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LiteraturaBiografía

Fernández de Moratín, Leandro (1760-1828)

Goya: Leandro Fernández Moratín.

Escritor español, nacido en Madrid el 10 de marzo de 1760 y fallecido en París el 20 de junio de 1828, que fue el autor que mejor supo reflejar los gustos neoclásicos en el teatro español del siglo XVIII. Fue un hombre muy comprometido con las circunstancias políticas y sociales de su tiempo.

Era burlón y mordaz, y además se puso del lado de los franceses. A pesar de ello, supo ver mejor que nadie la pobreza del teatro y la poesía que se escribía en la España de su tiempo, y creyó que era necesario reformar los gustos literarios de los escritores y los lectores. Para ello, recurrió a la moda que triunfaba en Francia, el Neoclasicismo, y la adaptó perfectamente a la realidad española.

Escribió también poesía y algunos estudios en los que dio muestras de su amplia cultura. Se le conoce como "Moratín hijo" para distinguirlo de su padre, Nicolás Fernández de Moratín, que también fue un gran escritor.

Vida

Su padre, que era licenciado en Derecho y catedrático de Literatura, le dio una esmerada educación, por lo que no sintió la necesidad de ir a la universidad. En cambió, trabajó en su juventud como joyero, oficio que habían desempeñado su abuelo y su padre.

Siempre se distinguió por su espíritu reformista, empeñado en cambiar muchas cosas con la intención de mejorar la situación del país. Gracias a las enseñanzas de su padre, el joven Leandro adquirió una rica y extensa cultura que le permitió darse a conocer como escritor a muy temprana edad. Los éxitos literarios no tardaron en llegar: era casi un adolescente cuando, en 1779, un poema suyo fue premiado por la Real Academia Española, galardón que volvió a recibir al cabo de tres años.

Entró en política bajo la protección de Jovellanos, quien le recomendó como secretario del conde de Cabarrús. Con este aristócrata viajó a París en 1787, y luego recorrió gran parte de Francia gracias al apoyo de Godoy, que era ya el primer secretario de Estado en el Gobierno español (y, en realidad, la persona que mandaba en el país). Durante esa estancia en el país vecino vivió de cerca el triunfo de la Revolución Francesa.

Luego viajó por Inglaterra e Italia (1792-1796), y a su regresó a Madrid consiguió un buen trabajo como secretario de la Interpretación de Lenguas (algo así como el director de los servicios oficiales de traducción). Ya hacía varios años que era reconocido como una gran escritor, sobre todo tras los éxitos obtenidos con unas obras de teatro que estrenó antes de emprender sus viajes por el extranjero. Esta fama propició su nombramiento como director de una junta dedicada a reformar el teatro español de acuerdo con las normas establecidas por los neoclásicos.

Su gran error político fue ponerse al lado de los franceses durante la invasión de las tropas de Napoleón (Moratín fue uno de los "afrancesados", nombre por el que se conocía a los intelectuales que creían que España sacaría de Francia más beneficios que perjuicios). En 1811 fue nombrado bibliotecario mayor de la Biblioteca Nacional, pero al año siguiente tuvo que abandonar Madrid, pues ya era evidente la derrota de los franceses.

Vivió primero en Valencia y luego en Barcelona; allí, publicó las Obras póstumas de su padre. Los últimos años de su vida los pasó con la familia de Manuel Silvela (que fuera famoso alcalde de Madrid) en Burdeos, donde vivió muy modestamente; en 1824, a él se unió nada menos que Goya. En 1825, aparecieron en París sus Obras dramáticas y líricas. Por fin, trasladado a París, falleció en esa ciudad el 21 de junio de 1828, sólo dos meses después de la muerte de Goya. A su muerte, quedó inédito el texto de los Orígenes del teatro español, que se había de incluir en la edición de sus obras a cargo de la Real Academia de la Historia, publicadas en 1830.

Su vida sentimental fue discreta. En 1798, cuando vivía en Madrid, se enamoró de Paquita Muñoz, con la que nunca llegó a casarse porque el escritor amaba por encima de todo su independencia. Ella se casó con otro hombre al cabo de nueve años, después de haber mantenido una larga relación amorosa con Moratín, quien la siguió amando hasta la fecha de su muerte.

Obra

Moratín es la figura más destacada del teatro neoclásico en España. El teatro neoclásico buscaba entretener y educar al espectador, sin apartarse nunca de la realidad. Además, tenía que cumplir una condición esencial: el respeto a la llamada "regla de las tres unidades". Según esta regla, una obra teatral tenía que contar sólo una historia, localizada en un único lugar y desarrollada en el plazo de un día, es decir, tenía que tener unidad de acción, de lugar y de tiempo.

Tanto en su obra poética como en su escritura teatral, Moratín escribió con una elegancia y una corrección insuperables. Dominó a la perfección la lengua castellana, y su expresión fue clara y rotunda, acompañada siempre de gran belleza.

Fue autor de cinco comedias, todas ellas representativas de la moda neoclásica. Según esta moda, el teatro tenía que agradar al público y, al mismo tiempo, educarlo. Las historias representadas sobre un escenario debían ser verosímiles, para que pudieran ser creídas por los espectadores.

El tema principal de su teatro es la libertad de la mujer a la hora de elegir esposo. En su época, las mujeres estaban todavía obligadas a casarse con el hombre elegido por sus padres; y los padres se preocupaban más por asegurar el bienestar económico que la felicidad de sus hijas. De este asunto tratan tres comedias de Moratín: El viejo y la niña (1790), El barón (1803) y El sí de las niñas (1806), estrenada el 24 de enero de 1806 en el Teatro de la Cruz. Esta última obra presenta un problema social grave, relativo a la educación y a la demografía del momento.

Sus otras dos comedias son satíricas: La comedia nueva o el café (1792), donde se burla, una vez más, de los autores incultos que no aceptan los gustos neoclásicos, y La mojigata (1804), en la que denuncia la hipocresía de los que aparentan ser muy religiosos y son, en el fondo, malos creyentes.

Con El sí de las niñas Moratín puso punto final a su producción teatral original; sólo adaptaría dos obras del admirado Molière: La escuela de los maridos y El médico a palos.

Moratín también sobresalió como poeta, y recibió elogios por algunas obras en prosa como La derrota de los pedantes (una dura sátira contra los defensores de la antigua moda barroca) y el ensayo Orígenes del teatro español (que fue publicado después de su muerte).

Leandro Fernández de Moratín, "A las musas".

Escribió poemas líricos y satíricos. Entre los líricos, se puede mencionar el titulado "Elegía a las musas", escrito poco antes de su muerte, y la oda "Los días".

Leandro Fernández de Moratín, "Los días".

Entre los poemas satíricos, los más conocidos son la "Sátira contra los vicios introducidos en la poesía española" (poema en el que volvió a defender los gustos neoclásicos) y "A Claudio".

Autor

  • José Ramón Fernández de Cano