Johnson, Ben (1961-VVVV)
Atleta canadiense de origen jamaicano, nacido en Falmouth (Jamaica) el 30 de diciembre de 1961. De nombre Johnson Benjamin Sinclair, fue campeón del mundo de los 100 metros lisos en Roma ’87 y recordman mundial en la misma distancia. Corredor dotado de un físico portentoso, su fama se debe tanto a las hazañas deportivas como a haber protagonizado el triste episodio de dopaje durante los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, hecho que invalidó su medalla de oro y récord de 9,79 segundos sobre la distancia reina de la velocidad.
Johnson llegó a Toronto (Canadá) en 1976, junto a su numerosa familia de diez miembros, y comenzó a entrenar a las órdenes de Charles Francis, un ex campeón de Canadá de los 100 metros. En 1979 registró un tiempo de 10,66 segundos, récord nacional juvenil, y ese mismo año adquirió la nacionalidad canadiense; los buenos resultados le valieron ser seleccionado para participar en sus primeros Juegos Olímpicos en Moscú, cita a la que finalmente no acudió debido al boicot occidental. En los Juegos Panamericanos Juveniles de 1980 coincidió por primera vez con el gran Carl Lewis, su rival en futuras competiciones, que ganó una carrera en la que Johnson sólo pudo ser sexto. Subcampeón nacional a los 19 años con un tiempo de 10,38, en 1981 fue seleccionado para integrar el equipo de relevos de 4 x 100 metros que tomó parte en la Copa del Mundo y en 1982 se enfrentó de nuevo a Carl Lewis en Colonia (República Federal Alemana), de nuevo con el estadounidense por delante, aunque en esta ocasión con Johnson a sólo siete centésimas. En los Campeonatos del Mundo de 1983 una lesión de rodilla le impidió rendir al máximo nivel y sólo pudo finalizar sexto, con un tiempo de 10,44 segundos, y en los Juegos Olímpicos de Los Angeles ’84 llegó su primer gran éxito al conquistar la medalla de bronce con una marca de 10,22, en una carrera ganada por Carl Lewis con 9,99. En la Copa del Mundo de 1985 se benefició de la ausencia de Lewis para hacerse con el oro con una gran marca de 10,00 segundos, por delante del norteamericano Baptiste, y el 21 de agosto de 1985 derrotó por primera vez a su gran rival en el encuentro de Zúrich. En 1986 bajó por primera vez de los diez segundos (9,98 segundos en los Campeonatos de Canadá), además de batir a Lewis en Moscú gracias a un fenomenal tiempo de 9,95, en ese momento mejor registro en baja altitud de la historia. Asimismo, hizo gala de su velocidad punta batiendo el récord mundial de los 60 metros con 6,41 segundos (marzo de 1987), y volvió a derrotar a Carl Lewis en Sevilla, con un tiempo de 9,7 segundos, según cronometraje manual. Su consagración definitiva entre los grandes de la velocidad llegó en el Campeonato del Mundo de Roma en 1987, donde además de hacerse con el oro por delante de Lewis rebajó el récord de la distancia hasta unos increíbles 9,83 segundos, una marca que le situaba a la altura de los grandes mitos del atletismo de todos los tiempos, pero que, como el resto de sus récords, fue anulada tras la suspensión definitiva.
En los Juegos Olímpicos de Seúl volvió a asombrar al mundo con un registro de 9,79, primera vez que un hombre corría por debajo de 9,80 segundos, por delante de Lewis, que marcó 9,92; no obstante, los análisis antidroga practicados después de la carrera revelaron que Johnson había consumido sustancias prohibidas, concretamente testosterona sintética, para favorecer la formación de masa muscular y la circulación sanguínea. El 27 de septiembre la Comisión Médica del Comité Olímpico Internacional (COI) comunicó la noticia, con la consecuente anulación de su tiempo en la final y de la medalla de oro, a lo que se añadió una suspensión deportiva de dos años.
La resonancia del positivo de Johnson en el control antidopaje alcanzó cotas hasta entonces no conocidas en el mundo del deporte, y marcó un hito a partir del cual las autoridades deportivas volcaron todos sus esfuerzos en evitar y detectar el dopaje de los atletas, considerado un cáncer para el deporte y la limpieza de la competición. Por su parte, Johnson, después de reconocer su responsabilidad en los hechos, permaneció los dos años de suspensión inactivo, y regresó a la competición en enero de 1991 en una carrera disputada sobre 50 metros en Hamilton (Canadá) en el transcurso de la cual se hizo patente su bajo estado de forma. Después de acudir a los Mundiales de Tokio sólo como integrante del equipo canadiense de relevos, ya que no consiguió la marca mínima para la prueba individual, se fijó como objetivo recuperar en los Juegos de Barcelona ’92 su esplendor de antaño, pero en dicha cita olímpica sólo pudo llegar hasta semifinales, donde finalizó último de su serie. En enero de 1993 fue segundo por detrás de Surin en la prueba de 60 metros en pista cubierta del Gran Premio de Atletismo de Montreal, con un tiempo de 6,62 segundos, y a continuación marcó 6,60 en Berlín, pero no pudo alcanzar la marca mínima para acudir a los Mundiales de Stuttgart. En el mes de marzo se anunció que había dado positivo por testosterona en un nuevo control antidopaje realizado el 17 de enero tras la carrera de Montreal, hecho que motivó su suspensión a perpetuidad de toda actividad atlética; además, Jaime Astaphan, el médico responsable del dopaje sistemático de Johnson, fue detenido en 1994 acusado de distribuir y vender sustancias prohibidas. En los siguientes años intentó reaparecer en la vida pública jugando al fútbol en Italia y después ejerciendo de entrenador, aunque la etiqueta de «figura maldita» del atletismo mundial le ha acompañado desde entonces. En septiembre de 1998 un tribunal de apelación de Toronto rechazó un recurso contra la sanción y en 1999 una comisión de la IAAF de nuevo la ratificó, desoyendo las peticiones del ex atleta sobre su inocencia.
En mayo de 2005 lanzó al mercado la línea de ropa deportiva «Ben Johnson Collection». El 1 de enero de 2006 declaró en una entrevista que habia sido saboteado después de la final de los 100 m de Seúl y que, al menos, el 40% de los deportistas consumen drogas. En marzo de ese mismo año realizó varios anuncios en televisión. En 2007 regresó a los estadios de atletismo, en la reunión de Leipzig, como entrenador de Brandt Fralick. A finales de 2008 comenzó a escribir su autobiografía.