Vallejo, César Abraham (1892-1938).
Poeta, narrador, ensayista, dramaturgo y periodista peruano, nacido en Santiago de Chuco en 1892, y fallecido en París en 1938. Precursor del realismo distanciador que haría famoso Berltolt Brecht, fue un poeta sensible y trágico. Sus trabajos permanecen incólumes y se agigantan con el correr de los años. Murió en su exilio parisino, como él mismo había vaticinado que le ocurriría. Entre sus obras principales, destacan Tungsteno (1931), Los heraldos negros (1918), Trilce (1932), Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940).
César Vallejo. España, aparta de mi ese cáliz.
El peruano César Vallejo fue grande en todos los géneros literarios que abordó: la poesía, la narración, el ensayo, el drama y el periodismo. Sin embargo, su fama de poeta ha oscurecido las otras facetas de su expresión. En uno de sus ensayos en forma de crónica periodística, publicado en el primer número de la revista Favorables París Poemas (París, julio de 1926), definió su propia poesía: “las nuevas relaciones y ritmo de las cosas”, así como “los materiales artísticos que ofrece la vida moderna, han de ser asimilados por el espíritu y convertidos en sensibilidad«. Por lo tanto, la poesía debe ser «simple y humana y a primera vista se la tomaría por antigua”.
Su vida marcada por la adversidad, sus orígenes modestos, su procedencia provinciana, su naturaleza mestiza y su militancia política definen y explican, en gran medida, su obra nimbada por la gloria póstuma.
Su obra se puede dividir en tres etapas: una vinculada aún al modernismo, tanto en verso como en prosa; otra ligada a la vanguardia y la tercera, depurada y muy personal, vinculada a su ideología rnarxista. Por ejemplo, Poemas humanos y El tungsteno.
Convicto de agitación social, Vallejo fue encarcelado en 1920, permaneciendo ciento doce días en prisión. Esta experiencia, junto con su trabajo como maestro de escuela, le marcarán para siempre.
Salió casi huyendo del Perú y residió en Europa desde 1923 hasta su muerte. Vivió modestamente y se ganó la vida mediante colaboraciones en periódicos y revistas de Lima, París y Madrid. Viajó por Alemania, Rusia, Inglaterra, Italia, Austria y España. De su viaje por la Rusia estalinista dejó dos libros de testimonio que ahora se leen con interés por la actualidad de la “perestroika”: Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin (1932) y Rusia ante el segundo plan quinquenal (1935). Su visión es crítica y conmovedoramente sincera.
Sus dos piezas dramáticas no fueron representadas por razones políticas: Moscú contra Moscú o Entre las dos orillas (1930) y Lock out (1931). Durante la Guerra Civil Española desarrolló una intensa actividad periodística. Sus artículos son apasionados y anuncian los extraordinarios poemas de su libro póstumo España, aparta de mí este cáliz (l940).
Si como dramaturgo se había adelantando a Brecht, como poeta sembró la simiente de la lírica latinoamericana contemporánea. En narrativa no ha sido del todo comprendido, quizás porque sus cuentos y su novela El tungsteno (1931) toman un rumbo más pedagógico, más doctrinal y esquemático que su poesía. Vallejo fue el primer novelista del realismo social en Latinoamérica. En Vallejo hubo por lo menos dos hombres: el artista genial, “creador de la profundidad”, y el ciudadano lleno de mundo, solidario y luchador, enfrentado al destino de un modo trágico. Su “inquietud introspectiva y personal” le inspiró los mejores poemas de su imponente obra lírica. Su «inquietud política y social”, buena parte de su obra en prosa, sobre todo la novela El tungsteno y el cuento Paco Yunque.
Vallejo tiene el mérito de haber sido uno de los primeros novelistas en lengua española que reflexionó acerca de una posible “literatura proletaria”, de un posible “arte revolucionario” y “en torno a la libertad artística”. Por otra parte, Vallejo encarna la conciencia trágica de un escritor lúcido, auténtico y atormentado por un sentimiento de culpa: la de haber nacido pobre. Por esta razón, su presunto existencialismo se une a la reflexión política.
Murió en París, tal como él lo había vaticinado en su conocido soneto «Piedra negra sobre piedra blanca». Una antigua dolencia palúdica lo llevó a la tumba.
Sus libros de poesía: Los heraldos negros (1918), Trilce (1922), Poemas en prosa (1939), Poemas humanos (1939) y España aparta de mí este cáliz (1940). Su obra poética completa se publicó en 1968.
Bibliografía
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YURKIEVICH, Saúl. Valoración de Vallejo (Resistencia [Argentina]: Universidad Nacional del Nordeste, 1958).