Bernardo Alcalde Merino (1709-?): El «Licenciado de Falces» y su legado en el mundo taurino

Bernardo Alcalde Merino, conocido en el mundo de la tauromaquia como «Licenciado de Falces», nació en 1709 en la localidad de Falces, Navarra. Su nombre es sinónimo de valentía y destreza en el ruedo, dejando una huella profunda en la historia de la tauromaquia española. Su carrera como matador de toros no solo se destacó por su habilidad y temeridad, sino también por el apodo que utilizó, que refleja tanto su formación académica como su destreza en el mundo taurino. En este artículo, exploraremos su vida, logros y contribuciones, así como su relevancia histórica y cultural.

Orígenes y contexto histórico

La vida de Bernardo Alcalde Merino se enmarca en el siglo XVIII, un periodo crucial en la historia de España, marcado por grandes cambios sociales y políticos. Nació en una familia noble, lo que le permitió recibir una educación privilegiada. Esta educación le permitió obtener un título académico, el cual más tarde utilizaría como parte de su identidad taurina, adoptando el nombre de «Licenciado de Falces». Este apodo, que surgió en el ámbito taurino, no solo reflejaba su formación académica, sino también su personalidad y estilo en el ruedo.

El contexto histórico de su tiempo fue de gran importancia para entender su relevancia. El siglo XVIII fue una época de consolidación del poder borbónico en España, así como de avances y consolidación en la cultura y las artes. El toreo, que en sus primeros años de existencia era un espectáculo de clase baja, comenzó a ser adoptado por la nobleza, quienes lo consideraban una actividad refinada y prestigiosa. Esto permitió que figuras como Bernardo Alcalde Merino pudieran ascender en la jerarquía social mediante su habilidad y valentía en la arena.

Logros y contribuciones

La carrera de «Licenciado de Falces» comenzó en 1744, durante las fiestas de San Fermín en Pamplona. En esas festividades, hizo su primera actuación como aficionado y logró obtener un éxito notable, llegando a cobrar la suma de doscientos cuarenta reales. Su destreza como matador de toros rápidamente lo colocó en el centro de la atención del público y de los aficionados al toreo. Se ganó una reputación de torero largo, fácil y poderoso, lo que significa que su forma de torear era tanto elegante como valiente. Utilizaba los rehiletes con una gran habilidad y destreza, lo que lo convertía en un espectáculo en sí mismo.

A lo largo de su carrera, Alcalde Merino se distinguió por su capacidad para enfrentar toros difíciles y peligrosos, enfrentándose a ellos con valentía y temeridad. Era conocido por colocar parches en los toros de manera magistral, lo que requería una gran habilidad técnica y valentía, ya que este tipo de maniobra era extremadamente arriesgada. Además, su temeridad al saltarse a los toros y enfrentarse a ellos sin ningún tipo de protección le valió una reputación como uno de los matadores más audaces y valientes de su época.

Uno de los momentos más destacados de su carrera fue su inclusión en la famosa serie de grabados Tauromaquia de Francisco de Goya. Este conjunto de obras de arte, que retrata diferentes aspectos del mundo taurino, inmortalizó a muchos de los más grandes toreros de la época, y Bernardo Alcalde Merino fue uno de los que apareció en estas ilustraciones. El hecho de que un artista de la talla de Goya lo incluyera en su serie es testimonio de la gran importancia de Alcalde Merino en el mundo taurino y de la influencia que tuvo en su época.

Momentos clave de la carrera de Bernardo Alcalde Merino

  • 1744: Su debut en las fiestas de San Fermín en Pamplona, donde obtiene su primer éxito notable como aficionado y cobra 240 reales.

  • Años 1750: Su fama crece, y su estilo único de toreo, marcado por su valentía y su habilidad con los rehiletes, lo posiciona como uno de los matadores más importantes de su época.

  • Finales del siglo XVIII: Su inclusión en la serie Tauromaquia de Francisco de Goya, que lo convierte en una figura conocida y admirada en el ámbito taurino y cultural.

Relevancia actual

El legado de Bernardo Alcalde Merino perdura hasta nuestros días, no solo en los círculos taurinos, sino también en la cultura española en general. Su figura se asocia con una época dorada del toreo, cuando el arte de lidiar toros comenzó a ser considerado un espectáculo de gran prestigio. Su apodo, «Licenciado de Falces», es un reflejo de una época en la que el toreo comenzó a ser apreciado por las clases más altas, y en la que matadores como él lograron trascender su origen y convertirse en celebridades de su tiempo.

Además, la inclusión de su imagen en la serie Tauromaquia de Francisco de Goya contribuyó a la consolidación de su figura como una parte integral de la historia de la tauromaquia. Goya, con su capacidad única para capturar la esencia de los momentos y las figuras más importantes de su tiempo, ayudó a inmortalizar a Alcalde Merino y otros matadores de su generación, asegurando que su legado se mantuviera vivo a través de los siglos.

Hoy en día, el nombre de Bernardo Alcalde Merino sigue siendo un referente para los amantes de la tauromaquia, y su figura es recordada tanto por su valentía como por su habilidad técnica. Su historia sigue inspirando a nuevos toreros y aficionados al toreo, quienes reconocen su aporte al desarrollo del arte taurino.

En resumen, Bernardo Alcalde Merino, el «Licenciado de Falces», fue una figura clave en la historia del toreo en España. Su habilidad, valentía y la manera en que conquistó al público con su estilo único lo convirtieron en una de las leyendas del mundo taurino. A través de su apodo, su presencia en las festividades de Pamplona, y su inclusión en los grabados de Goya, su legado sigue siendo un símbolo de la grandeza de la tauromaquia.