Hamilton, Gordon (1918-1959): El brillante bailarín y maestro de ballet australiano que dejó huella en el escenario internacional

Gordon Hamilton, nacido en Sydney en 1918, es recordado como uno de los más destacados bailarines y maestros de ballet australianos del siglo XX. Su carrera estuvo marcada por su dedicación al arte de la danza, así como por sus contribuciones tanto como intérprete como pedagogo. A lo largo de su vida, Hamilton dejó una huella indeleble en los escenarios de ballet internacionales, especialmente en Francia y el Reino Unido, antes de su prematura muerte en París en 1959.

Orígenes y contexto histórico

La vida de Hamilton comenzó en Sydney, Australia, donde se formó inicialmente en danza. Durante su juventud, sus habilidades fueron reconocidas por grandes maestros y artistas, lo que le permitió viajar a París para continuar su formación. Fue en la capital francesa donde encontró su verdadero refugio artístico, bajo la tutela de grandes figuras de la danza clásica como Olga Preobrajenska y Lubov Egorova. Estas maestras fueron fundamentales en su desarrollo, ayudándolo a perfeccionar su técnica y su comprensión del ballet clásico.

En su llegada a París, Hamilton comenzó a destacar por su estilo y destreza, lo que lo llevó a formar parte de la compañía del Ballet de la Jeunesse bajo la dirección de Lubov Egorova. Fue en este grupo donde hizo su debut en 1937, marcando el inicio de una carrera internacional que lo llevaría a numerosos escenarios de Europa.

Logros y contribuciones

A lo largo de su carrera, Hamilton colaboró con algunas de las compañías de ballet más prestigiosas de Europa, destacándose por su capacidad técnica y su elegancia en el escenario. Entre 1938 y 1940, fue bailarín del Ballet Anglo-Polaco y el Ballet Rambert, en el que participó en la interpretación de Paris-Soir, una obra de Walter Gore. Este período resultó ser clave para el desarrollo de su carrera, ya que le permitió compartir escenario con otros artistas importantes y perfeccionar su repertorio de danzas.

En 1941, Hamilton se unió al Sadler’s Wells Ballet, una de las instituciones más emblemáticas del ballet británico, como bailarín de carácter. Durante su tiempo en esta compañía, participó en el estreno de dos importantes obras: Hamlet (1942), dirigida por Robert Helpmann, y Promenade (1943), coreografiada por Ninette de Valois. Estos trabajos se convirtieron en hitos dentro del repertorio de la danza clásica, consolidando a Hamilton como una figura clave en el ámbito del ballet internacional.

En los años posteriores, Hamilton continuó su carrera en Francia con Les Ballets des Champs-Elysées de Roland Petit, uno de los coreógrafos más influyentes de su tiempo. Durante las temporadas 1945-1947 y 1948-1950, se presentó en varias producciones innovadoras de Petit, entre las que se encuentran Les Forains (1945), Les Demoiselles de la Nuit (1948), Carmen (1949) y La Croqueuse de Diamants (1950). Estas obras no solo demostraron su habilidad técnica, sino que también le permitieron explorar nuevas formas de expresión en el ballet moderno.

Momentos clave

  • 1937: Debut en el Ballet de la Jeunesse, dirigido por Lubov Egorova.

  • 1938-1940: Participa en el Ballet Anglo-Polaco y en el Ballet Rambert, destacándose en Paris-Soir de Walter Gore.

  • 1941: Se une al Sadler’s Wells Ballet como bailarín de carácter.

  • 1942-1943: Estreno de los ballets Hamlet de Robert Helpmann y Promenade de Ninette de Valois.

  • 1945-1950: Actúa en Les Ballets des Champs-Elysées con Roland Petit, en obras como Les Forains, Les Demoiselles de la Nuit, Carmen y La Croqueuse de Diamants.

  • 1954: Nombrado maestro de ballet de la Ópera de Viena, donde llevó a cabo la producción de Giselle (1955).

Relevancia actual

La figura de Gordon Hamilton sigue siendo un referente para los bailarines y maestros de ballet. Su paso por algunas de las compañías de ballet más prestigiosas del mundo y su colaboración con maestros de la talla de Olga Preobrajenska, Lubov Egorova, Walter Gore, Robert Helpmann, Ninette de Valois y Roland Petit, le otorgaron un legado que perdura en la historia del ballet clásico. Aunque su vida fue corta, su influencia y su contribución al desarrollo del ballet moderno continúan siendo estudiadas y celebradas por las nuevas generaciones de bailarines y coreógrafos.

Además, su papel como maestro de ballet en la Ópera de Viena a partir de 1954, donde produjo la famosa versión de Giselle en 1955, consolidó su reputación como un pedagogo excepcional. Hamilton no solo fue un gran intérprete, sino también un formador que ayudó a modelar el futuro del ballet en Europa.

El impacto de Hamilton va más allá de su interpretación y enseñanza. Su capacidad para adaptarse a diferentes estilos y trabajar con figuras clave de su época hizo de él un puente entre las tradiciones clásicas y las innovaciones del ballet moderno. Su legado sigue vivo en las compañías de ballet que continúan interpretando las obras en las que participó, y su influencia se extiende a través de los maestros que formó.

El mundo de la danza lamentó su muerte prematura en 1959, pero su legado sigue siendo una inspiración para todos aquellos que buscan comprender la evolución del ballet clásico en el siglo XX.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Hamilton, Gordon (1918-1959): El brillante bailarín y maestro de ballet australiano que dejó huella en el escenario internacional". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/hamilton-gordon [consulta: 15 de junio de 2025].