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PolíticaBiografía

Barak, Ehud (1942-VVVV).

Político y militar israelí, líder laborista, nacido en 1942 en el kibutz de Mishmar Hasharon. Fue el militar más condecorado del Ejército israelí, al que dedicó treinta años de su vida, antes de que en las elecciones del 17 de mayo de 1999 consiguiera la mayoría y se convirtiera en el nuevo primer ministro del país.

Sirvió en los más diversos sectores del Ejército, desde la División de Carros de Combate hasta los departamentos de los Servicios Secretos. Participó directamente en la guerra del Yom Kippur (1973) en el frente del Sinaí y en las operaciones de ocupación del Líbano en 1982. En 1983 fue promovido a general. A continuación desempeñó cargos de relevancia en la burocracia del Ejército, que culminaron en 1991 con su designación como jefe del Estado Mayor, el puesto más alto de la cúpula militar.

Tuvo un importante papel en el proceso de paz que había iniciado Isaac Rabin y dirigió las tropas israelíes que, en mayo de 1994, se retiraron de Gaza y Jericó en cumplimiento de los Acuerdos de Oslo. Este compromiso con el proceso de paz le obligó a trasladarse a Wye (Estados Unidos) en 1994 y 1995, para formar parte de la delegación israelí en las conversaciones con los sirios, con los que se empezó a tratar la posible retirada de los Altos del Golán y el repliegue de la franja ocupada en el sur del Líbano. Estas negociaciones quedaron paralizadas tras el asesinato de Isaac Rabin en 1995.

Abandonó su carrera militar en 1995, entró en política como ministro del Interior en el Gobierno de Rabin y, a la muerte de éste, se convirtió en su heredero político e intelectual. Con Simón Peres fue ministro de exteriores.

En las elecciones de mayo de 1999 consiguió derrotar con comodidad a Benjamin Netanyahu, obtuvo un amplio respaldo popular con el 56% de los votos y fue proclamado primer ministro. Las promesas electorales que había defendido durante la dura campaña, recogían el deseo de abandonar definitivamente el Líbano antes de junio del año 2000, la reanudación del diálogo con Damasco y, sobre todo, la aplicación de los Acuerdos de Wye, firmados por Netanyahu con los palestinos en octubre de 1998. Para cumplir estas medidas, Barak puso algunas condiciones: una Jerusalén unificada bajo soberanía de Israel, la negativa a volver a las fronteras anteriores a la guerra de los Seis Días (1967), la no aceptación de un Ejército palestino al oeste del río Jordán y el respeto hacia algunos de los asentamientos en los que viven en la actualidad 160.000 colonos.

Barak cumplió con su promesa de ordenar la retirada de las tropas israelíes del sur del Líbano pero no pudo sacar adelante el proceso de paz con los palestinos y, durante su mandato, tuvo que hacer frente a un rebrote de la Intifada que se cobró más de 350 víctimas. El partido conservador Likud ejerció una severa oposición contra el gobierno laborista y algunos de los ministros y diputados de la coalición gobernante abandonaron a Barak en protesta por los acuerdos parciales pactados en Camp David con Arafat.

El primer ministro quedó en minoría parlamentaria desde el verano del año 2000 y, finalmente, el 28 de noviembre los diputados votaron mayoritariamente a favor de las propuestas del Likud para disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas. Para bloquear la disolución de la Cámara, Barak presentó su dimisión el 9 de diciembre y con ello obligaba a celebrar elecciones en 60 días al cargo de primer ministro, pero no al Parlamento. Además, el líder laborista conseguía frenar las pretensiones de Benjamín Netanyahu que, aunque se mostraba dispuesto a acceder nuevamente a la jefatura del gobierno, no podía presentar su candidatura al carecer de la condición de diputado, exigida por la ley, desde que en mayo de 1999 presentara su dimisión como diputado y jefe del Likud. El líder conservador, favorito en todas las encuestas, mantuvo sin embargo su candidatura y solicitó al Parlamento la eliminación del requisito de poseer acta de diputado para aspirar al cargo de primer ministro. La Cámara aprobó el 13 de diciembre una ley especial que permitía a Netanyahu presentar su candidatura a la elección de primer ministro pero no aceptó disolver el Parlamento y convocar comicios generales como pretendía el líder del Likud, que amenazó con retirar su candidatura. Finalmente, Netanyahu anunció que respaldaría la opción del candidato oficial de su partido Ariel Sharon.

Enfrentado a sus ministros y al parlamento y abandonado por sus propios aliados en el partido laborista, Barak realizó un último intento de avanzar en el proceso de paz durante la campaña electoral. El presidente norteamericano Bill Clinton, que también contaba hacia atrás sus días en la Casa Blanca, presentó a las partes enfrentadas un nuevo plan de paz que finalmente no fue aceptado. Delegaciones árabe-israelíes retomaron las negociaciones en Taba (Egipto), en enero de 2001 y, aunque manifestaron su voluntad de acercar posiciones, decidieron paralizar el diálogo hasta después del proceso electoral en Israel.

Sólo en sus círculos políticos, castigado por el electorado árabe de Israel en respuesta a la represión de la Intifada y sin ases en la manga para revalidar su mandato, Barak llegó a la jornada electoral del 6 de febrero de 2001 con escasas posibilidades de éxito. El militar más prestigioso del país, que apenas veinte meses antes había despertado las ilusiones de su pueblo, concentraba ahora todos las frustraciones del electorado. Las previsiones se cumplieron y sufrió una abrumadora derrota frente a su oponente y líder del Likud, Ariel Sharon.

Tras conocer los resultado adversos, Barak anunció su retirada de la dirección del partido laborista y la renuncia a su escaño parlamentario. El líder laborista no cumplió, sin embargo, este manifiesto de abandono de la vida pública y aceptó ocupar la cartera de Defensa en el proyecto de gobierno de unidad nacional propuesto por Sharon. El pacto del primer ministro saliente con el líder del Likud desató una grave crisis en las filas del laborismo, donde sectores pacifistas y del ala izquierda del partido, liderados por algunos ministros del propio gabinete de Barak, como Yossi Beilin, Shlomo Ben Ami y Haim Ramon, amenazaron con abandonar las filas de su formación política. La rebelión en el seno del laborismo que amenazaba claramente con provocar una escisión obligó a Barak a reconsiderar sus posiciones. Finalmente, el 20 de febrero de 2001 anunció, por segunda vez en quince días, su retirada temporal de la vida política y su renuncia a la cartera ministerial que le había ofrecido Sharon en el gobierno de unidad. Pero su retirada no impidió que un sector del laborismo, liderado por el ministro de Cooperación Regional, Simón Peres, insistiera en la necesidad de integrarse en el proyecto político del nuevo primer ministro, el conservador Ariel Sharon. En una asamblea tumultuosa celebrada el 26 de febrero, el Comité Central del partido aprobó la colaboración del laborismo en el gobierno unitario del líder del Likud. No obstante, la apuesta de integración en el Ejecutivo de unidad fracasó y en octubre de 2002 los ministros laboristas abandonaron en bloque el Gobierno, circunstancia que obligó a Sharon a adelantar la convocatoria de elecciones.

Autor

  • Sánchez ; 0011 (a.ISC).