Antonio de Portugal, prior de Crato (1531-1595).
Hijo ilegítimo del infante Luis de Portugal y de Violante Gómez, judía conversa. Estudió en Coimbra y entró en la Orden de San Juan, donde alcanzó el Priorato de Crato. Tomó parte en la expedición real a Marruecos (1578). La severísima derrota infligida por el sultán Abd al-Malik a las fuerzas luso-castellanas (1578) supuso no sólo la muerte del monarca portugués, Sebastián I, sino, además, la desaparición o captura de muy numerosos nobles y prelados. Entre los cautivos estaba Antonio, que fue conducido a Tánger, pero consiguió escapar (noviembre de 1579).
A la muerte de Enrique (1580) fue proclamado rey en Santarem. Reunió fuerzas para oponerse a la inminente invasión; ésta se produjo el 27 de junio, y su suerte se decidió con la victoria filipina en torno al puente de Alcántara (1580). Abandonó Lisboa en dirección a Coimbra. Felipe II puso precio a su cabeza y tras seis meses como fugitivo por el norte de Portugal, pudo embarcar en un barco flamenco y huir a Francia (1581). Encontró el apoyo de Catalina de Médicis y pudo comenzar una acción de apoyo a la resistencia de las Azores, donde sólo la isla de San Miguel había reconocido a Felipe II como rey. Junto a sus más fieles partidarios, embarcó en la flota francesa que, con Filippo Strozzi al mando, había de sostener a los isleños alzados. La batalla naval entablada frente a San Miguel se saldó con la total victoria de los hispanos, a las órdenes de Álvaro de Bazán (1582). Buscó nuevos apoyos en Inglaterra. Se unió a la escuadra que en 1589, dirigida por Drake y Norris, atacó los puertos de La Coruña y Lisboa. Finalmente buscó asilo en París donde permaneció hasta su fallecimiento.