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Marías Aguilera, Julián (1914-2005).

Filósofo, ensayista, sociólogo y articulista español, nacido en Valladolid el 17 de junio de 1914 y fallecido en Madrid el 15 de diciembre de 2005, que destaca como el principal difusor y continuador de la obra de su maestro José Ortega y Gasset. También desarrolló una amplia labor intelectual de análisis y divulgación en diversos campos como la historia, la política, la sociedad y la cultura españolas. En 1996 Julián Marías obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades "por su nítida y dilatada trayectoria intelectual, prolongada a lo largo de más de medio siglo y con una amplia proyección cultural y académica en numerosos países".

Vida

Tras haber mostrado, desde su temprana juventud, una firme vocación humanística que le llevó a interesarse vivamente por la literatura y el pensamiento español, se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid, donde cursó estudios superiores de Filosofía bajo el magisterio de algunos profesores tan destacados en el panorama intelectual español de la primera mitad del siglo XX como José Ortega y Gasset, Manuel García Morente y Xavier Zubiri. Todos ellos -y, muy especialmente, Ortega y Gasset, a cuyo pensamiento dedicaría luego buena parte de su obra- influyeron poderosamente en la producción impresa de Julián Marías, quien, desde sus firmes convicciones cristianas, desarrolló una ingente labor intelectual plasmada no sólo en sus profundos trabajos filosóficos, sino también en numerosos libros y artículos de carácter literario y sociológico, escritos con gran elegancia y sobriedad estilística, y centrados en los aspectos más diversos de la historia, la literatura y la actualidad española del siglo XX.

Después de haber obtenido el grado de doctor en la citada alma mater, el joven Julián Marías comenzó a colaborar con asiduidad en algunas de las publicaciones periódicas más representativas del pensamiento español de la época, como las revistas Cuadernos de la Facultad de Filosofía y Letras, Escorial, Revista de Occidente (fundada por el citado Ortega y Gasset) y Cruz y Raya (dirigida por el escritor madrileño José Bergamín). El ideario de esta última publicación (que, desde su incuestionable sesgo católico-progresista, influyó notablemente en los círculos literarios e intelectuales de España e Hispanoamérica), permitió vislumbrar desde estas primeras colaboraciones de Julián Marías los derroteros por los que habría de transitar su pensamiento; al mismo tiempo, por aquellos años el joven humanista vallisoletano comenzaba ya a ser señalado como uno de los principales discípulos de Ortega y Gasset, distinción que, si bien el propio Marías asumió con agrado a lo largo de toda su dilatada trayectoria intelectual (con numerosos libros y artículos dedicados expresamente a dilucidar y difundir las aportaciones filosóficas de su maestro), a la postre acabó relegándole en no pocos manuales a la condición de "eterno discípulo", por lo que en muchas ocasiones su aportación original al pensamiento español contemporáneo no mereció la consideración otorgada a otros intelectuales de su misma talla.

Al socaire de esta fructífera colaboración entre maestro y discípulo, en 1948 Ortega y Gasset y Julián Marías fundaron el Instituto de Humanidades, un organismo destinado a la promoción y difusión (por medio de conferencias y publicaciones) de las principales ideas y escuelas que conformaban las distintas tendencias filosóficas de la España del momento. Ya por aquel entonces el pensador vallisoletano había sido distinguido con diferentes reconocimientos y galardones que venían a subrayar el valor de su temprana -pero ya abundante- producción impresa, entre los que destacan el premio "Fastenrath" de la Real Academia Española, que le fue otorgado en 1947. Nombrado, en 1960, director del Seminario de Estudios de Humanidades de Madrid, en el transcurso de aquel mismo año fue también elegido miembro de la Hispanic Society of America y de la Society for the History of Ideas, ambas con sede en Nueva York. Cuatro años después, Julián Marías fue elegido miembro del Institut International de Philosophie y, ya en su país natal, honrado con un sillón en la Real Academia Española.

Aquel mismo año de 1964 recibió el premio "Kennedy", otorgado por el Instituto de Estudios Norteamericanos de Barcelona, galardón que vino a sumarse a una ya densa nómina de premios destinados a reconocer los méritos intelectuales y las labores públicas de Julián María, y que aún habría de dejar paso a otros muchos reconocimientos tan señalados como los premios "Gulbenkian" de ensayo, que le fue concedido por la Academia Latina en 1972; "Ramón Godó" de periodismo, con el que se distinguió su dedicación a la prensa española durante el período de 1975-1976; "Mariano de Cavia" de periodismo, con el que el diario madrileño ABC -donde Marías publicó infinidad de escritos- galardonó un artículo suyo publicado en 1985; y, entre otros muchos, el prestigioso premio "Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades", que recayó en el humanista vallisoletano en 1996. En 2002 recibió el XVI Premio Internacional Menéndez Pelayo.

Elegido, también, miembro de número de la Real Academia de Artes de San Fernando, Julián Marías -que fue nombrado Doctor honoris causa por varias universidades internacionales- impartió clases, cursos y conferencias en las principales universidades de Estados Unidos e Hispanoamérica, y fue invitado a difundir sus ideas en aulas e instituciones superiores de algunos países europeos como Francia, Alemania y Portugal. En reconocimiento a sus desvelos por encontrar las claves de la identidad española desde una clara voluntad conciliadora, en 1977 fue elevado al rango de senador por designación real, cargo en el que se mantuvo hasta 1979.

Uno de sus cinco hijos, el madrileño Javier Marías, es una de las voces más originales de la narrativa española contemporánea.

Obra

Filosofía

Autor de una vasta producción impresa que, en su ambiciosa extensión, comprende desde el planteamiento de cuestiones específicamente filosóficas hasta el ensayo y la crítica literaria (pasando por el análisis de numerosos aspectos de la historia española y la actualidad política, social y cultural del país), Julián Marías es conocido principalmente por haber continuado, dentro del pensamiento estrictamente filosófico, esa línea orteguiana en la que la "razón vital" constituye el fundamento de todas las teorías.

Considerado, pues, primero como un difusor y luego como un continuador de la obra de su maestro -que desarrolla y amplía con numerosas aportaciones personales, no siempre admitidas por los orteguianos más ortodoxos- Marías entiende la labor del filósofo como un "hacer humano" a la luz de la "razón vital", es decir, como una realidad que comparte con la vida humana (de la cual deriva y en la cual se cimenta) su carácter de radical, sistemática y circunstancial. El eje temático principal de su pensamiento -como ocurre en el sistema orteguiano- es la propia vida, que a ojos de Marías aparece compuesta por elementos que son, a un mismo tiempo, variables y permanentes. Dado que toda vida se desarrolla en unas circunstancias concretas, estos elementos que la conforman no pueden constituir en modo alguno un a priori; pero sí dan cabida a una serie de preocupaciones inherentes a la labor del filósofo, a las que se agarra esa ampliación temática del pensamiento orteguiano propuesta por Marías. Al hilo de estas reflexiones, y teniendo en cuenta que el hombre es para Marías y para su maestro una realidad radicada en la vida, la metafísica es contemplada por el pensador vallisoletano como la ciencia de la realidad, un instrumento de la "razón vital" capaz de anular la incertidumbre de la conciencia y hallar una verdad radical. Se advierte, pues, que a todos los pasos filosóficos emprendidos por Julián Marías les guía el interés por divulgar el pensamiento de Ortega, aunque en muchas ocasiones la ampliación temática propuesta por Marías respecto a la obra original de su maestro desborde peligrosamente los contenidos centrales del sistema orteguiano.

La extensión y diversidad de la obra impresa de Julián Marías impide reducir a los estrechos límites de esta breve semblanza bio-bibliográfica todos los títulos que conforman su impresionante legado literario, ensayístico, periodístico y filosófico. Entre sus obras de contenido estrictamente filosófico, conviene recordar su extraordinaria síntesis que, publicada bajo el título de Historia de la Filosofía (1941), le proporcionó, antes de haber alcanzado los treinta años de edad, una notable celebridad en los círculos intelectuales y universitarios españoles, donde esta obra fue recibida como uno de los instrumentos más valiosos para el acercamiento a las principales ideas y a los grandes sistemas que conforman la historia del pensamiento filosófico universal.

Posteriormente, Marías dio a la imprenta San Anselmo y el insensato (1944), obra a la que siguió otra entrega filosófica que, considerada como el volumen de contenido más denso dentro del conjunto de su producción, se servía del título general de Introducción a la Filosofía (1947) para exponer el pensamiento propio del humanista vallisoletano. Dentro de este apartado de obras estrictamente filosóficas, cabe citar también los títulos de La filosofía en sus textos (1950), Biografía de la Filosofía (1954), Idea de la Metafísica (1954), Nuevos Ensayos de Filosofía (1968), Antropología metafísica (1970).

Sin abandonar todavía el capítulo de la dedicación de Marías a los estudios filosóficos, conviene recordar aquí su especial atención al análisis y la difusión del pensamiento español. Naturalmente, esta faceta de su producción esta marcada de forma indeleble por sus acercamientos a la obra de su maestro, al que dedicó infinidad de artículos y algunos libros tan necesarios para el conocimiento de la obra de Ortega como los titulados Ortega, Circunstancia y vocación; Ortega ante Goethe; Ortega y la idea de la razón vital; y Acerca de Ortega (1991). Pero, además de estos títulos consagrados al pensamiento del filósofo madrileño, Julián Marías publicó otros libros tan necesarios para el buen conocimiento de la filosofía española como Miguel de Unamuno (1943), que le valió el ya mencionado premio "Fastenrath" de la Real Academia Española; Filosofía española actual (Unamuno, Ortega, Morente, Zubiri) (1948); Filosofía actual y existencialismo en España (1955); La escuela de Madrid (1960); y La filosofía española (1931-1936) (1978).

Por último, en su faceta de editor y analista de las grandes obras de la filosofía universal, Julián Marías publicó ediciones comentadas de Fedro, de Platón; Sobre la felicidad, de Séneca; Discursos de Metafísica, de Leibniz; y Teoría de las concepciones del mundo, de Dilthey.

Ensayo

En líneas generales, la producción ensayística de Julián Marías está gobernada por dos grandes líneas temáticas: la reflexión sobre obras y figuras de la historia literaria española, y -en la estela de los grandes autores de la Generación del 98-, el problema de España (la realidad actual española y la identidad nacional de los españoles). En sus numerosos ensayos centrados en este segundo tema -Los españoles (1962); Meditaciones sobre la sociedad española (1968); La España real (1977); La devolución de España (1978); España en nuestras manos (1978); Cinco años de España (1982); España inteligible. Razón histórica de las Españas (1985); Cervantes, clave española (1991); y España ante la historia y ante sí misma (1898-1936) (1996)-, Julián Marías defendió, en contra de otros grandes pensadores como Américo Castro, que lo árabe y lo judío no han dejado huellas esenciales en el carácter y en la cultura de los españoles, ya que la auténtica identidad nacional española se muestra en otras dos dimensiones esenciales: la europea occidental y la hispanoamericana.

Entre el resto de sus abundantes ensayos, sobresalen también los titulados El método histórico de las generaciones (1949), Aquí y ahora (1952), Ensayos de teoría (1954), La estructura social: teoría y método (1955), Ensayos de convivencia (1956), Los Estados Unidos en escorzo (1956), El intelectual y su mundo (1957), El oficio del pensamiento (1958), La España posible en tiempos de Carlos III (1963), Consideración de Cataluña (1966), Análisis de los Estados Unidos (1968), Israel, una resurrección (1968), Imagen de la vida humana (1972), La justicia social y otras injusticias (1974), Literatura y generaciones (1975), Una vida presente (1988), La educación sentimental (1992), Mapa del mundo personal (1994), Persona (1996) y Ser español (2000). Sus Obras completas fueron publicadas en 10 volúmenes.

En el mes de diciembre de 2000 presentó 25 años de reinado de Juan Carlos I, una obra coordinada por él y en la que colaboraron veinticuatro autores, que analiza, desde diferentes ángulos, el cuarto de siglo de la monarquía del rey de España.

La infatigable labor intelectual desplegada por Julián Marías le permitió descollar también en otras muchas parcelas del saber humanístico. Así, tradujo al castellano algunas obras fundamentales de la cultura europea, como La crise de la conscience européenne 1680-1715, del francés Paul Hazard, vertida a la lengua materna del filósofo vallisoletano bajo el título de La crisis de la conciencia europea 1680-1715 (1935-1940). Además, durante varios años desarrolló una interesante labor de crítico de cine en las páginas de Blanco y Negro, suplemento dominical del rotativo ABC. Artículos periodísticos de temática diversa se reunieron en 2002 en el volumen Entre dos siglos.

Bibliografía

  • CASTRO, M. R. La visión de España de Julián Marías (Nueva York, 1991).

  • Homenaje a Julián Marías (Madrid: Espasa-Calpe, 1984).

  • LLISO GENOVÉS, Francisco. ¿El equivocado don Julián Marías? (Nación, nacionalismo, nacionalista) (Ed. del autor, 1996).

  • RALEY, Harold. Julián Marías, una filosofía desde dentro (Madrid: Alianza Editorial, 1997). [Traducción de César Armando Gómez].

  • SOLER PLANAS, Juan. El pensamiento de Julián Marías (Madrid: Revista de Occidente, 1973).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.