Szarkowski, John (1925-VVVV).
Fotógrafo estadounidense nacido en Winsconsin en 1925. El lugar que ocupa en la historia de la fotografía no fue tanto por la labor que desarrolló como fotógrafo, sino por su trabajo como historiador de la fotografía y conservador de museos.
Se licenció en Arte en la Universidad de Wisconsin en 1948, trabajó como fotógrafo hasta 1951 en el Centro de Arte Walker de Minneapolis y, paralelamente, inició su actividad docente en la Universidad de Minnesota y en la Albright Art Scholl de Búfalo. Publicó después dos monografías: La idea de Louis Sullivan (1956) y La cara de Minnesota (1958).
En un momento en que la figura del “conservador” representaba un papel relevante en el mundo de la creación artística, Szarkowski sustituyó a Steichen en la dirección del Departamento fotográfico del Museo de Arte Moderno de Nueva York, en 1962. Su filosofía de trabajo era muy clara: definir el concepto de fotografía artística en sus aspectos teóricos y estéticos a partir del trabajo de grandes fotógrafos contemporáneos.
Fue así como en 1964 organizó la exposición “The photographer’s eye”, que se apartaba del espíritu periodístico del “Family of man” de Steichen. Su pensamiento, expuesto en su libro Looking at photographs, de 1973, favoreció en Estados Unidos una concepción centrada en la naturaleza del medio, más favorable al enfoque conceptual que a las experiencias fotográficas de combinación de técnicas. Se observa en sus escritos una tendencia a la superación de la fotografía como documento, para vincularla a aspectos que tienen más que ver con el desarrollo de su lenguaje.
Su labor como precursor de artistas de vanguardia queda patente en las muestras que organizó en torno a las figuras de Gary Winogrand y Diane Arbus, o en la que dedicó en 1976 a William Eggleston, primera muestra que organizaba para un fotógrafo con obra en color. En él creyó haber encontrado por fin al hombre que resolvía el conflicto del “color inútil o el tema vacío”, en un contexto que criticaba el puro esteticismo del color bonito, utilizado como mero pretexto, y la insignificancia de los temas.
En 1991 fue nombrado director emérito del departamento de fotografía, lo que supuso una grata recompensa a una labor ardua, prolongada e inteligente en esta faceta oculta, pero esencial, del arte de la fotografía.
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