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Ocio y entretenimientoBiografía

Báez Spínola, Miguel, "Litri" (1968-VVVV).

Matador de toros español, nacido en Madrid el 8 de septiembre de 1968. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre de "Litri", apodo que heredó de su abuelo, el valiente coletudo onubense Miguel Báez Quintero. Además, en la célebre dinastía torera a la que pertenece han destacado otros toreros como su bisabuelo Miguel Báez ("El Mequi"), su tío Manuel Báez, y su padre Miguel Báez y Espuny.

Como le ocurriera a su padre, Miguel Báez Spínola no sólo recibió de sus señalados antecedentes taurinos un legado cultural que le llevó a decantarse por el oficio de torero desde muy temprana edad, sino que también hizo gala, desde los primeros mantazos que dio a un becerro, de ese valor seco e impasible, característico de toda su dinastía. Desde la campaña de 1985 comenzó a participar en festejos menores (todavía sin el concurso de los varilargueros), acompañado del joven Rafael Camino Sanz, con quien quedó emparejado en una provechosa rivalidad que fue muy reiterada en los carteles de todas las ferias durante la andadura novilleril de ambos jóvenes. Su primer éxito de cierta difusión fue el que alcanzara el día 1 de mayo de 1985, cuando, en la localidad pacense de Zafra, cortó la oreja del primero toro de su lote, perteneciente a la vacada de Antonio Muñoz. Se había anunciado aquella tarde en los carteles en compañía de Francisco Heredia y del susodicho Rafael Camino.

La sana rivalidad que protagonizó esta joven pareja de novilleros pujantes y decididos (más celebrados, desde luego, antes de haber tomado la alternativa que después de haberse doctorado) reclamó la atención de un gran número de aficionados al Arte de Cúchares; ello se tradujo en los cincuenta y tres contratos que firmó Miguel Báez Spínola en el transcurso de la temporada de 1986, y en el éxito arrollador con que pisó las arenas de casi todos los ruedos españoles durante la campaña siguiente.

En efecto, el día 27 de marzo de 1987, en el ruedo de Castellón de la Plana, compartió cartel con Fernando Lozano y con su todavía inseparable Rafael Camino, para acabar saliendo a hombros tras haber cortado una oreja de cada uno de sus dos enemigos, marcados con el hierro de don Bernardino Piris. Asimismo, anduvo valiente y afortunado en Madrid el día 8 de junio de aquel mismo año, fecha en la que obtuvo un apéndice auricular del segundo novillo que despenó. Así las cosas, decidió tomar la alternativa a finales de aquella campaña, no sin antes despedirse como novillero de la severa afición madrileña, de nuevo acompañado -esta vez en un esperado mano a mano- por el madrileño Rafael Camino, para dar lidia y muerte entre ambos a un encierro de los herederos de don Felipe Bartolomé. Tuvo escasa fortuna el joven "Litri" aquella tarde, en la que quedó patente el disgusto que en la severa plaza de Madrid causa ese estilo populista, atropellado e innecesariamente temerario que, a la sazón, constituía el repertorio de Miguel Báez Spínola. Corría entonces el día 25 de septiembre de 1987, víspera de la fecha prevista para que el nuevo "Litri" ascendiera al escalafón de los matadores de toros.

La no menos esperada alternativa tuvo lugar en las arenas francesas de Nimes, el día 26 de septiembre de 1987. Aquella tarde, el veterano Miguel Báez y Espuny -retirado desde hacía casi treinta años- volvió a enfundarse un terno de luces para apadrinar el doctorado de su sucesor en la prolija dinastía de los "Litri". El joven Miguel Báez Spínola dio lidia y muerte a estoque a un toro llamado Albariza, que pertenecía a la ganadería de Jandilla. Fueron testigos del evento el también anecdóticamente reaparecido Francisco Camino Sánchez ("Paco Camino"), y su hijo Rafael Camino Sanz, cuya condición de toricantano en aquel mismo cartel había motivado el retorno y el padrinazgo de su padre.

Para confirmar en tierras hispanoamericanas este título de doctor en tauromaquia, Miguel Baéz y Rafael Caminohicieron el paseíllo en el coso instalado en el Palacio de los Deportes (Ciudad de México) el día 10 de diciembre de 1987. Fue padrino de ambos el diestro azteca Francisco Rivera Agüero ("Curro Rivera"), quien les cedió sendos toros procedentes de las dehesas mejicanas de Santiago.

El 16 de mayo de 1991, en las arenas de la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid), recibió la confirmación definitiva de dicho doctorado, esta vez bajo el padrinazgo del coletudo alicantino José María Dols Abellán ("José Mari Manzanares"). El espada cartagenero José Ortega Cano, que hacía las veces de testigo, contempló cómo MIguel Báez Spínola ("Litri") confirmaba su condición de matador de toros dando lidia y muerte a estoque a un astado que atendía al nombre de Bauticito, perteneciente a la ganadería de don Juan Andrés Garzón, negro de capa y de seiscientos cincuenta kilos de peso. A partir de entonces, el último de los "Litri" pareció decantarse definitivamente por un toreo valentón, esforzado y populista, que si bien era más honrado que el de otras figuras contemporáneas, carecía del arte y la pureza que siempre han exigido los aficionados cabales. Sin embargo, sus actuaciones gustaban mucho, sobre todo entre un público provinciano que, mal aleccionado por la voracidad crematística de algunos medios de comunicación, aplaudía cualquier cosa sin reparar en la escasa calidad del toreo que se le ofrecía. Aupado por la benevolencia de estos "admiradores-de-figuras-que-salen-por-televisión", Miguel Báez Spínola acabó no pocas campañas situado en los primeros puestos del escalafón (como, verbigracia, la de 1994, en la que cumplió ciento catorce ajustes), aunque sin cosechar grandes éxitos en plazas de primera. No obstante, en los últimos años parece haber entendido que tiene más valor el discreto aplauso de los entendidos que la ruidosa admiración de quienes van a los toros "a pasar el rato", lo que le ha llevado a depurar su estilo enormemente, y a prescindir de sus efectos populistas más burdos y groseros.

Autor

  • JR.