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MúsicaBiografía

Brumel, Antoine (ca. 1460-ca. 1515).

Polifonista de origen francés, que vivió aproximadamente entre los años 1460 y 1515. No se conoce con certeza su lugar de nacimiento, aunque varios datos de su biografía hacen suponer que debía de tratarse de alguna población muy cercana a la ciudad de Chartres.

Las noticias de la vida de Antoine Brumel que han llegado hasta nosotros comienzan con su nombramiento como cantor en la catedral de Notre Dame de Chartres, institución desde la que pasó a la catedral de Saint Pierre de Ginebra. Años después permaneció adscrito durante algún tiempo a la catedral de Laon, donde probablemente sería ordenado sacerdote en un momento posterior al año 1497. Desde 1498 fue maestro de música para los niños que cantaban las voces agudas en la capilla musical de la catedral de Notre Dame, en esta ocasión en París. A partir de 1501, Antoine Brumel pasó a desarrollar su actividad como compositor al frente de dos capillas profanas, abandonando así el servicio en las capillas sacras que a lo largo de los años lo había llevado en más de una ocasión a mantener enfrentamientos con las autoridades eclesiásticas. Entre 1501 y 1502, trabajó al servicio del duque de Chambéry para pasar después a la infinitamente más interesante desde el punto de vista creativo y, también, desde el económico, capilla musical del duque de Módena y Ferrara, Alfonso I d’Este, uno de los entornos en los que bullía con más fuerza el espíritu ilustrado del humanismo renacentista italiano, presente tanto en la música como en la poesía y en el resto de las artes. Pero esta vinculación del músico a la familia italiana de los Este, que en principio debería haber sido vitalicia, concluyó en el año 1510, cuando se disgregó la capilla de la casa de Ferrara.

La obra musical de Antoine Brumel.

En la obra de Antoine Brumel aparecen sintetizadas prácticamente todas las características que determinaron la evolución de la escuela polifónica de tradición franco-flamenca, desde la horizontalidad más típica de las obras creadas por la primera generación de polifonistas franco-flamencos, en las que se aplicaban estrictamente las reglas del contrapunto imitativo, hasta la posterior evolución hacia la verticalidad, hacia la disposición de las diferentes voces que componían la trama de la polifonía según un criterio más silábico que melismático y con una tendencia clara a una concepción de las obras que, en ocasiones, llegaba a resultar próxima a la noción de armonía, aunque a lo largo de su actividad musical Brumel continuase en todo momento practicando las reglas del contrapunto.

Además de sus obras sacras, también se le atribuyen a Antoine Brumel varias canciones profanas sobre textos en francés, varias de ellas perdidas y conocidas solamente por referencias, además de una docena de obras instrumentales. En todo caso, teniendo en cuenta que la mayor parte de la vida del músico se desarrolló al servicio de varias capillas musicales patrocinadas por centros religiosos, según era habitual en su época, parece lógico que la mayor parte de su producción fuera de asunto sacro.

Al igual que otros muchos polifonistas europeos de los siglos XV y XVI, Antoine Brumel cultivó el género de la misa parodia (véase misa), un tipo de composición para la que se tomaba como pretexto un tema musical procedente de una chanson contemporánea o de cualquier otra obra, tanto sacra como profana, que hubiera podido alcanzar la popularidad en algún momento, que hubiera sido creada por otro autor a quien el compositor de la nueva obra pretendiera rendirle un homenaje o bien que le interesara a éste por algún otro motivo. A partir de esta melodía “prestada”, el compositor creaba el resto de las voces que componían la trama polifónica. Éste es, precisamente, el procedimiento que Brumel practica en su Missa “Berzerette savoyenne”, compuesta a partir de una chanson de Josquin Desprez. También pertenecen al género de la misa parodia otras composiciones de Brumel como su Missa “Bon temps” sobre una melodía anónima o su Missa “de dringhs”, sobre una melodía del propio compositor. En el caso de su Missa “L’homme armé”, Antoine Brumel utilizó esta célebre chanson que también tomaron como pretexto muchos otros célebres compositores para componer sobre ella sus misas. En otras ocasiones, Brumel practicó el clásico método de utilizar un tenor procedente del repertorio gregoriano para componer a partir de él alguna de sus obras, como en el caso de su Missa de beata virgine o en su Missa Victimae paschali.

En otras ocasiones, Brumel siguió la práctica común en la época que consistía en proponerse a sí mismo retos que le sirvieran para evolucionar en la composición de la polifonía mediante la resolución de los problemas formales que le planteaba el tener que ceñirse necesariamente a un esquema dado. Uno de estos retos sería el de la composición de una misa a partir del hexacordo Do (Ut) Re Mi Fa Sol La, o la elaboración de una secuencia, la que acompaña al texto Sicut erat en su Magnificat sobre el octavo tono, en la que el compositor hacía evolucionar a la vez melodías basadas en los ocho modos gregorianos (de hecho, este fragmento, denominado también Exemplum octo modorum, es la única parte de la obra que puede serle atribuida con certeza).

Antoine Brumel fue uno de los autores más reconocidos por sus contemporáneos y por los estudiosos de la tradición polifónica franco-flamenca pertenecientes a las generaciones posteriores. La calidad de sus obras lo convertían en equiparable a los ojos de sus contemporáneos con músicos de la talla de Josquin Desprez o de Alexander Agrigola y, todavía medio siglo después de su muerte, cuando el compositor y teórico italiano Vicenzo Galileise refería en una de sus obras teóricas a los diferentes compositores de origen franco-flamenco que habían pasado por las capillas musicales romanas, citaba entre otros el nombre de Brumel, a pesar de que hoy no se dispone de ningún documento que sirva para atestiguar que el compositor estuviera jamás en Roma. Aun así, ya solamente el hecho de que Vicenzo Galilei, uno de los personajes más importantes en la vida musical de la Italia del siglo XVI, mencionase el nombre del polifonista franco-flamenco sí proporciona una idea acerca de la popularidad que debía de haber alcanzado su obra al sur de los Alpes. Pero además existen otras pruebas del interés que los italianos mantenían hacia la obra de Brumel, entre ellas el hecho de que, en varias de las primeras ediciones de música impresa que salieron de los talleres venecianos de Ottaviano de Petrucci, aparecieran incluidas misas y motetes del compositor.

Así, a pesar de que hoy en día el nombre de Antoine Brumel figure en los programas de los conciertos de música polifónica en menor medida que el de otros compositores contemporáneos o del siglo siguiente, no debe hacer olvidar la huella que la técnica compositiva del maestro dejó en otros músicos que en su época tuvieron la oportunidad de escuchar su música o estudiar las ediciones de sus obras.

Bibliografía.

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  • SPARKS, E.: Cantus Firmus in Mass and Motet, 1420- 1520, Berkeley, 1963.

  • ESCUDERO GARCÍA, M. P.: Reglas del Canto Plano y del Contrapunto, Madrid, 1984.

  • ALAYETO, P. F.: Tratado de Contrapunto, Pamplona, 1995.

  • SCHMID, A.: Ottaviano dei Petrucci da Fossombrone, der erste Erfinder des Musiknotendruckes mit beweglichen Metalltypen, und seine Nachfolger in sechzenten Jahrhunderte, Amsterdam, 1968.

Lucía Díaz Marroquín.

Autor

  • LDM