Van Buren, Martin (1782-1862).


Martin Van Buren.

Abogado y político estadounidense, secretario de Estado (1829-1833), vicepresidente (1833-1837) bajo la presidencia de Andrew Jackson (1829-1837) y octavo presidente de los Estados Unidos de América (1837-1841). Nació el 5 de diciembre de 1782, en el barrio holandés de Kinderhook, en Nueva York (estado de Nueva York), y murió el 24 de julio de 1862, en el mismo lugar. Durante su presidencia, Van Buren fue un fiel continuador de la política desarrollada por Jackson, mandato en el que tuvo que hacer frente a una profunda crisis económica que afectó a todos los sectores sociales del país, cuyas medidas adoptadas y consecuencias le convirtieron en un presidente impopular. Durante la crisis secesionista, Van Buren, a pesar de pertenecer al Partido Demócrata, tomó partido por la causa abolicionista y apoyó la candidatura presidencial del republicano Abraham Lincoln.

Inicios políticos

Miembro de una familia de clase media de origen holandés, desde muy joven recibió una esmerada educación en la Kinderhook Academy de Nueva York, que abandonó con tan sólo catorce años para iniciar la carrera de Derecho. Graduado en 1803, comenzó a ejercer la profesión de abogado en un bufete de su barrio. En el año 1807, Van Buren contrajo matrimonio con su prima Hannah Hoes. Gracias a su astucia como abogado y al don de gentes que poseía, Van Buren comenzó a ser conocido con el apodo de Little Magician (‘el Pequeño Mago‘). Desde 1808 a 1813, Van Buren desempeñó el puesto de juez testamentario en Nueva York, cargo desde el que saltó al Senado de su estado, en el año 1812. Fue reelegido en 1816 como representante del Partido Republicano. En 1815, Van Buren dejó momentáneamente la política para desempeñar el puesto de rector en la Universidad de Nueva York. Abandonó el ambiente académico al año siguiente, cuando fue nombrado fiscal general de Nueva York, cargo en el que permaneció hasta el año 1819. Dos años más tarde, en 1821, Van Buren dio el salto político definitivo al ser nombrado miembro del Senado de los Estados Unidos. Un año antes de dicho nombramiento, creó su propio grupo político, conocido con el nombre de Albany Regency, con el que controló las actividades del partido en Nueva York, así como las convenciones y afiliados, lo que le proporcionó el liderato político necesario para ser reelegido como senador en 1827. Durante sus largas y continuas ausencias de Nueva York por sus compromisos políticos, los miembros del Albany Regency se encargaban de mantener las posiciones políticas y el buen nombre de Van Buren, a la par que llevaban a cabo el programa político de éste, basado en una defensa a ultranza de la autonomía y derechos de los estados frente al reforzamiento del Gobierno federal que pretendía aplicar el presidente federalista John Quincy Adams (1825-1829).

La fructífera colaboración con Andrew Jackson

Cuando en las elecciones presidenciales del año 1828, a pesar de haber obtenido más votos que su contrincante, fue derrotado por John Quincy Adams, gracias a una coalición no muy limpia entre este último y Henry Clay, Jackson fundó un nuevo grupo político, el Partido Demócrata, al que Van Buren se adhirió inmediatamente. Se convirtió en la mano derecha del heroico general y en el gran guía espiritual y auténtico forjador del diseño político de la nueva formación. Ambos personajes lucharon denodadamente durante toda la administración contra las medidas políticas de Adams, al que pusieron toda clase de trabas políticas para entorpecer su presidencia. Van Buren orquestó una campaña tan implacable que acabó llevando a la Casa Blanca a Jackson, en el año 1828, quien, en premio a sus buenos servicios, fidelidad y, especialmente, a su valía, nombró a Van Buren secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores), al mismo tiempo que conseguía ser nombrado gobernador del estado de Nueva York.

Como secretario de Estado, Van Buren fue criticado por extender en demasía la práctica del spoils system (‘sistema de expolios’), instituido por el propio Jackson, por los que el nuevo Gobierno institucionalizó el reparto de cargos administrativos y públicos entre amigos o colaboradores del partido gobernante, con el fin de fortalecer al propio partido y a la clase dirigente en aquel momento. Como consecuencia de dicha presión y críticas a su actuación, en el año 1831 Van Buren dimitió para hacerse cargo, durante un año aproximadamente, de la embajada de su país en Londres.

Poco antes de que comenzase la campaña presidencial, a finales del año 1831, Van Buren se aprovechó de las cada vez más tirantes relaciones entre Andrew Jackson y su vicepresidente John Calhoun. Finalmente, consiguió ser nominado candidato a vicepresidente por el primer Congreso Nacional del Partido Demócrata, acompañando a su gran amigo y valedor Andrew Jackson en las elecciones del año 1832, que condujeron a una segunda presidencia del general.

Designado de facto por Jackson como líder del partido y, por consiguiente, candidato presidencial por los demócratas, Van Buren se enfrentó al candidato republicano William Henry Harrison en las elecciones celebradas a finales de 183, que ganó de manera aplastante al conseguir 170 cotos por los 73 de su rival.

La presidencia de Martin Van Buren

La administración de Van Buren estuvo mediatizada por dos hechos concretos en el ámbito interno que acabaron por desgastar su Gobierno y su popularidad: la cuestión delicada y controvertida de la esclavitud, con el territorio de Texas como telón de fondo, y una profunda crisis económica heredada de la presidencia de Andrew Jackson que asoló prácticamente a todos los estamentos del país, causada, principalmente, por la política bancaria practicada y que el propio Van Buren había ratificado, punto por punto.

Aunque Van Buren nunca ocultó un profundo sentimiento antiesclavista, lo cierto es que no tuvo más remedio que condescender con dicha práctica para no suscitar un gran debate en el Congreso. En junio del año 1839, cuando cincuenta y tres esclavos negros amotinados del barco español La Amistad dirigieron la nave hacia las costas estadounidenses, Van Buren trató por todos los medios de devolver los esclavos a las autoridades españolas, antes de que cualquier tribunal del país reclamase su libertad, medida que contribuyó a soliviantar los ánimos de los estados sudistas, los cuales llevaban tiempo molestos y perseguidos por un sistema económico basado en la explotación de grandes propiedades agrarias mediante la mano de obra esclava. Van Buren se negó categóricamente, tal como habían hecho los anteriores presidentes, a requisar cualquier embarcación inglesa en aguas estadounidenses sospechosa de traficar con esclavos, lo único que pudo hacer fue retrasar la entrada en la Unión de la esclavista República de Texas.

A pesar de los problemas surgidos por la controversia esclavista, las mayores dificultades a las que tuvo que enfrentarse la presidencia de Van Buren fueron de tipo económico. Continuando la política económica de Jackson, Van Buren expresó, en un Congreso extraordinario, que no era responsabilidad del Gobierno revivir la economía, considerando que su tarea sólo era la de resolver las dificultades financieras del Gobierno y no las de la nación. Así pues, Van Buren se dispuso a controlar la crisis apoyando la emisión de dinero en metálico y redactando la polémica Independent Treasury Bill (Ley de Independencia del Tesoro Público), por la que separó la política monetaria federal de los diferentes bancos del país. La ley estableció que los fondos federales debían retirarse de los bancos «mascota» (creación de Jackson) para depositarse en subtesorerías propiedad del Gobierno federal repartidas a lo largo y ancho de todo el país. Tras algo más de dos años de discusiones, en los que el sector demócrata más conservador atacó duramente dicha ley, el 4 de julio de 1840, ésta fue aprobada por el Congreso.

Aun gozando de una cota de popularidad bajo mínimos entre el electorado, Van Buren volvió a ser postulado como candidato demócrata para las elecciones del año 1841 por la segunda Convención Nacional del Partido Demócrata. Fue derrotado estrepitosamente por el candidato republicano William Henry Harrison, que se presentó acompañado de John Tyler como vicepresidente.

Antes de entregar el poder a su sucesor, Van Buren logró sacar adelante una ley que establecía las 10 horas diarias de trabajo para todos los funcionarios federales.

En cuanto a su política exterior, los cuatro años de administración de Van Buren (1837-1841) fueron problemáticos. La guerra cruel e innecesaria que sostuvo contra la tribu india de los seminolas de La Florida, su negativa a la anexión de la República de Texas a la Unión y su poco tacto a la hora de resolver las constantes fricciones territoriales suscitadas con Gran Bretaña en la frontera norte, acabaron por reducir su figura política a un segundo plano, circunstancia que pudo comprobar cuando en el año 1844, cuatro años después de su salida de la presidencia, la Convención Nacional de los demócratas desestimaría su candidatura a un nuevo mandato a la presidencia en favor de James Knox Polk, personaje totalmente desconocido en el plano nacional, quien, para sorpresa de propios y extraños, acabó ganando las elecciones.

Sus últimos años

Van Buren se opuso a las pretensiones del nuevo presidente, John Tyler (1841-1845), de anexionar a la Unión la República de Texas. Debido a que el candidato demócrata a la presidencia, James Knox Polk (1845-1849), apoyaba dicha decisión, Van Buren abandonó el partido de los demócratas para aceptar encabezar la nominación presidencial de una nueva formación de efímera vida, el Free Soil Party (Partido de la Libertad del Suelo), con el que volvió a ser derrotado por el candidato republicano Zachary Taylor (1849-1850).

Retirado de la política activa, realizó un viaje a Europa, donde permaneció cinco largos años. Regresó a su país en 1855 y vivió tranquilamente el resto de su vida en Nueva York, en su barrio natal de Kinderhook, donde escribió una autobiografía en la que justificaba todas sus decisiones como político. Estas memorias no fueron publicadas hasta 1920.

Bibliografía

  • COOKE, Donald. E: Atlas of the presidents. Nueva Jersey: Hammond Incorporated; 1977.

  • FERNÁNDEZ SÁNCHEZ-BARBA, Mario: Historia de los Estados Unidos de América: de la República burguesa al Poder presidencial. Madrid: Marcial Pons,. 1997.

  • JAMES, Maldwyn. A: Historia de los Estados Unidos (1607-1992). Madrid: Cátedra, 1995.

  • MORISON, Samuel Eliot: Breve Historia de los Estados Unidos. México: Fondo de Cultura Económica, 1993.

C. Herráiz García.