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HistoriaPolíticaBiografía

Berenguer Ramón II, Conde de Barcelona (ca. 1053-ca. 1099)

Conde de Barcelona, Girona y Osona, conocido como el Fratricida, nacido hacia 1053 y muerto en Jerusalén hacia 1099. Durante su gobierno llevó a cabo la repoblación de los territorios conquistados por sus antecesores y él mismo desarrolló una importante labor de reconquista y expansión.

Hijo de Ramón Berenguer I de Barcelona y de doña Almodis de la Marca, heredó el condado junto con su hermano, probablemente gemelo, Ramón Berenguer II, llamado Cabeza de Estopa, a la muerte de su padre en 1076, aunque éste mantuvo una posición preeminente sobre su hermano en el reparto de poderes. Ante esta situación Ramón Berenguer II fue obligado, a comienzos de su reinado, a prometer la partición con su hermano, en una asamblea en la que se reunieron los obispos de Girona y Barcelona y los vizcondes de Barcelona, Girona y Cardona. En 1078 Berenguer Ramón recibió de su hermano garantías del gobierno compartido basadas en las parias de Lleida. El rey taifa de Lleida, Yusuf- al-Muzaffar, en continua lucha contra su hermano, el rey de Zaragoza, Ahmed al-Muqtadir, permitió al condado de Barcelona extenderse a través de la planicie de Urgel hasta Sidamon y Torregossa (1079). Aquel mismo año la colonización a través de la cuenca de Barberá había ya alcanzado L'Espluga de Francolí.

A pesar del pacto de 1078, Ramón Berenguer trató el año siguiente de ejercer la soberanía sobre el condado en solitario; este acto causó la rebelión de Berenguer Ramón, que reclamó el arbitraje pontificio para resolver el enfrentamiento entre ambos hermanos; el 2 de febrero Gregorio VII ordenó al obispo de Barcelona, Berenguer Wifredo, que actuase como mediador y el año siguiente la crisis parecía haberse solucionado.

Desde 1082 Berenguer Ramón II prosiguió por su cuenta la guerra contra los musulmanes. Se alió con Sancho Ramírez de Aragón y con el rey de la taifa de LLeida, que había sido incorporada a la de Zaragoza por Yusuf al-Mutamin y rechazó la ayuda ofrecida por Rodrigo Díaz de Vivar, quien viajó a Barcelona para ofrecer sus servicios a Berenguer Ramón II y, al ser rechazado, pasó a luchar para el rey de Zaragoza. El conde de Barcelona fue derrotado y hecho prisionero por el Cid durante el asedio de Almenara (1082). Después de ser liberado debió sentirse frustrado y es posible que fuese objeto de burlas; esto agrió su carácter y puede que determinase los acontecimientos posteriores.

El 5 de diciembre de 1082 fue asesinado Ramón Berenguer II por sus propios hombres en un solitario lugar conocido como la Perxa de l'Astor, entre Girona y Barcelona. Berenguer Ramón, cuyas relaciones con su hermano habían vuelto a empeorar tras la derrota de Almenara, fue acusado de organizar el asesinato, pero, ante la ausencia de pruebas, se dio cumplimiento al testamento de su padre y pasó a gobernar el condado de Barcelona, lo que impidió a su sobrino el futuro Ramón Berenguer III el Grande participar en la administración del condado. Durante los primeros años de su ejercicio condal en solitario su soberanía fue respetada por todos los condes catalanes excepto por el de Carcassona y Rasés, donde Bernat Ató de Besiers adoptó el título de vizconde de Carcassona en 1085.

En mayo de 1085 el conde de Barcelona fue acusado de organizar el asesinato de Ramón Berenguer II por una asamblea de notables presidida por el obispo Berenguer Sunifredo de Vic. En ella se confió la custodia del hijo del conde asesinado al obispo y se encargó la organización de la lucha contra Berenguer Ramón II a Guifré Ramón, conde de Cerdaña. Se decidió también ofrecer la tutela del huérfano y el dominio del condado de Barcelona a Alfonso VI de Castilla y León. Sin embargo esta solución no fue bien acogida en el condado y en junio de 1086 se reunió una nueva asamblea, esta vez dirigida por el linaje de los Cabrera, en la que se llegó a una solución satisfactoria: Berenguer Ramón II sería tutor de su sobrino durante once años, después de los cuales asociaría al trono a Ramón Berenguer III.

En 1086 el conde de Barcelona prosiguió la guerra contra Zaragoza, ahora gobernada por Ahmed al-Mutasin, que, como su antecesor, estaba aliado con el Cid. Berenguer Ramón II contó de nuevo con la alianza de Sancho Ramírez de Aragón, al-Mundir de Lleida y Tortosa y con el nuevo apoyo de Armengol IV de Urgel. Los planes de Berenguer Ramón eran tomar Valencia; el rey de Valencia, Utman al Qadi, protegido por Alfonso VI de Castilla, puso sitio a Xátiva, pero fue derrotado por las tropas catalanas, que inmediatamente tomaron el camino de la ciudad del Turia. Sin embargo el inmediato ataque de Lleida por parte del Cid y Ahmed al-Mutasin hizo que los aliados levantasen el sitio de la ciudad y regresasen a Cataluña. Tras la derrota de Alfonso VI en Sagrajas (1086) y la irrupción de los almorávides en la península Ibérica, la situación volvió a ser ventajosa para Berenguer Ramón II que, contando con los mismos apoyos que antes, volvió a intentar la conquista de Valencia (1088). Una vez más la oposición del Cid y el rey de Zaragoza les hizo desistir. El conde de Barcelona consiguió entonces pactar la inhibición de Ahmed al-Mutasin y acometió de nuevo el sitio de Valencia. Y de nuevo el Cid, esta vez con la ayuda del rey de Castilla, venció a las fuerzas coligadas, por lo que Berenguer Ramón tuvo que retirarse a Requena (1089). Desde aquel momento el conde perdió la alianza de Aragón y Urgel y, tras el fracaso de las negociaciones con Alfonso VI, vio limitada su ayuda a la taifa de Lleida.

Cuando en 1090 Berenguer Ramón II tuvo un encuentro con su enemigo, el Cid, en el pinar de Tévar, cerca del paso montañoso de Beseit, el conde fue capturado por el de Vivar, junto con algunos de sus caballeros, entre los que destacaba Gerau Alemany de Cervelló. Se pidió un rescate por ellos de 80.000 marcos de oro de Valencia. El conde consiguió su libertad después de llegar a un acuerdo con el Cid en Daroca (1090), por el cual Berenguer Ramón detendría su política expansiva hacia Lleida, Tortosa y Valencia; el Cantar de Mío Cid relata el suceso e indica que la prisión del conde duró tres días en los que éste se sometió a una huelga de hambre y fue liberado después, aunque la veracidad de este dato es dudable, habida cuenta del carácter literario del Cantar. Las relaciones entre el conde y el Cid se normalizaron hasta tal punto que el conde de Barcelona negoció el matrimonio de su sobrino Ramón Berenguer III con doña María, hija de don Rodrigo, una vez que éste logró la soberanía sobre Valencia (1094); el matrimonio se celebró en 1098.

Desde 1088 o 1089 el conde Berenguer obtuvo de Roma la instauración de Barcelona como sede metropolitana, lo que significó la independencia de la iglesia catalana. Por aquellos años comenzó a actuar Ramón Berenguer III junto con su tío y en octubre de 1091 el papa Urbano II convocó a ambos condes y decretó la mayoría de edad de Ramón Berenguer III, que en adelante actuó sin la supervisión de su tío. En 1091 el obispo de Vic, Berenguer Sunifredo, consiguió del papa la confirmación de la instauración de la sede arzobispal de Barcelona y sobre estas fechas el conde trató de apropiarse del título real. Aunque el pacto de Daroca limitaba el expansionismo del conde Berenguer, éste planeó la ocupación de Tarragona y en 1092, ayudado por Sancho Ramírez de Aragón, atacó Tortosa.

Tras ser decretada la mayoría de edad de Ramón Berenguer III la oposición nobiliaria hacia el conde se reactivó y la acusación de fratricidio le llevó a ser sometido a combate judicial ante la corte de Alfonso VI; vencido, fue declarado culpable y despojado del título condal, que pasó a su sobrino.

Aunque el conde desaparece de la documentación el 3 de marzo de 1097, las Gesta Comitum mencionan que se volvió mudo y murió durante una peregrinación a Jerusalén el día 20 de junio, aunque no se indica el año. Hacia 1078 o 1079 casó con doña Matilda de Apulia y no ha quedado constancia de que tuviese hijos. A principios de su reinado se acuñaron en Barcelona unas monedas conocidas como anónimas, que mantuvieron un valor fijo durante el gobierno de sus sucesores, Ramón Berenguer III y Ramón Berenguer IV.

Bibliografía

  • D'ABADAL, R. Els primers comtes catalans. Barcelona, Teide, 1958.

  • D'ABADAL, R. La formació de la Catalunya independent. Barcelona, 1970.

JMMT.

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero