Aksel Schiotz (1906-1975). El tenor danés que dejó una huella imborrable en la música clásica
Aksel Schiotz fue un tenor danés cuya voz argentina y elegante estilo lo posicionaron como una de las grandes figuras del canto en la primera mitad del siglo XX. Nacido en Roskilde el 1 de septiembre de 1906, su legado ha perdurado a través de sus destacadas grabaciones y su interpretación de piezas clásicas, especialmente las composiciones danesas de Nielsen. Su carrera, que se extendió por más de tres décadas, estuvo marcada por momentos cruciales que definieron su trayectoria artística, y su influencia sigue viva en la música clásica y la ópera de hoy.
Orígenes y contexto histórico
Aksel Schiotz nació en una época de agitación para Europa, marcada por la inestabilidad política y social. Si bien muchos cantantes de renombre comenzaban su carrera en la adolescencia o en la juventud temprana, Schiotz se unió al mundo de la ópera de una manera tardía, después de haber dedicado años a estudiar y enseñar lenguas. Esta faceta intelectual de su vida le proporcionó una perspectiva única sobre la música, lo que enriqueció su interpretación y le dio una visión más profunda del arte vocal.
A pesar de no haberse formado como cantante desde joven, su amor por la música lo llevó a formar parte de la coral universitaria de Copenhague. Durante este tiempo, su potencial vocal comenzó a destacarse, lo que le permitió ingresar en el conservatorio de Copenhague, donde recibió formación bajo la tutela de algunos de los mejores maestros de la época. Entre ellos se incluyen Mogens Wöldike, director de la Coral Palestrina, así como los maestros Zacharian y Linke. Esta formación le permitió consolidar su técnica y acercarse al mundo de la ópera con una base sólida.
Logros y contribuciones
La carrera de Aksel Schiotz despegó a finales de la década de 1940, cuando sus grabaciones con la EMI lo hicieron conocido a nivel internacional. Su impresionante técnica vocal y su capacidad para transmitir emociones a través de su canto lo convirtieron en uno de los tenores más admirados de su tiempo. Schiotz realizó más de un centenar de grabaciones, una cifra notable que incluye una amplia variedad de piezas de distintos compositores. De manera particular, se destacó en la interpretación de obras de Nielsen, cuya música danesa fue una de sus especialidades.
En 1936, Schiotz comenzó a ganarse la atención del público danés al ser contratado para participar en funciones radiales. Este periodo coincidió con la ocupación alemana de Dinamarca, un momento crucial en la historia del país. Durante esos años difíciles, Schiotz se convirtió en un símbolo del espíritu nacional danés, ofreciendo programas de canciones típicas danesas que fortalecieron el ánimo de su gente.
Un momento clave de su carrera fue su actuación en la Exposición Universal de 1939, que tuvo lugar en Nueva York. Allí, Schiotz tuvo su primera actuación en los Estados Unidos, lo que le permitió afianzar su reconocimiento en el escenario internacional. Su relación con los Estados Unidos también se consolidó más adelante cuando su salud comenzó a declinar, lo que lo llevó a residir en el país para dedicar más tiempo a la enseñanza.
Uno de sus grandes logros fue su interpretación de obras del repertorio romántico alemán, destacándose en composiciones como el Lieder de Schubert, especialmente en «La bella molinera», junto al pianista Gerald Moore. Esta obra se convirtió en una de sus interpretaciones más admiradas, y su versión del ciclo de canciones se sigue considerando como un modelo de referencia.
Momentos clave de su carrera:
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1936-1938: Participación en funciones radiales en Dinamarca.
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1939: Primera actuación en Estados Unidos durante la Exposición Universal de Nueva York.
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1945: Gran éxito con el Lieder de Schubert, especialmente «La bella molinera».
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1969: Publicación de su obra «El cantante y su arte», una reflexión sobre su carrera y el arte del canto.
Relevancia actual
La relevancia de Aksel Schiotz no solo se encuentra en su legado como intérprete, sino también en su impacto como pedagogo. Tras sufrir un tumor cerebral que afectó gravemente su capacidad para cantar, Schiotz se retiró del escenario activo y se dedicó a la enseñanza del canto en Norteamérica. A pesar de su enfermedad, su capacidad para transmitir su conocimiento y amor por la música a nuevas generaciones de cantantes lo consolidó como una figura clave en la formación de nuevos talentos vocales.
Su obra «El cantante y su arte» publicada en 1969 sigue siendo una referencia valiosa para los cantantes y profesores de canto, pues ofrece un enfoque detallado sobre las técnicas vocales y la importancia del dominio de la voz. La riqueza de sus enseñanzas, junto con su legado de grabaciones, sigue inspirando a los músicos de todo el mundo.
Hoy en día, Aksel Schiotz es recordado como uno de los grandes tenores de su generación, y su contribución a la música clásica y la ópera continúa siendo celebrada. Su estilo único, basado en la elegancia y la profundidad emocional, ha dejado una marca imborrable en la historia del canto, y su influencia sigue viva en los repertorios más exigentes.
A lo largo de su carrera, Schiotz no solo contribuyó a la música con sus interpretaciones, sino que también se convirtió en un puente entre la tradición vocal danesa y la música internacional, aportando su propio estilo a ambos mundos.
MCN Biografías, 2025. "Aksel Schiotz (1906-1975). El tenor danés que dejó una huella imborrable en la música clásica". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/schiotz-aksel [consulta: 17 de julio de 2025].