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PinturaBiografía

Rubens, Pedro Pablo (1577-1640).

Pintor flamenco, nacido en Siegen el 28 de junio de 1577 y muerto en Amberes el 30 de mayo de 1640.

Vida

Hijo de un burgués calvinista de Amberes, Jan Rubens, prestigioso abogado que tiene que refugiarse en Colonia por motivos religiosos, y de María Pypelincks; pasó su infancia en Colonia donde inició su formación como pintor. Posteriormente, tras la muerte de su padre, volvió a Amberes. Durante un tiempo, a la edad de doce años, asistió a las clases del latinista Rombaut Verdonck, pero las abandonó debido a la mala situación económica de la familia. Trabajó como paje para una dama de la nobleza.

En 1591 era aprendiz en el taller del pintor Tobias Verhaecht, y posteriormente pasó al de Adam van Noort, maestro también de Jacob Jordaens, y al de Otto van Veen. Este último había vivido en Italia y sus enseñanzas estaban totalmente sometidas a la lección de los maestros italianos del siglo XVI. En 1598 ya estaba inscrito como maestro pintor en la guilda de San Lucas.

En 1600 se trasladó a Italia, donde permaneció hasta 1608. En un primer momento se estableció en Venecia, ciudad en la que realizó copias de Tiziano, Veronés y Tintoretto. Después entró al servicio de Vincenzo de Gonzaga, en Mantua, personaje que se dedicaba al coleccionismo de obras de arte y la protección de artistas. Para éste va a alternar la actividad artística con la diplomática y política. Contratado, en principio, para copiar cuadros, consiguió que al cabo de unos meses se le enviara fuera, para perfeccionar sus estudios. Realizó varios viajes a Roma y Génova, donde estudió la obra de los grandes maestros del Renacimiento y de pintores más recientes como Aníbal Carracci y Caravaggio. De este último va adquirir la obra El tránsito de la Virgen, que había sido rechazada, para situarla en el lugar para el cual se había realizado. En 1602 pintó en Roma La exaltación de la Cruz, Jesús coronado de espinas y la Erección de la Cruz, realizadas para la iglesia Santa Croce. En Mantua pintó, en 1605, La circuncisión, primer paso para confirmar su tendencia barroca, y en 1608 La Adoración de los Pastores, donde se afirma esta tendencia.

Rubens e Isabel Brant. Rubens. Munich, 1609.

En 1603 fue enviado a la corte de Madrid, en una misión diplomática, acompañando unas obras de arte destinadas al rey. Aquí realizó obras como el retrato del Duque de Lerma (Museo del Prado de Madrid) y la tabla de Heráclito y Demócrito. Su arte fue muy apreciado y pasó a formar parte de las colecciones reales.

A su regreso a Mantua pintó la Santísima Trinidad adorada por Vicente Gonzaga y su familia, para la Iglesia de los jesuitas de esa ciudad. En 1606 volvió a Roma, donde residió hasta su vuelta a Amberes. De este momento son La Virgen venerada por santos y ángeles, pintada para el altar mayor de la iglesia romana de Santa María in Vallicella; la primera versión de esta obra, realizada en tabla, fue rechazada y en la actualidad se conserva en el Museo de Grenoble. El lienzo final se encuentra en el lugar para el que fue realizado.

Debido a la enfermedad de su madre, volvió a su patria en 1608, con la protección de los regentes de los Países Bajos, los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia, y del primer burgomaestre de la ciudad, Nicolás Rockox; fundó un activísimo taller, con numerosos colaboradores, entre los que se encontraba Van Dyck, y pintó un elevado número de obras.

De este primer año en Amberes son La Adoración de los Magos, para el Ayuntamiento de la ciudad, y la Anunciación, pintada para los jesuitas. La primera obra fue encargada por Nicolás Rockox, en 1612 fue trasladada a España por Rodrigo de Calderón, valido de Felipe III, y actualmente se conserva en el Museo del Prado. En 1610 pintó La erección de la Cruz y El descendimiento, para la catedral de Amberes, con notas caravagistas, obras que le consagran como el primer pintor de Flandes, y que le deparan fama y gran cantidad de nuevos encargos.

Adoración de los Reyes Magos. Rubens. Museo del Prado. Madrid.

En 1609 contrajo un primer matrimonio con Isabel Brant; el intenso trabajo de su taller le permitió comprar una lujosa y amplia casa en Amberes (hoy museo Rubens), donde estableció su estudio y donde vivió hasta su muerte. De este primer matrimonio nacieron tres hijos Clara-Serena, que murió a los doce años, Alberto y Nicolás.

Los encargos importantes se sucedieron; de 1612 es el Tríptico de la Resurrección de la catedral de Amberes. De 1615 es una espléndida naturaleza muerta, El fauno y la bacante, y las obras La batalla de las Amazonas y El Juicio universal.

A partir de 1620 se dedicó a dos importantes trabajos: la decoración de la iglesia de los jesuitas de Amberes, de cuyo conjunto es La última comunión de San Francisco, pintada para el altar de la iglesia, y las Alegorías de la vida pintadas para María de Médicis, reina de Francia, formadas por 21 telas destinadas a la decoración del palacio de Luxemburgo, trabajo para el cual se trasladó a Francia en 1622. Los veintiún cuadros que componen el conjunto (actualmente en el Museo del Louvre de París) muestran la fuerte imaginación del maestro que, mediante un sinfín de alegorías y símbolos, esconde la pobreza del tema tratado. Para su realización contó con numerosos ayudantes.

En este momento alternó la pintura de tablas de altar, como el Tríptico de san Ildefonso, con obras de tema mitológico y alegórico, magníficos retratos como los de Elena Fourment, con quien se casó, y la pintura de paisajes entre los que destacan Paisaje con Filemón y Baucis y Paisaje otoñal con el castillo de Steen. También desarrolló una importante actividad diplomática, fundamentalmente tras la muerte del archiduque Alberto en 1621. Nombrado consejero de la archiduquesa Isabel, se le encargaron numerosas misiones diplomáticas.

En agosto de 1628 viajó a España, para participar en las negociaciones de paz entre españoles e ingleses, aquí recibió numerosos encargos, sobre todo retratos para la familia real. En Madrid conoció a Velázquez, pero principalmente se dedicó al estudio de la pintura veneciana que se encontraba en las colecciones reales. Tras este viaje su obra progresó hacía una pintura más cálida, llena de luz, producto de la impresión que le produjeron las obras de Tiziano vistas, junto a Velázquez, en el Escorial. Ejemplo de ello serán obras como Elena Fourment con su hijo de 1635 y El Jardín del Amor.

El éxito de su misión en la corte de Madrid hizo que fuera nombrado secretario del Consejo Privado de los Países Bajos, cargo que ocupó su hijo a su muerte. Nuevamente salió de su país, con la misión de tratar las relaciones anglo-francesas en Inglaterra con Carlos I. Tras este viaje, en 1630, solicitó ser apartado de las actividades diplomáticas para dedicarse por completo a su trabajo de pintor. Sin embargo, durante la huida de María de Médicis a los Países Bajos españoles, se vio mezclado en asuntos políticos y diplomáticos, y continuó siendo agente de la archiduquesa hasta la muerte de ésta en 1633.

Helena Fourment y un niño. Rubens. Países Bajos.

En 1630, en el mes de diciembre, contrajo matrimonio con Elena Fourment, joven de 17 años, con la que tuvo cinco hijos. En 1632 pintó el Tríptico de San Ildefonso, último encargo de la archiduquesa. En 1634 envió a Londres nueve lienzos para decorar el Whitehall. En 1635 proyectó la fastuosa decoración de la ciudad para el recibimiento del nuevo gobernador de los Países Bajos, el cardenal infante Don Fernando, que lo protegió y nombró pintor de Cámara como los anteriores gobernadores.

En 1634, recibió el último gran encargo de su vida. Felipe IV, rey de España, le encargó la decoración de la Torre de la Parada, serie con temática mitológica y representaciones de la Metamorfosis de Ovidio. De su mano saldrían todos los bocetos de los cuadros en los que colaboraron los mejores artistas de Amberes; en 1638 llegó a España un primer envío compuesto por ciento doce obras. Una parte importante de estas obras se perdió debido a un incendio en el pabellón de caza, el resto se conservan en el museo del Prado de Madrid.

Abrumado de encargos, el artista llevó a cabo una obra gigantesca, que le valió el reconocimiento público y una considerable fortuna. En febrero de 1640 fue nombrado miembro honorario de la Academia de San Lucas en Italia. En mayo de ese mismo año, enfermo de gota, murió en su casa de Amberes.

Estatua de Rubens (Amberes).

Estilo

Rubens es, sin duda, la figura más importante del Barroco flamenco. Hombre jovial y vitalista, su personalidad está de acuerdo con el arte que interpreta, arte del movimiento, la exuberancia y la fogosidad. Conoce profundamente la pintura veneciana, que marcará su producción. La obra de Tiziano será una de sus lecciones mejor aprendidas, pero también le influirá la obra de pintores del momento como, Carracci, Caravaggio, al que admiró, o Velázquez, con quien se relacionó en la corte española. Realiza numerosas copias de obras de pintores venecianos y él mismo reúne una importante colección de pintura.

Su estilo se caracteriza por una pincelada amplia y un rico colorido, siempre luminoso y alegre, con composiciones de diagonales complicadas y gran dinamismo. La perfecta armonía entre el color y el dinamismo es su nota más destacada. Su desbordante imaginación y su perfecto dominio técnico le permiten pintar, desde complejas y dramáticas pasiones de Cristo, hasta voluptuosas series mitológicas, donde las figuras se sitúan en cálidos espacios abiertos, donde contrasta el gran desarrollo de los ropajes con la luminosa desnudez.

A lo largo de su extensa producción los estudiosos han ido definiendo diferentes etapas. Un primer período, que se corresponde con los años de su estancia en Italia (1600-1608), en el que aprende la lección de los grandes maestros del Renacimiento. Su estudio de Mantegna, la estatuaria clásica y de artistas como Leonardo o Miguel Ángel, serán definitivos. Aprende el equilibrio y la monumentalidad en las composiciones, al tiempo que el dinamismo de obras como la Battalla Anghiari, y la tensión contenida de los frescos de la Sixtina.

Las obras realizadas en los años siguientes, hasta su segundo viaje a España, momento en el que estudia en profundidad la pintura veneciana, muestran unas tendencias lumínicas que provienen de las influencias recibidas de Correggio y del tenebrismo de Caravaggio.

A partir de su segundo viaje a España en 1628, se incorpora la influencia de la pintura veneciana a su arte. Estudiará a Tintoretto, Veronés y, sobre todo, a Tiziano, autor que le marcó vivamente. Desde este momento puede decirse que su pintura entra dentro de una etapa de plena madurez, en la que sus obras alcanzan las más altas cuotas de barroquismo. El movimiento, las diagonales compositivas, la agitación y la inestabilidad son constantes en sus obras.

En sus últimos años, y sobre todo tras la adquisición del castillo de Steen, los temas grandilocuentes van dando paso a otros más sencillos, en los que parece querer silenciar su imaginación y mirar más su entrono.

El triunfo de Venus. Rubens. Países Bajos.

La pintura de Rubens fue la precursora de la tendencia barroca que dominaría Europa en la segunda mitad del siglo XVII.

Temas

Dos serán los temas principalmente abordados por Rubens, el religioso y el mitológico. Sus temas religiosos se adaptaron perfectamente a los postulados de la Contrarreforma; apartándose del dramatismo de otros artistas, su elocuente barroquismo y sus tonalidades alegres convierten sus obras en páginas amenas. Su gusto humanista se va a revelar en el tratamiento de temas mitológicos, que, en realidad, siempre fueron un pretexto para cultivar el desnudo.

Triunfo de la Iglesia. Rubens. Museo del Prado. Madrid.

Además fue en gran autor de retratos. Pintó recurrentemente a Elena Forment, su segunda esposa, su autorretrato, a sus hijos y a sus amigos, pero, sobre todo, pintó los retratos de altos personajes como El Duque de Lerma, el rey Felipe IV los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia, así como a numerosos príncipes europeos.

Autorretrato (Óleo sobre lienzo, 1628). Galería de los Uffizi (Florencia, Italia).

Rubens, Retrato ecuestre del Duque de Lerma. Museo del Prado.

Cultivó asimismo todos los demás géneros el bodegón, el paisaje, etc. El cuadro de caza fue nuevamente valorado por él. Este era un tema que se adaptaba perfectamente al temperamento del pintor y al tipo de arte que desarrolló; en movidas composiciones, hombres y caballos luchan contra leones, leopardos o jabalíes.

La abundancia de sus encargos le obligó a tener un importante y activo taller, donde contó con colaboradores especializados: Van Dyck, durante breve tiempo, para las figuras; Jan Brueghel, para las flores y las frutas; Frans Snyders y Paul de Vos para los animales; y Jan Wildens y Lucas van Uden para el paisaje. Entre sus colaboradores también se encontraban sus propios grabadores, formados en su estilo: Pieter Claes Soutman, Lucas Vorsterman, Paulus Pontius, los hermanos Bolswert, etc.

Obras

El Levantamiento de la Cruz

Fue realizado para la catedral de Amberes, en 1602. La composición se ordena en torno a la diagonal que forma el cuerpo de Cristo, fuertemente iluminado. Éste se presenta de una forma no tradicional, como un cuerpo recién clavado y elevado por fornidos soldados. Es de destacar el colorido intenso y la iluminación del cuerpo, llena de serenidad, así como el dramatismo del tema expresado, la tortura de Cristo hombre, y su derrota humana. Esta misma composición en diagonal se manifiesta en El descendimiento de Cristo, pintado para la misma catedral.

El retrato ecuestre del Duque de Lerma

Realizado en 1603, se conserva actualmente en el Museo del Prado de Madrid. Es producto de su primer viaje a España, como embajador del Duque de Mantua. El retratado se representa a caballo y de frente, en medio de un paisaje. Este tipo de representación ecuestre es una de las grandes aportaciones de Rubens al barroco europeo, ya que en ellas abandona la composiciones laterales propias del Renacimiento, para establecer una profunda diagonal marcada por el caballo y el personaje de frente.
La iluminación fría de tonos azules recuerda el arte de Tintoretto y los círculos venecianos, al tiempo que los contrastados claro-oscuros recuerdan la pintura de Caravaggio.

La adoración de los Magos

Esta obra fue realizada en 1608, por encargo del municipio de Amberes. Poco tiempo después, en 1612, fue regalada a Don Rodrigo Calderón, a cuya almoneda la compró Felipe IV para que pasase a formar parte de las colecciones reales españolas. Actualmente se conserva en el Museo del Prado.
La obra tal y como hoy la contemplamos es producto de una ampliación y repinte realizado por el propio Rubens en su segundo viaje a España (1628-1629). La composición original está formada por la escena del nacimiento y las figuras más próximas a ella, el rey, de túnica roja, y los esclavos portando regalos. Las figuras en segundo plano y con una iluminación escasa son producto de la ampliación de la composición.
Esta obra revela todavía la influencia que los pintores italianos habían ejercido sobre Rubens, especialmente Veronés, del que toma los ricos juegos de luces, el perfilado del dibujo y el exquisito estilo aristocrático, aunque Rubens lo carga de fuerza, vida y movimiento.

El Retrato de la reina María de Médicis

Pintado por Rubens hacía 1622, permaneció en su poder hasta la muerte del artista. Posteriormente fue adquirido por el rey Felipe IV, para las colecciones reales españolas, y actualmente se conserva en el Museo del Prado.
El retrato parece un boceto inacabado, realizado por el pintor para la decoración del palacio de Luxemburgo. La retratada se representa sobre un fondo claro neutro, dentro de un traje negro, donde sólo se remarcan la cabeza y las manos mediante el tono más claro de puños y cuello. Toda la atención del espectador queda fijo en el rostro y manos de la retratada, llenos de luz y expresividad.

El Jardín del Amor

El jardín del amor (Óleo sobre lienzo, 1630-1632). Museo del Prado (Madrid, España).

Ejecutado en 1630, el Jardín del Amor pertenece a un grupo de obras que Rubens realizó para su propio deleite y para la decoración de su casa. En ellas trata de sus propias experiencias y de sus estados de ánimo. Esta obra fue realizada tras haber contraído su segundo matrimonio con Elena Forment, que sería un motivo de constante inspiración para el Rubens maduro.
En ella se representa un grupo de hombres y mujeres, en medio de un juego de galanteo amoroso, entre los que se mezclan pequeños amorcillos. La composición, llena de ritmo y movimiento, se enmarca en medio de un paisaje definido por ampulosas arquitecturas. En alguna ocasión se ha querido interpretar como una escena cotidiana que se desarrolla en el jardín de la propia casa urbana de Rubens, ya que, en ella, lo real y lo imaginario se encuentran en un mismo plano, al formar parte del grupo el propio Rubens maduro con su joven esposa, como una pareja más de la composición.

En las composiciones de tema mitológico o alegórico, Rubens presenta escenas con gran número de personajes, plenas de sentimientos sensuales y de aguda observación de la naturaleza. Tiene una amplísima gama cromática al servicio de un gran movimiento, que trasmite su vitalismo y su optimismo ante la vida. La opulencia y voluptuosidad sensual de los desnudos es otra de las características de este tipo de obras, que llega a su máxima expresión en Las tres gracias, donde retoma una composición de Botticelli: su obra La Primavera. Sobre estos temas desarrolló una intensa actividad en los últimos años de su vida, a veces realizando amplios ciclos de inspiración literaria, otras pintando episodios sueltos, siempre encerrando alguna enseñanza o consecuencia moral.

Las Tres Gracias (Óleo sobre lienzo, ca.1630). Museo del Prado (Madrid, España).

Paisaje con la torre de Steen

Son numerosos los paisajes que realiza con el tema de su casa campestre en Steen. En ellos unifica la visión de hombres, animales, vegetación y arquitecturas, mediante una ambientación atmosférica, realizada por medio de una amplia pincelada de gran armonía cromática.

Bibliografía

  • AZCÁRATE RISTORI, J.M.: Rubens, pintor barroco. (Madrid, CSIC, 1992).

  • LASSAIGNE, J.: De Jerónimo Bosch a Rubens. (Barcelona, 1977).

  • VOSTERS, S.: Rubens y España. (Madrid, Cátedra, 1990).

  • WEDGWOOD, C.V.: El mundo de Rubens: 1577-1640 (Amsterdam, 1982)

Obra

Galería multimédia

Autor

  • Esther Alegre Carvajal