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HistoriaPolíticaBiografía

Leonor de Austria, Reina de Portugal y de Francia (1498-1558).

Reina consorte de Portugal (1518-1521) y de Francia (1529-1547), nacida en Lovaina el 15 de septiembre de 1498 y muerta en Talaveruela (Badajoz) 18 de febrero de 1558.

Síntesis biográfica

Hija de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, desde su más tierna infancia estuvo muy unida a su hermano menor, el futuro Carlos V. En el año 1518 contrajo matrimonio con el rey de Portugal Manuel el Afortunado, con el que tuvo una hija, la infanta María. Tras la muerte de éste regresó a la corte del emperador y en 1529 contrajo matrimonio con el rey de Francia, Francisco I. Cuando quedó nuevamente viuda regresó a los Países Bajos, lugar donde permaneció hasta la abdicación de Carlos V en 1555. Leonor pasó los últimos años de su vida en España en compañía de su hermana María de Hungría.

Vida de Leonor de Austria

Hija primogénita de Juana I la Loca y de Felipe I el Hermoso, su nacimiento sorprendió a todos en la Corte del conde de Flandes, por la rapidez con la que se desarrolló el parto. Cuando sus padres fueron nombrados príncipes de Asturias, contaba con tres años de edad, pero no viajó a Castilla como deseaba su abuela materna, por expreso deseo de su padre, el cual se mostró receloso por la educación que sus hijos podrían recibir junto a los Reyes Católicos. Así cuando Juana y Felipe regresaron a Castilla en 1506, Leonor como en la anterior ocasión quedó en Malinas junto a sus hermanos, a pesar de que contaba con 7 años de edad. A finales de ese mismo año (septiembre de 1506) la princesa quedó huérfana de padre y su madre quedó incapacitada, a causa de la depresión que le produjo la muerte de su esposo. Por este motivo su abuelo Maximiliano I, decidió nombrar a su hija Margarita de Saboya tutora de los jóvenes príncipes. La influencia que tuvo Margarita fue muy notable en todos sus sobrinos, ya que se puede afirmar que fue la única madre que éstos conocieron durante gran parte de su infancia. Posiblemente por todas estas circunstancias Leonor estuvo muy unida a su hermano Carlos durante toda su vida y especialmente durante sus años de infancia y juventud. Así la princesa expresó en repetidas ocasiones, su deseo de permanecer junto al futuro emperador hasta que éste contrajera matrimonio.

Muy pronto se pudo percibir en toda Europa la importancia que iban a tener los descendientes de Felipe el Hermoso, así era prioritario lograr que Leonor y sus hermanas hicieran buenos matrimonios. Por este motivo en 1516 el futuro Carlos V se enfureció con Leonor por la existencia de algunos rumores que la relacionaban con el príncipe elector del Palatinado, Carlos dando muestran de una gran precocidad obligó a éstos a jurar ante notario, que no había existido ninguna relación entre ellos y que nunca iba existir, dicho juramento no gustó a Federico, pero Leonor acató las ordenes sin protestar.

Tras hacerse pública la noticia de la muerte de Fernando el Católico, Carlos I comenzó a preparar su viaje para tomar posesión de sus reinos de la Península Ibérica. Leonor formó parte del séquito de su hermano y parece que se mostró emocionada no sólo por la posibilidad de conocer lejanas tierras, sino también por volver a ver a su madre. El 4 de septiembre de 1517 la princesa desembarcó en la localidad asturiana de Tazones y el 4 de noviembre llegó a Tordesillas, donde además de ver a su madre conoció a su hermana pequeña, Catalina de Austria. El 10 de noviembre Leonor presidió junto a su hermano el funeral en honor de Felipe el Hermoso, cuyo cuerpo permanecía insepulto en el convento de Santa Clara de Tordesillas, y pocos días más tarde, ya de camino a Valladolid; conoció a su hermano Fernando de Austria. Finalmente el 9 de febrero de 1518 estuvo presente mientras las Cortes de Castilla juraban lealtad a su nuevo monarca. Parece que una vez en el poder Carlos I comenzó a estudiar las posibilidades que tenía su hermana para contraer matrimonio, así el futuro emperador decidió aceptar la oferta que había realizado el rey portugués, Manuel el Afortunado.

Leonor contrajo matrimonio por poderes con el citado rey de Portugal en la ciudad de Zaragoza en el mes de junio 1518, así tras quedar preparado su ajuar partió hacia la Corte lisboeta, donde fue recibida con gran alegría por sus nuevos súbditos. Durante los años que permaneció en Lisboa, Leonor entabló una gran amistad con la que sería su futura cuñada, Isabel de Portugal, así parece que intercedió para que su hermano contrajera matrimonio con ésta, aunque el emperador todavía tardo en decidirse a este respecto. Como fruto de su matrimonio con Manuel el Afortunado, Leonor tuvo dos hijos, un niño que murió poco tiempo después de su nacimiento, y la infanta María, la cual había nacido en 1520 y quedó en la Corte lusa junto a su hermanastro Juan III. En 1521, tras quedar viuda, Leonor fue llamada a la Corte de Carlos V. Manuel Fernández Alvarez en su obra Carlos V, el César y el hombre, comenta que la precipitada salida de Leonor de Portugal, pudo estar motivada por una serie de rumores que se extendieron por toda Europa, que la relacionaban sentimentalmente con su hijastro, Juan III. Así el embajador de Polonia en la Corte lusa informó a sus superiores sobre un hipotético embarazo de la reina viuda, aunque no existen pruebas que confirmen esta información.

Los años siguientes a la muerte de su esposo Leonor permaneció junto a su hermano en la Corte Imperial. Parece que la reina viuda de Portugal se mostró muy complacida por permanecer junto a su adorado Carlos V y siempre se mostró sumisa plegándose a los deseos de su hermano, por este motivo no parece que pusiera muchas objeciones cuando éste decidió utilizarla para sellar la paz definitivamente con Francia. De este modo tras la batalla de Pavía, en el llamado Tratado de Madrid firmado en 1526, Leonor quedó comprometida en matrimonio con el rey de Francia, Francisco I. La reina viuda conoció a su prometido poco antes de celebrarse la boda, en la localidad toledana de Illescas, pero Carlos V, que desconfiaba de las intenciones de Francisco I, no permitió que se consumara el matrimonio. Tras la boda Leonor se dirigió a Vitoria y el 8 de marzo de 1526 se encontraba en la mencionada localidad, a la espera de que su esposo la reclamara desde Francia, pero Francisco I, tal como se temía Carlos V, decidió ignorar los compromisos adquiridos en el Tratado de Madrid, por lo que la situación de Leonor fue muy precaria en los años siguientes, ya que las hostilidades con Francia se reanudaron poco tiempo después.

Finalmente tras la firma de la paz de las Damas, en el año 1529, Francisco I reconoció a Leonor como a su legítima esposa. La nueva reina recibió grandes muestras de cariño por parte de sus nuevos súbditos, ya que fue presentada por el condestable Montmorency como un símbolo de la paz. No se puede decir que Francisco I recibiera con la misma alegría a su nueva esposa, ya que si bien intentó ser respetuoso con ella en todo momento, no ocultó la relación que mantenía con su favorita la duquesa d'Estampes, Ana Heilly. La amante del monarca formaba parte del servicio de la Casa de la reina, ya que había sido nombrada aya de los hijos del rey, lo cual debió ser un duro golpe para Leonor. Todos estos acontecimientos hicieron que la hermana del emperador no tuviera ninguna influencia ni en la Corte francesa ni sobre el monarca, lo cual decepcionó profundamente a Carlos V, por este motivo Leonor siempre intentó estar en su puesto discretamente y con el fin de no dar pie a ningún escándalo procuró llevar una vida ordenada y piadosa. A pesar de todo en algunas ocasiones Francisco I intentó utilizar las buenas relaciones que Leonor mantenía con Carlos V y con su hermana María, para acercarse a la Corte Imperial, como demuestra las reuniones que ésta mantuvo con la citada María de Hungría en 1532, en 1534 y en 1538.

Leonor abandonó Francia poco tiempo después de producirse la muerte de Francisco I en 1547, ya que parece que el nuevo monarca, Enrique II, nunca mostró sentir gran cariño por su madrastra, posiblemente por los años que permaneció en España como prisionero. La reina viuda de Francia se incorporó una vez más a la Corte de su hermano el emperador, pero no viajó a España sino que se instaló en los Países Bajos junto a su hermana María de Hungría. Cuando Carlos V comunicó a sus hermanas su intención de retirarse, Leonor decidió acompañarle a España, para pasar allí sus últimos años. De este modo estuvo presente en Bruselas cuando su hermano presentó su abdicación oficialmente el 25 de octubre de 1555 y el 15 de septiembre de 1556 se embarcó en Flesinga con rumbo a Laredo, donde desembarcó el 28 de septiembre de ese mismo año.

Tras su llegada a España Leonor se instaló junto a su hermana María en el palacio que tenían los duques del Infantado en Guadalajara, no fue fácil para ella adaptarse a las costumbres de la Corte española, por ese motivo con el fin de hacer su estancia más llevadera participó en numerosas fiestas organizadas en su honor. Pero Leonor se encontraba cansada y sintiendo próximo el momento de su muerte decidió pasar sus últimos días junto a su única hija, la infanta María, la cual no se había casado y permanecía junto a su tía Catalina de Austria en la Corte portuguesa. Así Leonor pidió a su hermano que iniciara las negociaciones con Portugal, para que María obtuviera la autorización para viajar a España. Pero la infanta se mostró reacia a vivir con su madre por dos motivos, el primero de ellos era que ésta, no sólo durante su infancia sino también durante toda su vida, se había sentido abandonada, ya que Leonor había dejado Lisboa cuando ella contaba apenas con un año y madre e hija no habían vuelto a verse desde entonces; el segundo motivo es que para María suponía una gran humillación entrar en España soltera, puesto que poco tiempo antes Felipe II había roto su compromiso con ella para contraer matrimonio con María Tudor. Así las cosas no fue fácil para Carlos V lograr que su sobrina accediera a reunirse con su madre en la ciudad de Badajoz a principios del año 1558. Leonor puso todas sus esperanzas en la citada reunión y fue una gran desilusión para ella no poder convencer a su hija para que residiera junto a ella en España. Así, en opinión de los cronistas de la época, el gran disgusto que recibió la hermana del emperador fue una de las causas que provocaron que su salud empeorara.

Leonor de Austria murió en el 18 de febrero de 1558 en Talaveruela, a la edad de 59 años. Su muerte conmocionó profundamente a un avejentado Carlos V, que se encontraba en su retiro de Yuste; y a su hermana María de Hungría, la cual no fue capaz de regresar a Guadalajara.

Bibliografía

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  • JOVER ZAMORA, J. M. España en tiempo de Felipe II. Historia de España de Menéndez Pidal. Madrid, Espasa-Calpe, 1994.

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  • LINCH, J. Los Austrias (1516-1598). Historia de España, X. Barcelona, Crítica, 1993.

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  • 0209 CGS