandes felinos. En esta línea se encuentra una de sus obras titulada Jaguar devorando a una liebre, fechada en 1850 y considerada una de sus obras maestras. En ella se combinan las distintas cualidades de este artista: la precisión anatómica en los detalles, dentro de una forma simple, llena de fuerza y belleza. También realizó algunos trabajos inspirados en la mitología clásica, como Teseo luchando contra el Minotauro, fechada entre 1846 y 1848 y que actualmente se encuentra en el Museo del Louvre (París).
Sus estudios científicos de animales, realizados con modelos vivos en el Zoo de París, coincidieron con un creciente interés por la historia natural por parte de científicos, escritores, artistas y, a menudo, del público general. Durante el siglo XIX, se fundaron gran número de zoos públicos y se realizaron y publicaron importantes estudios anatómicos, al tiempo que las teorías sobre la evolución de las especies recibieron un gran impulso.
Antoine-Louis Barye murió en París en 1875.

Autor

  • Beatriz Alegre.