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HistoriaPolíticaBiografía

Alejandro I Paulowitch, Zar de Rusia (1777-1825).

Zar de Rusia de la dinastía Romanov, nacido en San Petersburgo el 23 de diciembre de 1777 y muerto en Taganrog (Rusia) el 1 de diciembre de 1825. Aleksandr Pawlowitsch (su nombre en ruso) era hijo del zar Pablo I y de Sofía Dorotea de Württemberg; tuvo como hermanos a Constantino, al también zar Nicolás I, a Miguel y a seis hermanas más.

Síntesis biográfica

Nieto de Catalina II la Grande, accedió al trono en 1801, tras el asesinato por unos nobles de su padre Pablo I. Sus primeros años de gobierno se caracterizaron por su liberalismo, aunque su política tuvo pocos efectos prácticos. El inicio de la guerra contra Napoleón en 1804 truncó futuras reformas. La primera fase de las hostilidades contra Francia fue un rotundo fracaso para Alejandro I, siendo derrotado en Austerlitz (1805) y Friedland (1807). De este modo, se vio forzado a aliarse con Napoleón tras la paz de Tilsit. Esta amistad no gustó a su pueblo, por lo que progresivamente fue disminuyendo el apoyo prestado a los franceses, declarándose neutral a finales de 1810. Cedió mucho territorio cuando Napoleón invadió Rusia en 1812, pero la pérdida de Moscú en septiembre fue su revulsivo y el de toda la nación rusa. Persiguió a través de toda Europa a las tropas francesas en retirada, las venció en Leipzig y entró en París en 1814. En el Congreso de Viena, que debía reorganizar Europa, propuso la formación de una gran coalición de estados, firmándose en 1815 (tras la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo) el tratado de la Santa Alianza. Alejandro I, que poco a poco derivó a posturas más autoritarias, daría a aquella un tono claramente absolutista.

La juventud de Alejandro

Bien parecido (alto, rubio de ojos azules), de aire bondadoso e inteligente, su abuela la zarina Catalina II se interesó pronto por él, educándole (su tutor fue Federico La Harpe, suizo de ideas republicanas) y haciendo lo posible para apartarle de su padre (el propio hijo de Catalina) Pablo, al que odiaba. Así, en 1796, ella llegó a pensar en él como su heredero, lo cual habría significado apartar de la sucesión a Pablo (la Ley de Sucesión de Pedro I el Grande de 1722 le daba derecho a hacerlo). Catalina llegó a comunicar sus deseos a Alejandro, pero antes de que pudiera darle carácter legal, murió casi repentinamente el 7 de noviembre de ese año.

Alejandro tendría que esperar aún cinco años hasta ser coronado zar; entre tanto, gobernaría su padre Pablo I. Tres años antes había casado con la hermosa Luisa Isabel de Baden (hija del margrave Carlos Luis de Baden), con la que tendría sólo dos niñas, María e Isabel, que morirían pronto. Como antes Catalina a Pablo, éste no trató bien a Alejandro (aunque sí abolió el Acta de Sucesión de 1722, sustituida por el mayor hijo vivo), apartándole de sus amigos y dándole rango militar de simple soldado. Del mismo modo, su madre Sofía Dorotea humillaba a la esposa de Alejandro, que por otra parte fue uno de sus mayores apoyos mientras duró esta difícil situación.

Al fin, las locuras de Pablo I movieron a algunos nobles a proponer a Alejandro que se hiciese cargo del trono. Alejandro no tardó en aceptar, reclutando muchos seguidores en la Guardia Semenovski, que le era fiel. Asimismo, el pueblo también le tenía simpatía. El 23 de marzo de 1801 varios de los conspiradores se introdujeron en el dormitorio de Pablo I, en el Palacio de San Miguel (San Petersburgo) y le asesinaron. Parece que, cuando Alejandro se enteró de la muerte de su padre, se entristeció, tuvo remordimientos y llegó a pensar en renunciar a sus derechos al trono. Al pueblo se le dijo que Pablo había muerto de apoplejía, pero como había ocurrido ya con el abuelo de Alejandro, Pedro III, nadie lo creyó. De cualquier forma, Alejandro I sería coronado a finales de año.

Alejandro I, el vencedor de Napoleón: la Santa Alianza

Como soberano, al contrario que los demás Romanov, tuvo una corte muy austera; las fiestas, si no desaparecieron, sí fueron mucho menos frecuentes, y en ellas trataba con cercanía a sus invitados. Curiosamente, esta sencillez pareció a sus súbditos falta de autoridad, y su popularidad disminuyó. Tuvo en estos primeros años una amante polaca, María Narishkina, con la que tendría dos hijos, pero siempre sin falta de consideración hacia su esposa. En los asuntos de Estado fue inicialmente poco decidido, aunque quería mejorar sinceramente la situación del país, especialmente la de las clases más desfavorecidas. Se reunía periódicamente con varios de sus amigos, pero sus propuestas fueron meramente teóricas hasta que el zar encargó a Miguel Speranski un proyecto que las llevase a la práctica; el proyecto se elaboró, pero las circunstancias políticas impedirían su ejecución. Sólo se hizo realidad un Consejo de Estado de carácter consultivo, un Código Civil (1812) y pequeñas mejoras como la creación de escuelas parroquiales.

Poco más pudo hacerse por la creciente amenaza que suponía Napoleón Bonaparte. Los primeros años de su reinado, Alejandro I había buscado la paz con las potencias occidentales, dedicándose a la conquista del Cáucaso (Georgia fue incorporada en 1801 y luego casi toda la región tras una guerra contra Persia entre 1804 y 1813). En 1804 Alejandro I rompió las relaciones con Francia por un asunto diplomático y, durante 1805, estableció alianzas con otras potencias enemigas de Napoleón, Austria y Gran Bretaña (Tercera Coalición). Iniciadas las hostilidades por los franceses, los rusos fueron derrotados duramente junto con los austriacos en la batalla de Austerlitz (2 de diciembre de 1805); el propio zar, que se había puesto al frente de sus tropas apartando del mando supremo al eficiente general Mijail Kutuzov, tuvo que huir para no ser muerto. Se presentó la derrota como una traición austriaca, y Alejandro I fue aclamado por la multitud a su regreso a San Petersburgo. Cuando el 14 de junio de 1807 las tropas rusas, combatiendo ahora junto a las prusianas (Cuarta Coalición, también con Suecia y Gran Bretaña, pero sin Austria), volvieron a ser vencidas en la batalla de Friedland, Alejandro I solicitó a los franceses la paz, firmada finalmente en Tilsit, Prusia (hoy en Rusia, a orillas del río Niemen) el 7 de julio. Según la misma, el zar se comprometía a participar en el bloqueo continental contra Gran Bretaña.

Durante los años que duró esta alianza Alejandro I fue muy impopular, pues el pueblo ruso odiaba a Napoleón. Aguantó la presión hasta diciembre de 1810, fecha en que dejó de ayudar al emperador francés sin todavía romper el tratado de amistad que les unía. Secretamente mantenía negociaciones con Austria, Prusia y Polonia. En junio de 1812 Napoleón invadió Rusia. Alejandro, como en Austerlitz, se mostró incapaz de dirigir con acierto las operaciones militares, y tras la pérdida de territorios enormes tuvo que delegar el mando en Kutuzov, muy popular. Hasta que la reacción rusa se hizo eficaz, el zar se dedicó a prácticas religiosas que hasta entonces habían sido poco frecuentes en él. Al poco de finalizar la sangrienta batalla de Borodino (6 de septiembre), de incierto resultado, Moscú fue incendiada y abandonada a los franceses, en el que fue el peor momento para Alejandro. A partir de entonces se mostró decidido: declinó la firma de un tratado de paz que le propuso Napoleón y encabezó la voluntad nacional de resistir a ultranza al invasor. Falto de abastecimientos, el ejército francés tendría que retirarse, siendo perseguido en condiciones ventajosas por los rusos.

El zar persiguió a su enemigo por toda Europa, al que venció en la batalla de Leipzig (16 de octubre) liberando Prusia, y luego continuó hasta la propia Francia. Napoleón abdicó el 6 de abril de 1814 y Alejandro I entró victorioso en París junto con sus aliados, impresionando a los asistentes. En el posterior Congreso de Viena (convocado en septiembre de ese año), propuso en parte por motivos religiosos la formación de una coalición de naciones que evitase en lo posible nuevas guerras. Las negociaciones tuvieron poco fruto, e incluso Austria, Gran Bretaña y Prusia firmaron un tratado secreto excluyendo a Rusia; sin embargo, en marzo de 1815 Napoleón abandonó su exilio y recuperó el gobierno de Francia. Para Alejandro, la derrota definitiva de Bonaparte era prioritaria, y esto salvó la alianza; tras la definitiva batalla de Waterloo (18 de junio de 1815), se firmó en Viena el Tratado de la Santa Alianza (Gran Bretaña no lo hizo). En la práctica, Alejandro la usaría para reforzar el autoritarismo, justificando el derecho de intervenir en países en que una revolución cambiase el estado de cosas existente.

El reformismo dubitativo de Alejandro I

Durante los años siguientes uno de sus principales colaboradores fue Alexei Arakcheiev, despreciado por todos menos por él. Una ley que Alejandro aprobó por sugerencia suya, la de que los soldados también cultivasen la tierra, fue un completo desastre. La corrupción comenzaba a generalizarse, y medidas positivas suyas como la prohibición de la venta de siervos eran sistemáticamente desobedecidas. Otras que tomó rebajaron el grado de libertad, empujando a muchos de sus antiguos oficiales a formar sociedades secretas que conspiraban contra él. En esta situación, Alejandro pensó en abdicar y retirarse a una vida de meditación. Su hermano, Constantino, era de carácter extravagante y estaba casado en segundas nupcias con una plebeya, por lo que comunicó al siguiente, Nicolás, sus deseos de que fuera él su sucesor, pero no lo hizo público, creando considerable tensión en sus hermanos. Al fin, todo se solucionó con una declaración escrita de Constantino por la cual renunciaba formalmente al trono, que a pesar de todo se mantuvo en secreto. Alejandro I no abdicó, y los últimos años de su vida fueron de desencanto, abandonados sus ideales de servicio al pueblo. El poeta Alejandro Pushkin criticó fuertemente al zar en varias ocasiones, que acabó desterrándolo al sur del país. En 1825 viajó a Taganrog, a orillas del mar de Azov, acompañando a su esposa, enferma; su esposa sanó, pero él a su vez enfermó y murió, con sólo 48 años. Hubo numerosos rumores, indemostrables, de que en realidad se había retirado a un monasterio a terminar sus días meditando.

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Enlaces en Internet

http://www.bautz.de/bbkl/a/alexander_pawlowitsch.shtml ; Página con información biográfica de Alejandro I (en alemán).
http://marchif.crosswinds.net/texte/21/21368.html ; Página con datos genealógicos de Alejandro I (en francés).
http://members.surfeu.fi/thaapanen ; Página con información sobre los Romanov (en inglés).
http://www.moscowkremlin.ru/romanovs.html ; Página con diversa información e imágenes sobre los Romanov (en ruso).

Autor

  • Bernardo Gómez Álvarez