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CineBiografía

Mitchum, Robert (1917-1997).

Actor de cine estadounidense, nacido en Bridgeport (Connecticut. Estados Unidos), el 6 de agosto de 1917, y fallece en Santa Barbara (California. Estados Unidos) el 1 de julio de 1997. Su nombre completo era Robert Charles Durman Mitchum.

Vida

Miembro de una familia de irlandeses, sufrió pronto los avatares de una infancia y una juventud cuando menos difícil (expulsión de diferentes colegios, arrestos por vagancia). Desempeñó varios oficios (minero, boxeador, obrero) antes de ser animado, cuando ejercía de empleado en una zapatería, por el agente de su hermana, que era cantante, a dejarlo todo para ser actor. A los veinticinco años decide aprender algo del noble arte de actuar, por lo que ingresa en el “Long Beach Theater Guild”, pero rápidamente es contratado en Hollywood como figurante.

También fueron duros los comienzos. Su físico, descomunal, le condenó a interpretar papelitos de una sola frase, hasta que le llegó la oportunidad de ampliar sus registros en la modesta serie de westerns conocida como la “Hopalong Cassidy” (1943), que protagonizaba el caballista William Boyd. Al año siguiente, sus interpretaciones en When Strangers Marry, de William Castle o Treinta segundos sobre Tokio, de Mervyn LeRoy, ya revisten cierta importancia, y, un año después, en 1945, es nominado (por primera y última vez en su carrera) al Oscar como mejor Actor Secundario por También somos seres humanos, de William A. Wellman.

El éxito de este filme, su presencia física y las circunstancia de la Segunda Guerra Mundial le convirtieron en la imagen ideal del soldado yanqui. Hecho que explotó en otras producciones; entre ellas, Hasta el fin del tiempo (1946), de Edward Dmytryk; Corea, hora cero (1952), de Tay Garnett, donde se enamoró de una enfermera tan encantadora como Ann Blyth; Duelo en el Atlántico (1957), de Dick Powell, que le enfrentó, en unas memorables batallas psicológicas, a Curt Jürgens, que era el oficial alemán que comandaba el submarino que Mitchum debía destruir, y Sólo Dios lo sabe (1957), de John Huston, donde hacía pareja con la encantadora Deborah Kerr, coincidiendo ambos en otras dos películas: Página en Blanco (1960), de Stanley Donen, con Cary Grant y Jean Simmons de lujosos partenaires, y la subestimada y sin embargo magnífica Tres vidas errantes (1960), de Fred Zinnemann, un filme que transcurría en las soleadas praderas de Australia con Mitchum, esposo de la Kerr, guiando ganado de una punta a la otra del país, ganando y perdiendo fortunas a los dados y, como bien dice el título español, llevando y haciendo llevar una vida errante a su retoño y esposa.

Frecuentó, durante su contrato con la R.K.O., muy a menudo la imagen de héroe o anti-héroe del cine negro, donde su aparente inexpresividad se transformó en ideal para un tipo de personaje lacónico y poco elocuente. En Encrucijada de odios (1947), de Edward Dmytryk, la película de los tres Robert (Mitchum, Young y Ryan), Mitchum está soberbio, como el resto del reparto, en este intenso thriller, uno de los primeros que introduce el tema del antisemitismo en el cine, perfectamente dirigido por Dmytryk, uno de los famosos10 de Hollywood”, en la más intensa todavía caza de brujas del senador McCarthy.

En el mismo año, rueda Retorno al Pasado, de Jacques Tourneur, una obra maestra absoluta dentro del género negro y una de las más inquietantes apariciones de Mitchum en la pantalla, especialmente en la escena en la que, tras haber pasado la noche en una tienda de campaña, entra en el plano directamente en gabardina, símbolo ineludible y esencial de la iconografía “negra”. Junto a una olvidada y poco estimada Jane Greene, bellísima y peligrosa amante de un gángster (nunca una mujer ha gozado de tal personaje en el cine), Mitchum se mete de cabeza en una red de chantajes y asesinatos, cometidos, quizá, por el gángster (Kirk Douglas), pero inducidos por esta amante letal, que intentará huir a México, y que no lo conseguirá por el exceso de celo de un Mitchum engañado, sí, pero también completamente enamorado.

Todavía en este mágico año de 1947, Raoul Walsh se lo llevará al oeste en Persecución, un extraño western lleno de misterio y suspense (uno de los primeros en incluir elementos afines a la tragedia y al psicoanálisis), muy bien interpretado por Teresa Wright, Judith Anderson y por un Mitchum determinado a encontrar a los asesinos de sus padres.

Vuelve a aparecer en dos cintas que merecen toda la atención: The Lusty Men (1952) de Nicholas Ray, y Una aventura en Macao (1952) de Josef Von Sternberg. En la primera, un inteligente drama sobre el mundo de los rodeos, es un campeón retirado que deviene el mentor de Arthur Kennedy, un joven ambicioso, puro retrato del personaje interpretado por Mitchum 20 años antes. En la segunda, una aventura que la R.K.O. situó en la exótica Macao, antigua colonia portuguesa, es emparejado al gran descubrimiento de Howard Hugues, Jane Russell. No era esta la primera vez que se las veía con esta actriz, auténtica fuerza de la naturaleza; un año antes, John Farrow los había ya presentado en Las fronteras del crimen (1951) un filme cuya publicidad rezaba: “La más caliente combinación que nunca haya golpeado la pantalla”.

Ya en 1953, Robert Mitchum cae en las garras de Jean Simmons en Cara de ángel, de Otto Preminger, un filme que, desde la secuencia inicial, enreda al espectador en un territorio incierto y peligroso -en los límites de un barranco-, invisible, pero muy cercano. Esta sensación tan cautivadora, tan aterradora no nos abandonará hasta el final de la película. Mientras que Mitchum, inseparable de su personaje monolítico, intriga por su carácter taciturno y por su impotencia resignada, Jean Simmons desconcierta ofreciendo una imagen doble, maléfica y delicada, intratable y frágil; una mujer calculadora, sin duda, pero por un amor inexplicable hacia un Mitchum que no se cree que la pasión que nace entre ambos personajes llegue a ser tan devoradora y obsesionante, tan letal.

Otto Preminger vuelve a llamarle al año siguiente para que aparezca, con el torso desnudo gran parte del metraje, junto a una preciosa Marilyn Monroe, en Río sin retorno (1954). Al lado de Mitchum, Marilyn no es, por primera vez, el objeto sexual que el mito hollywoodiense había forjado, sino que es una mujer que piensa, trabaja (es una cantante de “saloon”), sufre, que reacciona lúcidamente en circunstancias realmente complicadas y tensas. En el primer filme en cinemascope donde la puesta en escena utiliza la pantalla larga para restituir el realismo de los grandes espacios y para dibujar un conflicto psicológico, Mitchum es un hombre que escapa de su habitual imagen de rudo y descubre poco a poco los sentimientos de su hijo, del cual nunca se ha ocupado, y la humanidad de esta cantante de “saloon” despojada de todo, salvo de su guitarra y de sus zapatos rojos.

Siguió las reglas del western atípico, y en cinemascope, con una excelente (y subestimada) producción de William A. Wellman, The Track of the Cat (1954), en el que interpreta al antipático hijo mayor de una extraña familia que se ve obligado a salir en plena tormenta de nieve y viento en busca del gato del título (una pantera negra) que diezma continuamente los animales de su granja. Fantástica interpretación de Mitchum, en un filme en el que se consigue palpar el ambiente viciado que se respira en esa casa, con pocas mujeres para tanto hombre, y la cerrada psicología de cada uno de los integrantes familiares.

Pero su más fina y matizada interpretación la ofreció un año más tarde para uno de los considerados mayores actores de la historia, Charles Laughton, quien por primera y última vez (fue un fracaso en la taquilla) se pondría detrás de la cámara en esa obra maestra sin discusión que es La noche del cazador (1955). Robert Mitchum, fuerte y determinativo, es ese predicador que cita la Biblia y juega pérfidamente con los términos morales y espirituales. Es un depredador nocturno, cuyos nudillos portan las letras “amor” y “odio”, que se cierne sobre las criaturas aparentemente más débiles: dos niños que guardan un secreto que sólo conoce Mitchum. Antes de rodar, Laughton vio varios filmes de D.W. Griffith, con el fin de impregnarse de la atmósfera y del estilo del cine mudo para hacer de su obra, única en todo los sentidos, una especie de descenso trágico al mismo corazón de una América provinciana, tornada en el lugar de todos los terrores posibles. Cara a Mitchum, encarnación pura de las fuerzas del mal, Lilliam Gish (la heroína de algunas películas del maestro Griffith) simboliza la pureza y la ternura. La (re)creación de Mitchum y la película en sí son absolutamente sublimes.

Otro título en el año 1955 vino a demostrar que los productores podían confiar en él como actor dramático, No serás un extraño, de Stanley Kramer. Y, en 1960, volvió a estar sobrio en un melodrama poderoso de Vincente Minnelli, Con él llegó el escándalo, donde daba vida a un dictatorial y mujeriego (incomprensiblemente, pues su esposa era la encantadora Eleanor Parker) terrateniente capaz de tiranizar a todos los miembros de su familia.

Fue lo mejor de las producciones en las que participó durante los años sesenta y setenta: estuvo a la altura requerida entre el impresionante y abigarrado reparto de El día más largo (1962), de Ken Annakin, Andrew Marton, Bernhard Wicki y Gerd Oswald; fue un convincente abogado que se vuelve loco por Shirley MacLaine en Cualquier día en cualquier esquina (1962), de Robert Wise; cumplió en un drama psicológico, junto a Elizabeth Taylor y Mia Farrow, titulado Ceremonia secreta (1968), de Joseph Losey; estuvo mejor que nunca a las órdenes de David Lean, en esa maravilla llamada La hija de Ryan (1970), y no desentonaba en un filme, curioso nada más, de Sydney Pollack, Yakuza (1975).

Tres producciones, aparte La Hija de Ryan, y tres interpretaciones, diametralmente opuestas, despuntan en su carrera en estas décadas: el sheriff borracho de El Dorado, de Howard Hawks, donde da réplica a John Wayne, en una especie de ‘remake’ del Río Bravo del propio Hawks; el memorable psicópata, vengativo e inteligente, claro continuador del de La noche del cazador, de El cabo del Terror, de J. Lee Thompson; y su maravilloso, cansado pero poético, Philip Marlowe de Adiós, muñeca (1975), de Dick Richards, tercera versión de la novela de Raymond Chandler.

Aunque su vida privada se vio salpicada por diversos escándalos (entre ellos, orgías en mansiones de algún famoso anónimo, consumir marihuana, etc.), nada ha podido destronar la imagen de estrella de un actor que participó en más de 100 películas durante las cinco décadas que permaneció en activo, pues siguió trabajando en cine y televisión durante los años ochenta y noventa. Tildado de lacónico y poco expresivo, lo cierto es que, analizada hoy día, su filmografía es tan atractiva en calidad como en cantidad, y algunas de sus interpretaciones han quedado eternamente selladas en la memoria de muchos cinéfilos.

Filmografía.

1943: Aerial Gunner; Bar 20; Beyond the Last Frontier; Héroes del mar; The Dancing Master; Doughboys in Ireland; False Colors; Follow the Band; Todos a una; Hoppy Serves a Writ; Riders of the Deadline; We’re Never Been Licked; La comedia humana; Cry Havoc; Border Patrol; The Leather Burners; Colt Comrades; The Lone Star Trail; Minesweeper.
1944: Girl Rush; Johnny Doesn’t Live Here Any More; Mr. Winkle Goes to War; Nevada; Treinta segundos sobre Tokio; When Strangers Marry;
1945: También somos seres humanos; West of the Pecos;
1946: Hasta el fin del tiempo; La huella de un recuerdo; Undercurrent.
1947: Retorno al pasado; Encrucijada de odios; Desire Me; Pursued.
1948: Vuelve a amanecer; Blood on the Moon.
1949: The Big Steal; The Red Pony; Holiday Affair
1950: When Danger lives.
1951: Odio y orgullo; The Racket; Las fronteras del crimen.
1952: Una aventura en Macao; The Lusty Men; Corea, Hora cero.
1953: Angel Face; Perseguida; La hechicera blanca.
1954: The Track of the cat; Río sin retorno; She Couldn’t Say No.
1955: La noche del cazador; No serás un extraño; Con sus mismas armas.
1956: Intriga extranjera; Bandido.
1957: Sólo Dios lo sabe; Duelo en el Atlántico; Fuego escondido.
1958: Entre dos pasiones; Thunder Road.
1959: Más allá de Río Grande; Traición en Atenas.
1960: Tres vidas errantes; Página en blanco; Con él llegó el escándalo; A Night Fighters
1961: The Last Time I Saw Archie; El cabo del terror.
1962: El día más largo; Cualquier día en cualquier esquina.
1963: El último de la lista (cameo); Safari en Malasia; Entre dos fuegos.
1964: Ella y sus maridos; El aventurero de Kenia.
1966: El Dorado.
1967: Camino de Oregón.
1968: La batalla de Anzio; El póquer de la muerte; Ceremonia secreta; Villa cabalga.
1969: Un hombre impone la ley; Pistolero.
1970: La hija de Ryan.
1971: Regreso al hogar.
1972: La ira de Dios.
1973: El confidente.
1975: Yakuza; Adiós, muñeca.
1976: El último magnate; La batalla de Midway.
1977: Operación Amsterdam; Detective privado.
1978: Super Rocky.
1979: Cerco roto; Agency.
1981: Night Kill.
1982: Cuando fuimos campeones.
1984: Embajador en Oriente Medio; Los amantes de María.
1988: Mr. North; Los fantasmas atacan al jefe.
1991: El cabo del terror.
1993: Woman of Desire.
1994: Backfire!
Como Narrador:
1993: Tombstone.
Trabajos para televisión
1956: Climax! (episodio: The Louella Parsons Story).
1976: spots para National Alliance of Businessmen.
1981: Winds of War.
1983: A Killer in the Family.
1985: The Hearst and Davies Affair; Promises to Keep; Reunion at Fairborough.
1986: Thompson’s Last Run.
1989: Brotherhood of the Rose; Jake Spanner, Private Eye.
1990: A family for Joe; Inpulso violento.
1992: Midnight Ride.

Bibliografía.

  • PASSEK, Jean-Luc, et al., Diccionario del cine, Librairie Larousse, 1986. Versión española: URABAYEN CASCANTE, Miguel, et al. (Madrid: Ediciones Rialp, S.A.,1991).

LÓPEZ, José Luis, Diccionario de actores (Madrid: Ediciones JC, 1983).

Juan Carlos Paredes

Autor

  • JCP