A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaReligiónPolíticaBiografía

Gardiner, Stephen (1483-1555).

Clérigo inglés, obispo de Winchester y lord canciller (1553-1555), nacido en 1483, en Bury Saint Edmund, condado de Suffolk (Inglaterra), y muerto el 12 de noviembre de 1555, en Londres (Inglaterra). Gran controversista, Gardiner fue la cabeza visible del conservadurismo durante los primeros años de la Reforma anglicana emprendida por el monarca Enrique VIII (1509-1547). Católico convencido, defendió la Reforma sólamente en el plano jurídico-político, ya que fue partidario de la supremacía de la autoridad monárquica sobre el Papado.

Hijo de un próspero fabricante de paños, Gardiner pudo cursar estudios en la prestigiosa Universidad de Cambridge, donde se doctoró el Derecho civil y canónico en 1521. Tras ejercer el cargo de archidiácono en Taunton, en 1525 obtuvo el puesto de secretario privado del cardenal Thomas Wolsey, a la sazón lord canciller del reino y el hombre más poderoso de Inglaterra después del rey. Debido a su gran inteligencia y talento político y diplomático, al poco tiempo se hizo merecedor de la plena confianza del propio monarca, quien, entre 1528 y 1533, le envió a Roma ante la corte pontificia del papa Clemente VII (1523-1524) con la difícil tarea de negociar la anulación del matrimonio entre Enrique VIII y la princesa española Catalina de Aragón. A pesar del rotundo fracaso de la ofensiva diplomática, no por falta de energía y empeño por su parte, el rey le premió, en 1531, con el importante obispado de Winchester.

Enfrentado encarnizadamente con los dos líderes del partido protestante extremista, Thomas Cromwell, consejero del rey, y Thomas Cranmer, arzobispo de Canterbury, con el que Gardiner venía sosteniendo una violenta polémica teológica, éste fue designado, en 1533, abogado defensor de Enrique VIII en el tribunal que declaró la disolución definitiva del matrimonio real. Firmemente convencido de la autoridad del rey sobre la Iglesia nacional por motivos de seguridad de Estado, dos años después formó parte de la reunión de obispos ingleses que aprobó la ley por la cual el monarca inglés pasaba a convertirse en el jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra. A pesar de sus profundas creencias católicas, en 1535 escribió Episcopi de vera obedientia (Sobre la verdadera obediencia de los obispos), obra que pasó a convertirse en el tratado más notable sobre los derechos monárquicos dentro de la Iglesia de Inglaterra, al mismo tiempo que atacaba con virulencia el poder del papa y de sus legados pontificios. Aún así, Gardiner nunca se apartó de la fe católica en cuestiones de doctrina y liturgia. Gracias a sus esfuerzos y desvelos, la promulgación en 1539 de los Seis Artículos no se apartaron en líneas generales de la doctrina marcada por la Iglesia de Roma.

La caída en desgracia del todopoderoso Thomas Cromwell acrecentó la influencia de Gardiner sobre Enrique VIII, que fue nombrado miembro permanente del consejo real y canciller-rector de la Universidad de Cambridge. Pero las maniobras políticas de Cranmer acabaron por apagar la estrella de Gardiner en los últimos años del reinado de Enrique VIII. Frustrado por el fracaso de su campaña para desacreditar a la reina Catherine Parr, Gardiner perdió definitivamente el apoyo del viejo monarca al no ser nombrado, como éste esperaba, miembro del consejo de regencia del heredero al trono, el futuro Eduardo VI (1547-1553). Sin el apoyo de su más firme valedor, la posición de Gardiner en la Corte se tornó harto complicada y bastante peligrosa, incluso para su integridad física debido al tremendo odio que le profesaba Thomas Cranmer, convertido tras la caída de Cromwell en el hombre más influyente del reino.

Efectivamente, la reacción protestante que se generó tras el advenimiento al trono inglés del manejable y voluble Eduardo VI dirigió sus primeros dardos contra Gardiner, quien en el mes de agosto de 1548 fue encarcelado en la Torre de Londres acusado de alta traición, además de ser depuesto de todos sus cargos y anteriores prebendas, donde permaneció hasta la entronización de la reina María I (1553-1558), quien ordenó su inmediata liberación y reparación tanto política como religiosa. Nombrado por la reina católica lord canciller, Gardiner dirigió personalmente las conversaciones con el emperador Carlos V (1519-1556) que desembocaron en el matrimonio de la reina inglesa con el príncipe heredero de la Corona española, el futuro Felipe II (1556-1598). Instalado en el poder absoluto, Gardiner desencadenó la persecución política y religiosa de los líderes protestantes más radicales, en la que murió su inveterado enemigo Cranmer y John Dudley, duque de Northumberland. Antes de que cesara la sangrienta represión, tolerada por la misma reina, Gardiner falleció en 1555, dejando para la posteridad un buen número de obras, entre las que se pueden destacar las siguientes: A Detection of the Devil's Sophistrie (1546); An Explanation and Assertion of the True Catholic Faith (1551); Palinodia Libri de Vera Obedientia (1552); y, por último, Epistolae de Pronuntiatione Linguae Graecae (1555).

CHG

Autor

  • Carlos Herraiz García