Bernácer, Germán (1883-1965)


Germán Bernácer

Economista y físico español, nacido el 27 de junio de 1883 en Alicante y fallecido  en 1965. Considerado uno de los padres de la Macroeconomía, en el siglo XX desarrolló y promulgó importantes teorías de gran influencia en el desarrollo de la ciencia Económica, estableciendo las bases de la macroeconomía moderna.

De sus primeros años de vida, su hermano Julio, en la obra Infantilia narra lo que parecía que iba a ser desde niño una constante en Germán: el sentido del estudio y de la observación y su vocación por la docencia manifestadas de forma precoz: «Siendo todavía muy niño, mi hermano –desde la azotea- iba nombrando las diversas constelaciones aprendidas en un planisferio celeste«.

Germán hubo de alternar el trabajo en el comercio familiar con los estudios a los que se entregó dando muestras de una inteligencia y vocación excepcionales. A los catorce años comenzó sus estudios en la Escuela Superior de Comercio de Alicante. Se integró en un grupo de jóvenes e inquietos alicantinos que llegaron a ser relevantes personalidades y que se llamaron entre sí “amigos-hermanos”. Además de Bernácer (1883) y Gabriel Miró (1879), figuraban, entre otros, Óscar Esplá (1886), Juan Vidal (1888), Eduardo Irles (1883) y Emilio Costa (1882) –que era director del Diario de Alicante, órgano de acogida y expresión de este grupo de amigos, siempre profundos amantes de su tierra alicantina, entre los que siempre existió el apoyo y aliento de quienes se sabían llamados a abrir nuevos horizontes culturales. Con sólo 18 años, fue nombrado profesor auxiliar de la Escuela Superior de Comercio y a los veintidos años, catedrático de Tecnología Industrial de la Escuela de Comercio de Alicante.

En 1911, solicitó una ayuda beca que le permitió durante ocho meses investigar y estudiar en Francia, Bélgica, Alemania, Suiza e Italia. Razonó su petición argumentando las carencias en las cátedras de nueva creación de Tecnología Industrial de las Escuelas de Comercio y la necesidad de estudiar los Laboratorios y Gabinetes de Física de las mas renombradas Escuelas del extranjero, observando los sistemas de enseñanzas y los programas de material. Simultáneamente se propuso visitar los grandes establecimientos fabriles y comerciales que se distinguían por su perfecta organización económica y administrativa convirtiendo la industria en un negocio productivo para el capital, permitiendo, a la vez, abaratar los productos. Esta experiencia fue determinante para su dedicación a la ciencia económica. Eran tiempos difíciles, de profundos cambios y significativas aportaciones teóricas y tecnológicas, en los que hubo una crisis económica internacional duradera, grandes huelgas ferroviarias, nuevas leyes de protección a los obreros, anexiones y guerras que preludiaban la de 1914. Es muy probable que aquella intensa y rica experiencia por Europa estimulara al joven profesor Bernácer a publicar en 1916 su obra Sociedad y Felicidad.

Durante mas de 25 años permaneció en la Escuela de Alicante alternando su función docente con la publicación de temas económicos, sobre todo en la Revista Nacional de Economía. Uno de estos trabajos La teoría de las disponibilidades como interpretación de las crisis económicas y del problema social impresionó al economista inglés Robertson quien lo publicó extractado en la Revista Económica de Cambridge, dándole fama y notoriedad internacional. Permaneció en Alicante hasta 1931 fecha en que se trasladó a Madrid al ser designado jefe del Servicio de Estudios del Banco de España.

Gran parte de la vida profesional de Bernácer transcurrió siendo Jefe del Servicio de Estudios del Banco de España: desde diciembre de 1931 hasta que cesó en el mismo cargo en noviembre de 1955 al llegarle la edad de jubilación. Su cometido consistía en reunir toda la información posible sobre las condiciones financieras de los mercados y proporcionar asesoramiento económico continuo a los rectores del Banco central para que las autoridades dispusieran de las orientaciones expertas para la toma de decisiones de política monetaria con eficacia y responsabilidad. En noviembre de 1936, siguiendo al Gobierno de la República, se trasladó la Administración del Banco a Valencia. Este cambio también afectó al Servicio de Estudios y a Germán Bernácer, a quien se le ordenó el traslado a la capital valenciana. Al final de la guerra, con la apertura de depuraciones políticas, hubo un paréntesis en la carrera profesional de Bernacer en el Banco de España. En 1940 reingresó como Jefe del Servicio.

A partir de 1940 se intensificaron sus relaciones con las más relevantes personalidades en la historia del pensamiento económico. Su obra influyó mucho entre economistas anglosajones y franceses, como pionero de la ciencia económica moderna le solicitaron prologar obras, le invitaron a pronunciar conferencias y fue designado miembro de institutos y academias de ciencias económicas. Se han catalogado 255 títulos correspondientes a conferencias, libros y artículos en revistas de economía y periódicos escritos en español, italiano, alemán, ingles y francés (lenguas que hablaba y escribía correctamente).

Finalizada la guerra civil española se produjo un enfriamiento oficial alrededor de su persona, pero había dejado una semilla de enorme categoría intelectual que continuaba dando frutos. El célebre economista inglés Dennis H. Robertson reconocía noblemente en 1940, a través de un artículo titulado Una contribución española a la teoría de las fluctuaciones, que las ideas utilizadas por él en su libro Política bancaria y nivel de precios las había expuesto Bernácer con anterioridad. Y la visita a Madrid del mago de las finanzas alemanas, el Ministro de Hacienda Dr. Schacht, probó que, por encima de las corrientes políticas dominantes, la sabiduría de Bernácer era una necesidad para España. Para la reunión con Schacht en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas habían escogido diez o doce personalidades españolas. No figuraba inicialmente en la relación el español Germán Bernácer, pero el economista alemán, conocedor de sus trabajos reclamó su presencia. La participación del español en el coloquio originó un vivo debate en el que se manifestó tanto el espíritu exento de vanidad de Bernácer como la enjundia de su pensamiento, Cuando Schacht, por razones de oportunismo político, quiso destacar las excelencias del patrón oro, combatió Bernácer con sólidos argumentos la vuelta a este patrón, haciendo comprender que Alemania había salido de la depresión mundial gracias a una política expansiva cuya realización habría sido imposible con el patrón oro que el economista alemán defendía.

Hacía los años 50, la editorial Aguilar publicó una de las obras fundamentales de Bernácer, Una economía libre, sin crisis y sin paro de un interés tal que determinó la venta de todos los ejemplares. Y los grandes de la economía y la banca de entonces, Larraz, Arteche, el marqués de Aledo, Villalonga y Garnica, inquietos por la perspectiva del Mercado Común, y seguros de que mediante ese concurso recibirían el análisis deseado, encomendaron a Bernácer el ensayo mas sustantivo de los Estudios sobre la unidad de Europa. Su trabajo lo tituló La doctrina del gran espacio económico. Fundía en él historia y futuro, afirmando con visión avanzada que el espacio de España era Europa.

Fue un intelectual en el más amplio y noble sentido de la palabra; poseía una vasta cultura que tenía como uno de sus exponentes su buen estilo literario. Amante de la literatura y de la música, era frecuente su asistencia a los conciertos y desde muy joven estudió a los clásicos siendo lector habitual de San Agustín, Stendhal, Nietzsche y algunos poetas de la que después fue llamada Generación del 27.

En Madrid deseaba encontrar un ambiente propicio para sus estudios predilectos y a la vez satisfacer mejor sus aficiones e inquietudes culturales. Como anécdota que refleja su carácter tímido y las inquietudes intelectuales del grupo de amigos alicantinos, el día de su boda la novia hubo de esperar en San Nicolás pues Germán, que se encontraba en casa de Oscar Esplá, no se atrevía a interrumpir a Ernesto Halfter que interpretaba al piano un concierto para varios amigos que habían de asistir al enlace matrimonial de Germán con María Guardiola Costa.

Hay que aludir también a lo persuasivo de sus convicciones y sugestiones. Tenía una amplia visión de los problemas con soluciones supradisciplinares. La economía fue para él el mejor ejercicio intelectual. Siempre se apoyó en el análisis. Además, y en todo momento, se sirvió de juicios morales que dieron firmeza a sus proposiciones, incluso con sacrificio de sus metas vitales.

Germán falleció en su casa de La Playa de San Juan, Alicante, en 1965. En el campus de la Universidad de Alicante, está el «Despacho-Archivo Germán Bernácer», donado por sus hijos y donde se conserva una abundante documentación científica y testimonios sobre su vida.