A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaBiografía

Saavedra Ramírez de Baquedano, Ángel de. Duque de Rivas (1791-1865).

Escritor, poeta y dramaturgo español, más conocido por su título nobiliario de duque de Rivas, nacido en Córdoba, el 10 de marzo de 1791, y fallecido en Madrid, el 22 de junio de 1865. Era hijo de Juan Martín de Saavedra y Ramírez, Pérez y Saavedra, marqués de Rivas, de Andia y de la Rivera, y de María Dominga Ramírez de Baquedano, personajes los dos pertenecientes a la más alta nobleza. A los seis meses de edad ya tenía la cruz de caballero de la Orden de Malta; a los seis años ya era capitán del regimiento del Infante; y, a los ocho, caballero de Santiago y de San Juan.

Duque de Rivas, retrato anónimo.

La familia se trasladó a Madrid en 1800. A la muerte del padre, los títulos que poseía fueron heredados por el hermano mayor, mientras que Ángel ingresó en el Seminario de Nobles, concretamente el 3 de febrero de 1802. Allí permaneció hasta el 20 de agosto de 1806; el 19 de diciembre de ese mismo año entró en la compañía flamenca de guardias de corps. En 1808 presenció en Aranjuez el célebre Motín (véase Motín de Aranjuez), y fue uno de los veinte guardias que escoltaron al marqués de Astorga en el acto solemne de la entrega de la espada de Francisco I a Murat. Destinado a Guadalajara el 2 de Mayo de 1808, Ángel y su hermano, que no querían servir al invasor, se escaparon a Zaragoza y se incorporaron en Salamanca al ejército de Gregorio de la Cuesta. Luchó entonces contra los franceses en el bando patriota (véase Guerra de la Independencia Española) pero nunca con excesivo ardor. De hecho, tras ser herido por el enemigo huyó en 1810, primero a Gibraltar y luego a Cádiz.

Empezó por aquel entonces a cultivar con interés la poesía y el dibujo; escribió la oda Cádiz libre del sitio en 1812, pero no empezó a ser conocido en el mundo de las letras hasta la publicación de Poesías, en 1814. Ese mismo año escribió Ataulfo, una comedia que fue prohibida por la censura absolutista y que no conservamos. El 8 de julio de 1816 se estrenó con gran éxito Aliatar, y el 28 de noviembre de 1817 Doña Blanca de Castilla. El Duque de Aquitania y Malek Adhel no se representaron, pero se imprimieron en 1821.

En 1819 se trasladó a Córdoba, donde al parecer tuvo amores, y tres años más tarde publicó en Madrid la segunda edición de sus Poesías. A mediados de mayo de ese año viajó a París, en donde entabló relación con los medios artísticos y literarios y se hizo amigo de lord Holland, Destutt de Tracy y Horace Vernet.

En 1822 fue elegido diputado a Cortes por Córdoba (ese mismo año estrenó también la tragedia Lanuza), y en 1823 fue uno de los que votó la destitución temporal del rey. Le condenaron entonces a muerte y tuvo que exiliarse, primero en Gibraltar y posteriormente en Londres, coincidiendo con la caída del régimen liberal. En la capital inglesa pasó siete meses de pobreza entregado a la literatura (Cristóbal Colón, El sueño del proscrito, los primeros cantos de Florinda), pero ya en 1825 abandonó Inglaterra para casarse en Gibraltar con María de la Encarnación Cueto, hermana de Leopoldo Augusto de Cueto, marqués de Valmar, a la que había conocido durante su anterior estancia en el peñón. En julio de ese año los esposos partieron hacia Liorna, en Italia, pero no se les permitió desembarcar, por lo que decidieron finalmente dirigirse a Malta. En Valetta, capital de aquel país, encontraron algunos amigos, entre ellos el honorable sir John Hookham Frere, que influyó tanto en los destinos de su poesía; y allí también escribió el Duque de Rivas los últimos cantos de Florinda (con lo que quedó acabada la obra), la tragedia Arias Gonzalo (1827), El faro de Malta, A los Excmos. Sres. marqueses de Santa Cruz, la comedia Tanto vales cuanto tienes (1828) y los cinco primeros cantos de El Moro Expósito.

Ángel Saavedra, El moro expósito

En 1830 partió hacia Francia, primero a Marsella y en seguida Orléans, en donde fundó una escuela de pintura; sin embargo, no había pasado mucho tiempo cuando se trasladó a París, donde residió hasta 1833, salvo una breve estancia en Tours motivada por una epidemia de cólera en la capital. En París, durante ese tiempo, siguió trabajando en El Moro Exposito, que se publicó y estrenó finalmente en aquella ciudad en 1834. La obra, con prólogo de Alcalá Galiano, versaba sobre la leyenda de los infantes de Lara, y en ella se ponían de manifiesto los postulados fundamentales del romanticismo español. Fue entonces cuando la amnistía, muerto ya Fernando VII, le permitió volver a España.

A su regreso fue hecho miembro del Estamento de Próceres, y el 22 de marzo de 1835 se estrenó con gran éxito en el Teatro del Príncipe de Madrid Don Álvaro o la fuerza del sino, obra que supuso el triunfo definitivo del romanticismo como tendencia imperante en España en aquel momento. 1835 fue también el año de la fundación del nuevo Ateneo literario de Madrid, del que fue elegido presidente el 26 de noviembre.

Ángel Saavedra, Don Álvaro o La fuerza del sino.

El 15 de febrero de 1836 le fue concedida la gran cruz de Carlos III, y el 15 de mayo del mismo año fue nombrado ministro del Interior; sin embargo, con la revolución de agosto de este año fue destituido, al igual que los demás ministros, y tuvo incluso que ocultarse y huir a Portugal, Gibraltar y, finalmente, a Cádiz. En esta última ciudad prestó juramento a la Constitución de 1837. Por aquel entonces no quedaba ya nada del exaltado, si es que alguna vez lo fue. Era un moderado y, siempre, un gran señor "algo volteriano".

Fue senador por Cádiz en ese mismo año y, con un talante cada vez más reaccionario y viviendo entre Madrid y Sevilla, se refugió más que nunca en la literatura. De esos años (1837-1842) son La Buenaventura, Una Antigualla de Sevilla, El fratricidio, El solemne desengaño, Bailén, y sus obras de teatro Solaces de un prisionero, La Morisca de Alahuar, El crisol de la lealtad, El desengaño en un sueño y El parador de Bailén.

Senador por Córdoba y vicepresidente del Senado en 1843, participó en la contrarrevolución de aquel año. El 1 de enero de 1844 fue enviado extraordinario y ministro plenipotenciario cerca del rey de las Dos Sicilias, y permaneció en Nápoles hasta el 10 de julio de 1850. Pintó y escribió en aquella época obras de menor calidad que las anteriores, aunque merece ser citada su narración histórica Sublevación de Nápoles, capitaneada por Masanielo, de 1848. El 24 de abril de 1853 ingresó en la Academia de la Historia con un discurso titulado Consideraciones sobre los temas publicados por la Academia. Fue presidente del Consejo de Ministros el 18 de julio de 1854, nombrado in extremis por los llantos de la reina Isabel II, que temía por su corona, pero sólo duró un día en el cargo.

Fue también presidente de la Academia de San Fernando (1854) y, con la reacción de Narváez, se le nombró embajador en París, cargo que ejerció entre el 20 de junio de 1857 y el 2 de julio de 1858. Presidente de la Academia española en 1862 y presidente del Consejo de Estado entre noviembre de 1863 y noviembre de 1864, recibió el Toisón de Oro en 1864.

Enfermo desde 1859, en sus últimos años buscó en Andalucía alivio a sus pesares. Ni que decir tiene que fue uno de los grandes poetas del Romanticismo español, tanto como en política respondió a su clase y no a su supuesta juventud rebelde.

Bibliografía.

  • BOUSSAGOL, Gabriel: Ángel de Saavedra, Duc de Rivas. Sa vie, son oeuvre poétique, Toulouse, 1926.

  • GIL NOVALES, Alberto: Las Sociedades patrióticas, Madrid: Tecnos, 1975.

  • PÁEZ RÍOS, Elena: Iconografía hispánica. Madrid, 1966. 5 v.

  • PALAU Y DULCET, Antonio: Manual del librero hispano-americano, 2ª edición, Barcelona, 1948-1977.

  • RIAÑO, Camilo: El Teniente General Don Antonio Nariño, Bogotá, 1973.

A. GIL NOVALES.

Autor

  • Gil Novales.