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CineBiografía

Fellini, Federico (1920-1993).

Federico Fellini.

Director y guionista de cine italiano, nacido en Rímini el 20 de enero de 1920 y fallecido en Roma el 30 de octubre de 1993.

Vida

Hijo de un representante de comercio y una ama de casa de clase media, sus primeros años los pasó en las aulas del Liceo Giulio Cesare y entre las butacas del cine que había cerca de su casa. Con 16 años comenzó a destacar como caricaturista, actividad que le permitió, dos años más tarde, abrirse camino en Florencia -en la publicación satírica 420- y en Roma, ciudad en la que compatibilizó esta actividad con la de periodista, trabajando, especialmente, para la publicación humorística Marc’Aurelio y escribiendo guiones para la radio.

Fue precisamente en 1939 cuando tomó contacto con el cine. Realizó reportajes en Cinecittà para la revista Cinemagazzino y escribió, junto con otros compañeros de la revista Marc’Aurelio, gags para películas del momento, especialmente en producciones dirigidas por Mario Mattoli, para inmediatamente consolidarse como coguionista de otras películas de Mario Bonnard, Roberto Rossellini o Goffredo Alesandrini, entre otros. Fueron años en los que conoció también a Stefano Vanzini y Aldo Fabrizi y se desenvolvió en un ambiente romano que le ofreció materiales muy diversos para sus posteriores trabajos. Consiguió evitar la movilización durante la guerra -en 1943 se casó con Giulietta Masina- y fue al final de la misma cuando ya afianzó definitivamente su trabajo cinematográfico, colaborando con Rossellini, Alberto Lattuada y Pietro Germi.

Consciente de la excepcionalidad de ciertos personajes que deambulaban por las calles romanas, al tiempo que recordando a todos aquellos personajes que llegaron a su ciudad natal con los circos que deslumbraron su infancia, Fellini rompió con las líneas definidas del Neorrealismo cinematográfico que defendieron algunos de sus coetáneos y se sumergió, desde las primeras imágenes, en el mundo de la imaginación, de la fantasía, de la ensoñación. Es así como inició su trayectoria como director en solitario con El jeque blanco (1952), película en la que ya habla del ambiente provinciano, de la religión, la familia y el honor, entre otros valores que explicitarán la actitud de los personajes de sus historias. Pero, siempre, dentro de un marco social que les determina, como en Los inútiles (1953), en donde también afloran las intenciones caricaturescas que viene defendiendo Fellini desde su adolescencia.

La capacidad felliniana se va consolidando a través de personajes, de “almas” que pululan en ambientes muy próximos en donde aflora su mediocridad y dibujan los perfiles de la farsa en que se ha convertido su propia vida. Es así como van surgiendo otros retratos íntimos en títulos como La strada (1954) y Las noches de Cabiria (1956), retratos que hablan de sencillez e ingenuidad, de modales toscos y rudos, del engaño y la miseria como valores de supervivencia, de los diversos puntos de vista que unos y otros tienen sobre la misma realidad (son las miradas de. Gelsomina y Zampanó, Cabiria y Wanda y un largo etcétera de personajes de las historias fellinianas). Que las películas de Fellini desprendían, además de otros fantasmas, verdadero calor humano lo ratifican los numerosos premios que recibió en festivales internacionales y, especialmente, los dos Oscar que le concedió la Academia de Hollywood a las mejores películas de habla no inglesa.

Este éxito se confirmó inmediatamente con La dolce vita (1959), un duro retrato de ciertos modos de vida, en los que abundan la falsa apariencia, la brillantez deslumbrante y vacía de los fuegos artificiales, la consolidación de los “fariseos” y la existencia efímera, la desesperación como idea de ausencia existencial, la descomposición -irremediable- del hombre. La fuerza de algunas imágenes y la representación de ciertos personajes provocaron numerosas reacciones tanto en el seno del Vaticano como en la clase política; incluso llegó a ser tratado el conflicto social provocado por la película en el parlamento italiano. Todo este revuelo no impidió que la película fuera un éxito rotundo en todo el mundo y lograra la Palma de Oro en el festival de Cannes.

Fotograma de La dolce vita.

El mundo de los sueños, la emotiva vitalidad de Fellini, traspasó de nuevo sus propios límites en Fellini ocho y medio (1963) película sobre la confusión que reina en el mundo personal de Guido (Marcello Mastroianni), siempre deambulando entre la realidad -el rodaje de la película- y la ficción -la imaginación, el recuerdo-; son experiencias que emergen del subconsciente, del estilo de vida del propio Fellini. En cualquier caso procura interiorizar todo cuanto llega a él para, inmediatamente, devolverlo a los demás -los espectadores, en definitiva- con ciertas dosis de coherencia creativa. Los resultados no fueron del agrado de muchos espectadores, aunque una inmensa mayoría de la nueva intelectualidad de los sesenta admiró y defendió esta nueva apuesta del director de Rímini. El Oscar de Hollywood a la Mejor película de habla no inglesa reafirmó a Fellini en el panorama internacional.

Este universo personal -el mundo de los sueños, las fantasías- y el marco de aprendizaje que toda situación supone para una persona, volvió a recuperarlo en Giulietta de los espíritus (1965), para seguir avanzando en su imaginario particular en otras películas de gran expresividad como Los clowns (1970), Roma (1972) y, especialmente, Amarcord (1973), en las que aparece el mundo del circo, la fascinación que la ciudad tiene desde el universo provinciano -y sobre todo por ese mundo marginal, en una evocación constante del pasado en el presente-, y el acercamiento a un pasado sustentado en la anarquía adolescente de un grupo de jóvenes que vive su despertar a la vida bajo iconos tan distintos como es el líder político y el erotismo que transpira la imagen de Gradisca. Amarcord recibió un Oscar de Hollywood a la Mejor película de habla no inglesa, un reconocimiento más en la sorprendente trayectoria de Fellini en el “ámbito” estadounidense.

Temas como la evolución del mundo, el contraste del pasado y el presente, la reflexión en torno a cómo entender momentos que aparentemente lejanos son próximos, forman parte de la columna sobre la que vertebran películas como Satyricon (1969), El Casanova (1976) o Y la nave va (1983), sobre todo cuando sugiere y representa plásticamente el ocaso del universo -de la cultura, del ser inteligente y creativo-, a partir de momentos históricos, personajes y estilos de vida. Fellini lleva a sus personajes -a quienes irremediablemente acompañan los espectadores- por un viaje en el que siempre parece existir un túnel -sueño- del que nada se sabe pero que aventura un tránsito en el que las pesadillas pueden llevar, posiblemente, a una situación caótica.

El mundo de los artistas, el espectáculo y la creación, la música, el universo de la gente marginal, de las clases sociales en decadencia, no dejan de formar parte de un repertorio temático dominado por la nostalgia, por el que Fellini apostó desde el primer momento de su carrera, trayectoria en la que contó con una serie de profesionales que le ayudaroN a consolidar su estilo: Ennio Flaiano, Tullio Penelli, Bernardino Zapponi y Tonino Guerra (como coguionistas), Otello Martelli y Giuseppe Rotunno (como directores de fotografía), Leo Catozzo y Ruggero Mastroianni (como montadores) y, especialmente, Nino Rota que compuso la música de dieciséis de sus películas; además de actores como Giulietta Masina y Marcello Mastroianni, entre otros.

Se puede reflexionar sobre si Fellini tuvo en algún momento de su vida intención de ir más allá de sus obsesiones, de sus inquietudes, de ampliar el círculo temático. Posiblemente, la comodidad y el deseo de continuar con su trayectoria artística fueron argumentos más que sólidos para dejarse querer por los productores y asumir sus propuestas económicas, confirmando el grado de discrepancia con el momento de renovación que se estaba produciendo en el cine europeo y las inquietudes culturales que también dominaban los cincuenta y sesenta. Sin duda estos postulados le convirtieron en una figura polémica. Admirado por muchos y rechazado por otros, Fellini se mantuvo a lo largo de su vida creativa inmerso en su propio mundo para unos repetitivo, para otros transgresor.

Filmografía

Director y coguionista

1950: Luci del varieta (codirector).
1952: El jeque blanco.
1953: Un’agenzia matrimoniale (episodio de Amore in città); Los inútiles.
1954: La strada.
1955: Almas sin conciencia.
1956: Las noches de Cabiria.
1959: La dolce vita.
1962: La tentazioni del dottor Antonio (episodio de Bocaccio 70).
1963: Fellini ocho y medio.
1965: Giulietta de los espiritus.
1968: Il en faut jamais parier sa tête avec le diable/Toby Dammit (episodio de Histoires extraordinaires).
1969: Satyricon.
1970: Los clowns (y actor).
1972: Roma (y actor).
1973: Amarcord.
1976: El Casanova.
1978: Ensayo de orquesta.
1979: La ciudad de las mujeres.
1983: Y la nave va.
1985: Ginger y Fred.

Coguionista

1939: Lo vedi como sei… lo vedi como sei? (gags).
1940: Non me lo dire (gags).
1941: El pirata soy yo (gags); Documental Z-3.
1942: Avanti c’e posto (y coargumento); Quarta pagina (y coargumento); Chi l’ha visto? (y coargumento).
1943: Aparición; Campo de fiori; Roma, ciudad abierta (y ay. de dirección); Vive… si te dejan (y coargumento).
1945: L’ebreo errante.
1946: Paisà (y ay. de dirección).
1947: Il delito di Giovanni Episcopo (y ay. de dirección y coargumento).
1948: Sin piedad (y ay. de dirección); La città dolente; Il mulino del Po (y ay. dirección); In nome della legge (y coargumento); Il miracolo (episodio de Amore; y coargumento).
1949: Francesco, giuliare di Dio (y ay. de dirección).
1950: Il cammino della speranza; Persiane chiuse (y coargumento).
1951: Una doncella en apuros; La ciudad se defiende (y coargumento).
1952: Il brigante di tacca del lupo; Europa 51 (y coargumento).
1958: Fortunella (y coargumento).

Bibliografía

  • ALFIERI, Carlos: Federico Fellini. Madrid. Ediciones Rueda. 1996.

  • ALPERT, Hollis: Fellini: A Life. Nueva York. Paragon. 1988.

  • BAXTER, John: Fellini. Barcelona. Ediciones B. 1994.

  • BONDANELLA, Peter: The Cinema of Federico Fellini. Princenton. Princenton University Press. 1992.

  • CHANDLER, C.: Yo, Fellini. Barcelona. Seix Barral. 1995.

  • FELLINI, Federico: Fellini por Fellini. Madrid. Fundamentos. 1978.

  • KEZICH, Tullio: Fellini. Milán. Biblioteca Universale Rizzoli. 1987.

  • PEDRAZA, Pilar y López Gandía, Juan: Federico Fellini. Madrid. Cátedra. 1993.

  • VILALLONGA, José Luis: Fellini. Madrid. El País/Aguilar. 1994.

E. García Fernández

Autor

  • E. García Fernández