Aguado de Castro, Benigno (1925-VVVV): El matador que luchó por su lugar en la historia del toreo

Benigno Aguado de Castro, nacido el 16 de enero de 1925 en Alcobendas (Madrid), fue un matador de toros español que destacó por su perseverancia y su empeño por encontrar su lugar en el complicado mundo de la tauromaquia. Su carrera estuvo marcada por sacrificios y altibajos, pero también por momentos memorables que lo consolidaron como una figura que nunca perdió su amor por el toreo, a pesar de las dificultades. A lo largo de su vida, Aguado luchó por consolidarse en un entorno tan competitivo como el mundo taurino, ganándose un espacio en la historia.

Orígenes y contexto histórico

Benigno Aguado nació en una familia de origen modesto, pero su conexión con el mundo taurino se cimentó desde joven. Aunque su acercamiento al toreo no fue directo, sí fue favorecido por las tertulias taurinas que se realizaban en la sastrería de su tío, el famoso Sastre de Cazorla. Este entorno permitió a Benigno empaparse de las historias y el ambiente del toreo, y facilitó su contacto con figuras influyentes del mundo taurino. Al trabajar como dependiente en la sastrería, a una edad temprana, Aguado pudo observar y aprender de los grandes de la tauromaquia.

Fue en 1942, a los 17 años, cuando Benigno decidió dar el paso y vestirse de luces por primera vez, debutando en la pequeña localidad abulense de Navalperal de Pinares el 14 de septiembre. A pesar de haber crecido rodeado de taurinos, la falta de apoyos importantes le impidió acceder a las grandes plazas. De este modo, Benigno se vio obligado a torear en pequeñas plazas provincianas donde, aunque su toreo no pasaba desapercibido, no lograba alcanzar la proyección necesaria para convertirse en una figura consolidada.

Logros y contribuciones

Benigno Aguado comenzó a destacarse en 1943, cuando logró un triunfo importante en una novillada en Zaragoza. Este éxito fue clave para su consolidación dentro del escalafón novilleril y le permitió afrontar la campaña de 1944 con grandes expectativas. A lo largo de este año, Benigno participó en 35 festejos, pero una grave cogida sufrida en Bilbao el 8 de mayo de 1944 lo apartó de los ruedos durante varias semanas. Sin embargo, su nombre comenzó a sonar con fuerza en los círculos taurinos.

El año 1945 fue crucial para su carrera. El 2 de abril, Benigno Aguado tomó la alternativa en la plaza de toros de Barcelona, apadrinado por el matador madrileño José Mejías Jiménez y con el torero mexicano Carlos Ruiz Camino como testigo. En esta corrida, Benigno lidió y mató al toro Ignorante, de la ganadería de doña Carmen de Federico, demostrando su capacidad para enfrentarse a los astados en un escenario de gran importancia.

Poco después, el 15 de mayo de 1945, Aguado confirmó su alternativa en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Este evento fue especialmente significativo, ya que compartió cartel con el torero complutense Luis Gómez Calleja, conocido como El Estudiante, quien fue su padrino. También estuvo presente el sevillano José Martín-Vázquez Bazán, que actuó como testigo de la confirmación. En esta corrida se lidiaron toros de la ganadería de Buendía, lo que hizo que el evento fuera particularmente relevante para la carrera de Aguado. Sin embargo, a pesar de su gran esfuerzo y los momentos significativos de su carrera, la suerte no acompañó a Benigno en las siguientes temporadas.

Momentos clave

Aunque Benigno Aguado alcanzó notoriedad en sus primeros años, la suerte comenzó a volverse en su contra. En la campaña de 1945, apenas firmó seis contratos, y en 1946, solo tres. Su escasa presencia en los ruedos fue un indicativo claro de que su transición del escalafón novilleril al de matador de toros no fue exitosa. En 1947, toreó únicamente dos corridas, lo que generó la impresión de que su carrera se estaba estancando.

En 1949, Aguado intentó remontar su carrera al torear en ocho ocasiones, muchas de ellas en suelo portugués. Sin embargo, su suerte no mejoró, y en 1950, consciente de la difícil situación, decidió renunciar a su doctorado y regresar al ruedo como novillero. Esta decisión tuvo lugar el 2 de abril de 1950, en la plaza Monumental de Las Ventas, pero a pesar de su esfuerzo, el toreo ya no era el mismo, y su nombre fue quedando relegado en la afición.

Tras varias temporadas de escasa presencia en los ruedos, Benigno Aguado tomó la difícil decisión de cortar definitivamente la coleta. De este modo, puso fin a una carrera llena de esfuerzos y sacrificios. Aunque su paso por la tauromaquia fue breve y marcado por dificultades, su huella en la historia de los toreros persistirá como testimonio de un hombre que nunca abandonó su pasión por el arte del toreo.

Relevancia actual

El legado de Benigno Aguado sigue siendo recordado dentro de los círculos taurinos como el ejemplo de un torero que luchó por encontrar su espacio en un mundo competitivo y lleno de desafíos. Aunque no alcanzó la fama y la gloria de otros grandes matadores de su tiempo, su perseverancia y amor por el toreo siguen siendo una fuente de inspiración para nuevos aficionados y profesionales del mundo taurino.

Hoy en día, su nombre está inscrito en los anales de la historia de la tauromaquia, como un testimonio de una época en la que los toreros no solo se enfrentaban a los astados, sino también a las dificultades de un entorno lleno de incertidumbre y competitividad. Benigno Aguado, con su esfuerzo y dedicación, es parte de la historia viva de las plazas de toros.

En resumen, Benigno Aguado de Castro es una figura cuyo recorrido y carrera estuvieron marcados por la lucha constante por destacar en el mundo de la tauromaquia. Un esfuerzo que, aunque no lo catapultó a la fama, dejó una huella imborrable en la historia del toreo español.