Alejo, San (ca. 350-?).
Santo italiano nacido en Roma hacia el año 350 d.C. y muerto en fecha desconocida.
Miembro de una noble y rica familia, sus padres fueron el senador Eufemiano y la matrona Aglais. Por consejo materno contrajo matrimonio, pero en la noche de bodas sintió la llamada de la castidad, así que, tras decírselo a su joven esposa, regaló su dinero a los pobres y se embarcó en el primer navío que salía del puerto, en dirección a Edesa. Durante varios años vivió allí practicando la mendicidad, mientras la gente le daba fama de santidad. Pasado algún tiempo, volvió a Roma; se presentó en la casa de sus padres, quienes no le reconocieron, pues las muchas privaciones sufridas le habían desfigurado. Pidió, en nombre de Cristo, que le permitieran vivir en algún lugar del palacio, consagrado a la oración, lo cual le fue concedido, así que se instaló debajo de la escalera, como un mendigo; por las noches dormía en el suelo y durante el día soportaba las burlas de los criados y sus desprecios. La leyenda cuenta que un día estaba Eufemiano oyendo una misa que decía el papa Inocencio I, cuando a través de una revelación divina supo que Alejo había muerto. Su identidad se supo gracias a un pergamino que tenía en la mano.
Se le invoca contra los falsos juramentos, puesto que él mismo supo defender sus ideas hasta la muerte. Su fiesta se celebra el 17 de julio.
