Mijares, Augusto (1897-1979).


Ensayista, pedagogo, pensador, biógrafo y diplomático venezolano, nacido en 1897 y muerto en 1979. Inclinado desde muy joven al ámbito de la educación, ejerció la docencia en el Instituto Pedagógico de Caracas, y fue fundador de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela. Los méritos acreditados en estos cargos, reforzados por sus numerosas publicaciones relativas a dicha materia, propiciaron que fuera llamado a desempeñar importantes funciones dentro del Ministerio de Educación, de cuya cartera acabó siendo titular. Posteriormente ocupó destacados cargos diplomáticos, como el de embajador de Venezuela cerca de Madrid.

Fue autor de una rigurosa y extensa obra ensayística, en la que abordó cinco aspectos fundamentales:

a) El género biográfico, en el que destacó sobre todo por su tratamiento de la figura de Simón Bolívar, plasmado en el volumen El Libertador (1964).

b) Su ideario pedagógico, diseminado por todos sus escritos, pero concretado fundamentalmente en la obra titulada Educación (1943).

c) Su interpretación de la idiosincrasia, de la que dejó una espléndida radiografía en Lo afirmativo venezolano (1963)

d) La política de su nación, con análisis rigurosos y propuestas lúcidas que hallaron su mejor formulación en el volumen titulado La interpretación pesimista de la sociología hispanoamericana (1938), obra que reapareció, revisada y ampliada, en 1952.

e) Su acercamiento al pensamiento hispanoamericano contemporáneo, manifiesto en Luz y espejo (1955), Longitud y latitud (1971) y Hombre e ideas en América (1940).

En general, en cualquiera de sus cinco enfoques temáticos fundamentales, la obra de Augusto Mijares está atravesada por una corriente de optimismo que refleja claramente su firme creencia en las posibilidades del desarrollo de su patria. Al respecto, tal vez su libro más significativo sea La interpretación pesimista de la sociología hispanoamericana, en donde defiende su convencimiento de que la democracia es la mejor vía para alcanzar dicho desarrollo, desestimando tajantemente las opiniones de quienes sostienen la necesidad de contar siempre con la tutela de un férreo régimen autoritario (o teoría del gendarme necesario). En este sentido, Augusto Mijares antepone la importancia de la educación por encima de cualquier otra reforma, y utiliza las figuras de personajes emblemáticos (como el susodicho Simón Bolívar, o el militar y marino Francisco de Miranda) para sustentar sus tesis.