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LiteraturaCineBiografía

Griffith, David Wark (1875-1948).

Director y productor de cine estadounidense nacido en LaGrange (Kentucky, Estados Unidos), el 22 de enero de 1875, y fallecido en Hollywood (California, Estados Unidos), el 21 de julio de 1948.

Vida

Diversos problemas obilgaron a la familia a trasladarse a Louisville, donde muy joven comenzó a trabajar en el mundo del periodismo y la literatura, terreno este que le condujo a los ambientes teatrales aficionados y profesionales, iniciándose como actor en todos los montajes que le era posible en compañías como Meffert Stock Co. o Ada Gray’s Company. Pronto viajó en Nueva York, ciudad en la que pasó momentos difíciles antes de encontrar papeles de entidad. Con alguna compañía (la Melbourne Mac Dowell Company, Nance O’Neill’s Touring Stock Co., etc.) realizó giras por diversas ciudades.

Sin duda, todo el bagaje acumulado a lo largo de estos años (1895-1904) le permitieron disponer de unos recursos dramáticos y espaciales que supo aprovechar en su momento. Sin tener muy claro como iba a ser su futuro, durante unos años se movió en la más absoluta inseguridad económica y profesional, sin conseguir que sus relatos y obras teatrales le garantizaran una solidez mínima para sobrevivir en el mundo teatral. En 1907 consiguió que Edwin S. Porter le de la oportunidad de debutar en el cine como actor, gesto que le llevó a decantarse, a partir de entonces, por este nuevo medio, ante el que en un principio había puesto todo tipo de reparos.

Con treinta y tres años, antes de que finalice la primera década del siglo XX, Griffith entró a trabajar en la American Mutoscope & Biograph Co., como director y guionista, tarea que asume no sin sopesar los posibles riesgos. Su primera película fue un melodrama, Las aventuras de Dorotea (1908), película con la que obtuvo un importante éxito. Esta circunstancia, además de la solidez empresarial y la habilidad del director por elegir temas de interés para al público, permitieron que su carrera alcanzase unas cotas insospechadas. No dejó de dirigir películas, muchas de ellas adaptaciones de obras de Jack London, Charles Dickens -de quien siempre señaló lo mucho que había aprendido de la estructura de sus obras-, Victor Hugo o Edgar Allan Poe.

Su prolífico trabajo no significó que se limitara a realizar proyectos sin ningún interés. Indudablemente, en cada una de sus películas se aprecian aportaciones singulares, sencillas pero efectivas para el desarrollo de la historia. Griffith venía manifestando su interés por dar una intención dramática y emocional a las imágenes; para ello jamás desechó la posibilidad de manipular su continuidad, y no sólo referida a la acción sino, también, al tamaño del plano. Aquí es donde Griffith ratificó su capacidad como director para aprovechar las aportaciones de otros pioneros -Méliès, Porter, etc.-. Lejos de mantener la acción de forma continua y convencional, deseaba proponer un nuevo modelo que conmoviera al espectador, que le hiciera más participativo. Sobre una elaborada la planificación y el montaje de acciones paralelas, utilizó la continuidad de acción a partir de la mirada y el movimiento de los personajes, dando un gran protagonismo al fuera de campo, esto es, a todo aquello que no se ve en la imagen, pero que sugiere al espectador que ese espacio está ahí y que tiene que ver con lo que está sucediendo en pantalla.

Así, sin interrupción, y manteniéndose oculto bajo seudónimos de todo tipo -Griffith firmaría a lo largo de su carrera como Granville Hicks, Irene Sinclair, Roy Sinclair y Gaston de Tolignac, entre otros-, se sucedieron películas como Por el amor del oro (1908), Después de muchos años (1908), El teléfono (1909) y Un rincón en los trigales (1909), entre otras. Estas producciones se desarrollaron en Nueva York, pero en 1911 Griffith se decide trasladarse con su equipo a California para poder rodar en los meses más fríos del año.

Precisamente, en este momento, Griffith dará un paso más en su carrera, al iniciar el rodaje de películas de dos bobinas, con lo que confirmaba su deseo de poder abordar historias más complejas. Esta decisión no fue bien recibida en principio por su productora y por los exhibidores, que veían trastocar sus planteamientos. No obstante, a partir de Enoch Arden (1911), la industria del cine ve necesario este avance que, en realidad, traerá más problemas para el director que para los productores, dado que deberá introducir nuevos elementos narrativos para dar mayor dinamismo a la acción, hecho que no sólo se aprecia en el interior de la estructura dramática sino que también incorpora a la libertad que se le va dando a la cámara, menos estática y teatral como hasta la fecha, aportaciones que se aprecian en películas como La matanza (1912) o El enemigo invisible (1912), entre otras.

Son años en los que el cine italiano está pisando fuerte, con un buen número de producciones que ya apuntan hacia el largometraje (Quo Vadis? o Cabiria pueden servir de ejemplo) y, especialmente, hacia el cine espectáculo a través de auténticas y desmesuradas superproducciones que buscaban atrapar al espectador mediante un despliegue de medios humanos y materiales sin parangón. Sin esperar más tiempo Griffith rodó Corazón de madre (1913) o Judith de Bethulia (1914), entre otras, como producciones de mayor relieve y riesgo, conjugando aquellos modelos que llegan a las pantallas norteamericanas desde Gran Bretaña, Italia o Francia.

El deseo de Griffith de disponer de la libertad suficiente para abordar mayores empeños le decidió a abandonar la Biograph y fichar por la Mutual Film Corporation y otras empresas menores que dependían de ésta. Dirigió y supervisó numerosos proyectos antes de acometer el que sería su trabajo más representativo de esta década, El nacimiento de una nación (1915), larguísima película en la que sintetizó todos sus conocimientos sobre la industria y la creación cinematográfica. Esta película constituye todo un monumento artístico y sigue siendo uno de los pilares indiscutibles de la Historia del Cine. Todo el análisis que se puede hacer de la película no sólo parte del argumento -adaptación de la novela del reverendo Thomas Dixon “The Clansman”, por la que el director fue tachado de racista- sino, y básicamente, por la concepción del espacio y tiempo cinematográfico, así como del singular estilo que imprime a las escenas y secuencias, prolíficas en recursos expresivos y narrativos que hasta la fecha no habían sido conjugados con tanta eficacia creativa. La producción que se presentaba como un reto y mucho más como un riesgo económico, resultó ser un auténtico éxito por mucho tiempo.

Griffith, sin embargo, jamás pensó que había llegado a su techo creativo. Por eso, con todas las ganancias, se embarcó en un proyecto sorprendente que titularía Intolerancia (1916), un mosaico de originales apuestas que estructuró sobre cuatro historias -una moderna, otra sobre la caída de Babilonia, la historia en tiempos de Cristo y la masacre de los hugonotes el día de San Bartolomé en tiempos de Catalina de Médicis- y que se van conjugando sobre la evolución temporal de la películas hasta converger al final de la misma. Sin embargo, un resultado visualmente interesante, con sugerentes y novedosas aportaciones, no fue suficientes para que la película se convirtiera en un éxito; el fracaso de la misma significó la bancarrota de Griffith y la pérdida de su independencia creadora.

A partir de esta fecha se deshace la empresa Triangle Film Corporation, que había fundado con Mack Sennett y Thomas H. Ince, y se vuelca en otra, la United Artists, con la que intenta seguir encontrando distribución para sus trabajos, contando como socios a figuras de la talla de Charles Chaplin, Mary Pikcford y Douglas Fairbanks. Es una de sus etapas creativamente más interesantes, con películas como Corazones del mundo (1918), Las dos huérfanas (1918), Lirios rotos (1919) o Las dos tormentas (1920), obras con un gran dominio de la narración, la dirección de actores y un manejo de los recursos expresivos visuales -composición, luz, escenografía, etc.- que fueron asumidos por otros muchos directores estadounidenses y europeos en los años siguientes. No obstante, la buena aceptación de estas películas no dieron estabilidad económica a Griffith, a quien la industria -además de absorberle completamente- tardaría en reconocerle todo lo que había hecho por el mundo del cine
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Aunque continuará dirigiendo películas -su primera película sonora fue Abraham Lincoln (1930)-, cada nuevo título supone un paso atrás en las expectativas de una sólida carrera que irá palideciendo año a año, hasta que decide darla por terminada en 1936, cuando colabora en San Francisco, producción en la que no aparecerá acreditado.

Sin duda, David W. Griffith, si bien no debe ser considerado como el “padre” del lenguaje cinematográfico, sí debe ser tenido en cuenta como uno de los pilares indiscutibles del cine y uno de los nombres más importantes de su historia.

Filmografía

Desde 1908 hasta 1913 Griffith dirigió 445 películas de una y dos bobinas, de las que en buena parte también es guionista; entre ellas se mencionan:

1908: La aventuras de Dorotea; El hombre y la mujer; Romance de una judía; The Helping Hand.
1909: Mamma; La conciencia de un ladrón; A Rural Elopement; The Girls and Daddy; The Prussian Spy; The Road to the Heart; The French Duel; El violinista de Cremona; El teléfono; El sacrificio de un condenado; En el viejo Kentucky; El despertar; Locos de suerte; Dulce venganza; Un rincón en los trigales.
1910: A la sombra del claustro; Su último robo; El hilo del destino; No es oro todo lo que reluce; El romance de las colinas del Oeste; Amor entre rosas; Ramona; Guerra sin cuartel; Little Angels of Luck.
1911: El barbero italiano; Tres hermanas; El lirio de las calles; Sangre gitana; Las razones del triunfo; Enoch Arden; La última gota de agua; El hombre que volvió; Love in the Hills.
1912: Una mancha en el escudo; La promesa de la india; A Tale of the Wilderness; For His Son; The Goddess of Sagebrush Gulch; Arenas de Dee; El enemigo invisible; La dama pintada; The Musketters of Pig Alley; The Informer; The Burglar’s Dilemma.

Filmografía completa desde 1913, periodo en el que las películas ya tienen dos y más bobinas de duración:

1913: Waifs; The Switch Tower; The Stolen Bride; Olaf-An Atom; The Mirror; Mother Love; The Conscience of Hassan Bey; The Telephone Girl and the Lady; Three Friends; Pirate Gold; An Adventure in the Autumn Woods; A Turkey Misappropiated; The Tender Hearted Boy (sin acreditar); Brothers; Vapor contra petróleo; Drink’s Lure; La matanza; A Chance Deception; Broken Ways; Love in an Apartment Hotel; The Unwelcome Guest; A Girl’s Stratagem (sin acreditar); Víctimas de la fatalidad; Near to Earth; El hijo del sheriff; A Welcome Intruder; The Perfidy of Mary; The Hero of Little Italy; A Misunderstood Boy; The Little Tease; The Lady and the Mouse; The Left-Handed Man; The Wanderer; If We Only Knew (sin acreditar); The House of Darkness; The Stolen Loaf (sin acreditar); Just Gold; The Yaqui Cur; The Ranchero’s Revenge; His Mother’s Son; En el campo de la muerte; A Timely Interception; Corazón de madre india; Amor de madre; The Sorrowful Shore; The Mistake; The Enemy’s Baby; During the Round-Up; The Coming of Angelo; La liga contra el vino; An Indian’s Loyalty; Dos hombres en el desierto; A Woman in the Ultimate (sin acreditar); A modest Hero (sin acreditar); So Run the Way (sin acreditar); Madonna of the Storm (sin acreditar).
1914: Judith de Bethulia; La batalla de Elderbush Gulch; La batalla de los sexos; la vida del hombre primitivo; Dulce hogar; La evasión; La conciencia vengadora.
1915: El nacimiento de una nación (y guionista, productor y compositor).
1916: Intolerancia (y guionista, productor, compositor, diseño de vestuario y montador).
1918: Corazones del mundo; El gran amor; Lo más grande en la vida.
1919: La culpa ajena; Un romance aparte; Sobre las ruinas del mundo; Pobre amor; The Fall of Babylon; The Mother and the Law; Días rojos; El mayor problema.
1920: The Idol Dancer; Flor de amor; Las dos tormentas; La calle de los sueños.
1921: Las dos huérfanas.
1922: Una noche misteriosa.
1923: Flor que renace.
1924: América; la aurora de la dicha.
1925: Sally, la hija del circo; Crimen y castigo.
1926: Las tristezas de Satán.
1928: Su mayor victoria; La batalla de los sexos.
1929: La melodía del amor.
1930: Abraham Lincoln.
1931: The Struggle.
1936: San Francisco (sin acreditar).

Entre 1909 y 1921 Griffith también supervisó numerosas películas en la etapa de su productora Triangle, además de ser productor, guionista, argumentista y actor de otras muchas, tanto propias como ajenas.

Bibliografía

  • BLANQUER, Francesc (Ed.): D. W. Griffith. Barcelona. Filmoteca Nacional de España. 1979

  • BRION, Patrick (Ed.): D. W. Griffith. Le cinéma. París. Georges Ponpidou. 1982.

  • BRUNETA, Gian Piero: El nacimiento del relato cinematográfico (Griffith 1908-1912). Madrid. Ediciones Cátedra. 1987.

  • GISH, Lillian y PINCHOT, Ann: The Movies, Mr. Griffith and Me. Englewood Cliffs, Nueva Jersey. Prentice-Hall. 1969.

  • GUNNING, Tom: D. W. Griffith and the Origins of American Narrative Film. The Early Years at Biograph. Urbana and Chicago. University of Illinois Press. 1991.

  • JACOBS, Lewis: La azarosa historia del cine americano. Barcelona. Lumen. 1971.

  • MARZAL, José Javier: David Wark Griffith. Madrid. Ediciones Cátedra. 1997.

  • RAMÍREZ, Gabriel: El cine de Griffith. México. Era. 1972.

Autor

  • EGF