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LiteraturaBiografía

Radnóti, Miklós (1909-1944).

Poeta húngaro nacido en Budapest el 5 de mayo de 1909 y fallecido en Abda (cerca de Györ) el 9 de noviembre de 1944, víctima del furor aniquilador del nazismo alemán. Autor de una intensa y conmovedora producción poética en la que sus anhelos primerizos de habitar en un mundo idílico chocan violentamente con la penosa realidad socio-política que le tocó vivir, está considerado como uno de los poetas más relevantes de las Letras húngaras de la primera mitad del siglo XX, y, sin duda alguna, como uno de los autores que mejor han sabido reflejar en sus versos el dolor, el horror y el sufrimiento provocado por la persecución nazi desatada contra el pueblo judío.

Volcado desde su infancia a los estudios humanísticos y el cultivo de la creación literaria, cursó su estudios primarios y secundarios en su Budapest natal, ciudad en la que se dio a conocer como poeta merced a la publicación de Saludos paganos (1930), una espléndida recopilación de composiciones juveniles dominadas, en su vertiente temática, por un acusado sentimiento de rebeldía y, en su dimensión formal, por la huella visible del legado de los poetas surrealistas franceses. En el transcurso de aquel mismo año, el joven Miklós Radnóti se matriculó en la Universidad de Szeged, donde cursó estudios superiores de lengua y literatura húngara y francesa y conoció al profesor Sandor Sik, figura decisiva en su formación intelectual. Bajo su tutela, Radnóti se incorporó al seminario de literatura que Sik dirigía en dicho centro de enseñanza superior, y se fue integrando poco a poco en los principales foros y cenáculos artísticos e intelectuales de la animada ciudad húngara, como el constituido por los alumnos y profesores del Colegio de Arte de Juventudes de Szeged.

Alentado por esa atmósfera cultural que respiraba en su entorno, un año después de la publicación de su opera prima Radnóti dio a la imprenta una segunda entrega poética, Canto de los nuevos pastores (1931), obra de la que sólo pudo disfrutar un selecto grupo de amigos del joven escritor de Budapest, pues fue inmediatamente "secuestrada" por las autoridades políticas y eclesiásticas de Hungría, que la consideraron escandalosa, contraria a la religión e instigadora a la rebelión. No se desanimó por ello el audaz poeta, y pronto añadió a su bibliografía nuevos volúmenes de versos como los titulados Szeged: Brisa creciente (1933) y Nueva Luna (1935). Entre la aparición de uno y otro, Miklós Radnóti obtuvo el grado de licenciado en Arte (1934) y el diploma que le facultaba como especialista en educación (1935), aunque no llegó a tener oportunidad de ejercer la docencia.

En 1935 contrajo nupcias con Fanni Gyarmati, y un año después volvió a los anaqueles de las librerías con Jarkalj, csak halalraitelt (Camina, condenado a muerte, 1936), un poemario sombrío y angustioso en el que aparecían ya esos oscuros presentimientos de dolor y muerte que habrían de caracterizar el resto de su producción lírica. Consagrado, ya por aquel entonces, como una de las grandes revelaciones de la poesía húngara contemporánea, en 1937 fue galardonado con el premio "Baumgarten", uno de los reconocimientos más prestigiosos de las Letras europeas. Posteriormente, Miklós Radnóti comenzó a escribir su autobiografía, que vio la luz en 1940 bajo el título de Ikrek hava, poco antes de que apareciera una muestra antológica de sus versos, Poemas Selectos (1940), que difundió su fama por todos los rincones de Hungría e, incluso, por numerosos foros culturales del Viejo Continente.

El dramático estallido de la Segunda Guerra Mundial acabó definitivamente con la entusiasta rebeldía juvenil del poeta, sus anhelos de vivir en un mundo mejor y sus evocaciones nostálgicas o esperanzadas que habían caracterizado temáticamente sus primeras entregas poéticas. Trágicamente, todos sus poemas posteriores a 1940 comenzaron a teñirse de temores directos a un muerte inminente y presentida, en medio del horror y el sufrimiento de quien se sabía condenado al exterminio por sus orígenes judíos. Estos sombríos presentimientos de Miklós Radnóti comenzaron a hacerse realidad en 1941, cuando el desventurado poeta fue movilizado forzosamente al denominado "Servicio Obligatorio de Trabajo", donde se le destinó primero a Ucrania y, poco después, a unas minas de cobre ubicadas en Bor (Yugoslavia). Allí, entre vejaciones, amenazas, penosas condiciones de vida y crueles imposiciones de trabajos forzados, Radnóti tuvo ánimo e inspiración suficientes para escribir algunos de sus piezas maestras, como los poemas titulados "Égloga Séptima" y "Carta a la Buena Señora". Tras varios años de penosa reclusión, en 1944 fue obligado por las SS alemanas a viajar a pie, junto a sus débiles y enfermos compañeros, hacia otro campo de concentración situado al oeste; en el transcurso de aquella tétrica marcha, las fuerzas nazis le dieron muerte al pasar por el término municipal de Abda, localidad próxima a la ciudad húngara de Györ.

Acabada la guerra, al ser exhumado su cadáver de la fosa común en que yacía, se encontró sobre su cuerpo su último cuaderno de poemas, en el que había seguido anotando versos hasta sus últimos días de existencia. Estas y otras composiciones inéditas de Miklós Radnóti fueron publicadas póstumamente bajo el título de Cielos Espumosos (1946).

La amargura, el dolor y la desolación que reinan en los poemas de la segunda etapa del escritor de Budapest quedan bien patentes en estos patéticos versos de su composición "Viví sobre esta tierra": "Viví sobre esta tierra en una época / en la que el hombre cayó tan bajo / que mataba gustosamente, por placer, sin recibir órdenes. / Locas obsesiones tejían su vida, / creía en dioses falsos. Desilusionado, echaba espuma por la boca. / Viví en este tierra en una edad / en la que era un honor traicionar y matar, / el traidor y el ladrón eran héroes, / y quienes estaban en silencio, no deseando regocijarse, / fueron odiados como si tuvieran una peste. / [...] / Yo viví sobre esta tierra en una edad / en la que una maldición era la madre de un niño, / las madres eran felices si abortaban, / un vaso de denso veneno espumaba en la mesa, / y los vivos envidiaban el podrido silencio de los muertos [...]".

J. R. Fernández de Cano

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.