A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PinturaBiografía

Botticelli, Sandro (1445-1510)

Pintor italiano, llamado Sandro Filipepi, nacido en Florencia en 1445 y muerto en la misma ciudad en 1510. Fue discípulo de Filippo Lippi y de Verrocchio.

Pintor que conoce todo el sistema de representación legado por las dos generaciones anteriores, será un fiel reflejo de los movimientos que ocurren en la Florencia de su época.

Va a trabajar como artista asalariado de los Médicis, conociendo la corte que se establece en torno a Lorenzo el Magnífico y los movimientos e inquietudes que se desarrollan en ella. Es el momento en que se formulan las teorías neoplatónicas, basadas en los escritos de Platón y sobre todo de Plotino, a partir de las cuales se pretendía hacer una "concordatio" entre el pensamiento pagano y el cristiano. Es entonces cuando se publican las obras de ambos filósofos, traducidas y comentadas.

Botticelli, compartirá estas ideas que se van a ver reflejadas en sus cuadros. Desde el punto de vista de la representación retoma todas a las investigaciones anteriores, planteando la crisis del sistema de representación del Quattrocento. Formula una nueva pintura basada en los temas prototípicos de la Antigüedad, sobre todo de tipo mitológico; aunque en su obra habría que separar dos registros: la pintura religiosa, que enlaza con la obra de su maestro Filippo Lippi; y la pintura mitológica, en la que utiliza los temas antiguos readaptándolos al momento. Estos dos registros se van a desarrollar paralelamente, tomando una mayor importancia la pintura religiosa a partir de 1485, cuando se produce la predicación de Savonarola, contra la cultura clasicista y profana de la corte Médicis, adopta un tono de honda espiritualidad.
(Véase Filippo Lippi).

Sus primeras obras son una serie de Vírgenes en las que se denota la influencia de Verrocchio, aunque ya muestra la fluidez lineal que le va a caracterizar. Esta primera fase culmina en 1468 con la obra La Virgen del Rosal, actualmente en el museo del Louvre, a la que siguen La Fortaleza, realizada en 1470 para el Tribunal de Mercancías de Florencia; y el San Sebastián, conservado en Berlín. A partir de 1470, se introduce en la corte de los Médici, y abandona su taller para pasar a trabajar a las órdenes de esta familia. Para quienes realiza obras maestras como el Retablo de las Convertidas de 1470, El Díptico de Judith de 1472, la Adoración de los Reyes Magos de 1475 y su magistral La Primavera de 1478, realizada para la Villa de Castello de Lorenzo, máxima expresión del clima humanístico de la corte de Lorenzo el Magnífico, cuya línea de genialidad se mantendrá en Palas y el Centauro y El Nacimiento de Venus pintados en los años siguientes.

En 1481 es llamado a Roma para participar en la decoración de la Capilla Sixtina, donde realiza tres escenas: Moisés y las hijas de Jetro, El castigo de Coré, Dathan y Abiron y Los estigmas de Cristo, además de algunas figuras de Pontífices, en las que estuvo trabajando hasta 1482. En estas obras aparece un cambio hacia una mayor monumentalidad clásica, que se mantiene en obras posteriores como La Adoración de los Magos de 1482 aproximadamente, conservada en la National Gallery de Washington, la Virgen del Magnificat, de 1485, actualmente en los Uffizi, y la Virgen del Libro de 1483. Sin embargo un ritmo cada vez más tenso se va adueñando de su pintura que manifiesta la crisis del momento y busca una nueva pasión religiosa. Obras como La Virgen y Santos de 1485, de Berlín; La Virgen de la Granada, de 1487, en los Uffizi; o la Virgen con el niño y san Juanito, de 1490; revelan esa continua tensión que cristalizará en el Retablo de San Marcos, de los Uffizi, realizado hacia 1490 y en los dibujos para ilustrar La Divina Comedia.

Retrato del hombre de la Moneda

Su profunda crisis mística coincide con la caída de los ideales humanistas y la predicación de Savonarola, momento a partir del que realizará auténticos cuadros de piedad. La Virgen de Dresde, de 1490; la Virgen del Pabellón, de 1495; la Piedad de Milán de 1495; darán paso a obras de una compleja simbología, como son La Calumnia de Apeles de 1495; Historia de Mujeres ilustres, de 1500 y la Desamparada de 1495. En sus ultimas obras La Natividad de 1501 y La Crucifixión de 1505, muestra un planteamiento arcaizante que revela una condena abierta de los ideales de la época.

Pintura Religiosa

La Virgen del Magnificat

Realizada aproximadamente en 1485, se conserva en el Museo de los Uffizi de Florencia. Está realizada en la época en que Botticelli llega a su máxima expresión de los ideales de la corte humanista de Lorenzo el Magnífico, con obras como El Nacimiento de Venus, realizada dos años antes.

Pintura en forma de Tondo, muestra una tendencia al clasicismo, ausente en las primeras obras de temática religiosa del maestro. Se han superado los esquemas básicos heredados de Filippo Lippi, mostrando una pintura más suntuosa, elegante y refinada. La composición muy clásica es absolutamente cerrada en sí misma, describiendo un juego circular, como el tondo, mediante las miradas de los personajes que la componen.

Moisés y las hijas de Jetro. Frescos de la Capilla Sixtina

En 1481 Botticelli es llamado a Roma para participar en la realización de los frescos de la Capilla Sixtina, donde se encontraban trabajando otros importantes maestros del momento.
La historia religiosa se enmarca en unas alusiones muy concretas a la antigüedad clásica, mediante la introducción de columnas corintias y de un arco de triunfo. Es el momento en que la obra de Botticelli adquiere una mayor monumentalidad y una mayor referencia al clasicismo, pese a lo cual la composición esta marcada por un fuerte dinamismo, casi dramático, que se apodera de las figuras. Su realización, como toda la producción del artista, muestra un estilo refinado, estilizado y elegante.

La Virgen de la Granada

Realizada en 1487, aproximadamente, se conserva en los Uffizi. Está realizada en un momento en que Botticelli camina hacia la crisis religiosa y de valores que producirá el profundo cambio de sus últimos años.

En esta obra se ha tratado de ver una alusión histórica a la toma de Granada por los Reyes Católicos, con la que para Europa se cierra el mundo árabe.

En forma de tondo, la Virgen centrada parece ahogarse por la presión que ejercen las figuras de ángeles del fondo, hay un deseo de invadir todo el espacio, en una tensión permanente.

La Natividad

Natividad mística. National Gallery. Londres.

Una de sus últimas obras, realizada en 1501, se conserva en la National Gallery de Londres. En ella se revela toda la trasformación de la obra de Botticelli, desde la crisis sufrida personalmente tras la predicación de Savonarola, momento en que abandona totalmente la pintura mitológica.

La característica lineal de la obra de Botticelli se acentúa extremadamente, junto con la tendencia a la curva y a la estilización. Esto ha hecho que se haya interpretado en más de una ocasión como una vuelta consciente al gótico internacional, incluso a la utilización del simbolismo del color, como una denuncia al ambiente que se había generado en la corte de los Médicis. No existe alusión alguna al espacio ni a la perspectiva y sus figuras parecen actuar con irreales pasos de danza.

La Pintura Mitológica

Mediante la temática mitológica, Botticelli llega a finalizar el proceso de secularización de las artes que se había estado produciendo a lo largo de todo el Quattrocento. Este género era sin duda el más cercano y el más representativo de la Antigüedad clásica; Botticelli se va acercar a él a través de los textos literarios, sobre todo de la obra de Ovidio Las Metamorfosis. Al mismo tiempo van a ser la máxima expresión de refinamiento humanista que se había producido en la corte de Lorenzo el Magnifico, y la plasmación de las ideas neoplatónicas, de búsqueda y expresión de la Belleza.

La mayor parte de estas obras se conservan en el Museo de los Uffizi de Florencia. Todas ellas presentan un doble significado de forma simbólica; por una parte, a través de temas antiguos de tipo moral, como los expresados en las Metamorfosis, Botticelli trató de establecer la concordattio entre el mundo pagano y el cristiano, puesto que la temática era válida para ambos. Por otra parte, se trata de establecer un puente de unión entre la expresión de las ideas neoplatónicas y la representación de acontecimientos que estaban sucediendo en la corte Médicis. Los principios de neoplatonismo que debían ser expresados son la ya citada concordattio entre el mundo pagano y el cristiano, y la concordattio armónica de los principios contrarios que existen en el mundo, las fuerzas de la inteligencia y las fuerzas más animales. La armonía y la belleza del universo tenían que ser expresados en la realidad.

El nacimiento de Venus

Nacimiento de Venus. Botticelli. Italia.

Es un tema tomado directamente de la obra Las Metamorfosis de Ovidio. Este cuadro ha sido interpretado como uno de los de mayor sentido neoplatónico; simbólicamente expresaría el nacimiento de la Venus Humanitas, es decir, de la unidad, la armonía, encuadrada dentro de los tres elementos: tierra, mar y aire.

Venus ha emergido del mar sobre una concha que es empujada a la playa por el soplo de los dioses alados, entre una lluvia de flores. Sobre la arena una de las Horas o Ninfas la espera con un manto de púrpura.

No existe preocupación por la perspectiva ni por la creación del espacio, hay un desprecio consciente a lo experimentado anteriormente. La preocupación se centra en la línea, lo curvo, los fondos planos, y la profundidad atmosférica. Prima el dibujo sobre la imitación de la naturaleza. Es una forma de representar que hoy se llama arte intelectualizado.

Venus y Marte

Conservado en la National Gallery de Londres. Es una obra a la que se han atribuido numerosas interpretaciones. Desde el punto de vista de la filosofía neoplatónica, se interpreta como la Venus Humanitas que ejerce su influencia benéfica sobre Marte, símbolo de las fuerzas más animales, intentando una complementariedad de elementos contrarios; es el vencimiento de Venus Humanitas sobre las fuerzas primitivas, el vencimiento de la razón. Por otra parte se ha puesto en relación con la vida de los Médicis, según esta teoría, representaría a Juliano de Médicis con su amante.

La composición está formada por dos diagonales, la primera marcada por el cuerpo de Venus y el de Marte, y la segunda definida mediante la lanza de este último sujeta por los faunos, que sirve al mismo tiempo como elemento de unidad entre dos figuras tan distintas.

Se prescinde de la tridimensionalidad, con una preocupación por lo lineal, casi por lo caligráfico y por la curva, predominando el dibujo. Búsqueda de una sensación atmosférica, con colores demasiado suaves, poco naturales.

La Primavera

La Primavera. Botticelli, (1478). Florencia.

Al igual que la anterior, es una obra sobre la que se han vertido numerosas interpretaciones; desde la explicación neoplatónica del mito de Venus, hasta diferentes transposiciones de la vida de los Médicis.

Desarrolla el tema del nacimiento de la primavera, la diosa Flora siembra la primavera, formando un eje simétrico con Venus, que aparece como diosa del amor. Las tres gracias se presentan semidesnudas, enlazadas, danzando, forma de representar que tendrá una importante repercusión.

Las figuras tienen una tendencia a la melancolía soñadora. Con un canon exageradamente alto y con edades juveniles, se busca un ideal de belleza que no corresponde con la copia de la naturaleza, con la realidad. Flora muestra el mismo rostro que Venus; se ha interpretado como un retrato de Simoneta Vespuchi, con cara alargada y melancólica, propia de todas las figuras de Botticelli. No se utiliza la perspectiva en profundidad, todos los cuerpos presentan el mismo canon, aunque están en distintos planos. Crea telones que impiden ver el fondo.

El colorido es muy personal con tendencia hacia la gama fría. Por supuesto la mayor preocupación es la linealidad, la curva, el dibujo.

La simbología temática es muy compleja para un espectador que no haya compartido el entorno cultural de los Médicis. Es una pintura elitista, que tendrá pocos seguidores; de hecho, Botticelli no tuvo un taller, su forma de concebir la pintura murió con él.

La Calumnia

Conservado en los Uffizi de Florencia. Este tema había sido tratado ya con anterioridad en el mundo antiguo. Es una de las últimas obras del artista y parece inspirado en la descripción que hace Luciano de un célebre cuadro de Apeles.

Visión alegórica de la calumnia, en que se representan todos los vicios del individuo, sólo en la izquierda aparece olvidada la verdad desnuda.

Parece ser que este cuadro fue pintado por Botticelli en respuesta a una acusación que se le había hecho.

La arquitectura e clásica, las esculturas son una alusión a la escultura florentina de Donatello, los relieves representan temas de la antigüedad.

Bibliografía

  • ARGAN, G.C.: Botticelli. Barcelona, 1968.

  • ANGELIS, R. de: Botticelli. San Sebastián, 1981.

  • BECHERUCCI, L.: Botticelli: La Primavera. Granada, 1968.

  • BERENSON, B.: Los pintores italianos del Renacimiento. Barcelona, 1954.

  • BERGER, R.: El conocimiento de la Pintura. Barcelona, 1976.

  • BUSIGNANI, A.: Botticelli. Barcelona, 1967.

  • ENZINA, J. de la: Los Pintores italianos del Renacimiento. México, 1949.

  • MANDEL, G.: La obra pictórica completa de Botticelli. Barcelona, 1983.

  • SEBASTIAN, S.: Arte y Humanismo. Madrid, 1978.

  • TESTI CRISTIANI, M.L.: Botticelli. Madrid, 1994.

  • VV.AA.: Botticelli. Granollers, Marín, 1979.

  • VENTURI, L.: Botticelli. Barcelona, 1966.

Autor

  • Esther Alegre Carvajal