Saldanha, João d’Oliveira e Daun, Duque de (1790-1876).


General y político portugués, nacido en Arinhaga el 17 de noviembre de 1790 y muerto en Londres el 21 de noviembre de 1876, que estuvo durante casi toda su vida presente en el escenario político del Portugal del siglo XIX (revolución liberal de 1820-1851 y monarquía liberal del tercer cuarto de siglo), teóricamente en el bando liberal, en la práctica apoyando a unos y otros según favoreciese su ascenso personal, hasta el punto de ser llamado «Joâo VII».

Las luchas entre liberales y absolutistas: la participación militar de Saldanha

De familia aristocrática, pues era nieto por parte de madre del marqués de Pombal(hijo del consejero de Estado Oliveira y de María Amália de Carvalho e Daun, hija de Pombal), siguió desde los catorce años la carrera militar al ingresar en la Real Academia de Marina (1805-1808), y en la que tuvo un ascenso rápido, pues era capitán a los diecisiete años (1807), mayor en 1809, teniente coronel en 1812, coronel en 1815, general a los veintisiete (1817), y mariscal de campo en 1826.

Como militar tomó parte en las guerras napoleónicas, luchó en Brasil y en las guerras liberales portuguesas del segundo cuarto del s. XIX, como miembro de algunos gobiernos de vida agitada, alternando el poder con la oposición, apoyando a los liberales contra los miguelistas absolutistas en la guerra civil de 1832 y a los monárquicos contra los radicales en las revueltas de 1836 y 1846.

Aceptó, tras luchar inicialmente contra ella (batalla de Buçaco), la dominación francesa y fue apresado a causa de esto por los ingleses, marchando luego a Brasil donde por su arrojo en el asalto a Montevideo contra Artigas (1815, durante la guerra de separación de Uruguay de Buenos Aires) fue nombrado capitán general de la provincia de Río Grande do Sul en 1821; al proclamarse don Pedro emperador de Brasil en 1822 volvió a Portugal.

Tuvo problemas con el gobierno constitucional al negarse a marchar de nuevo a Brasil como jefe de una expedición, por falta de hombres y medios adecuados; fue por ello encarcelado en el castillo de San Jorge (Lisboa), pero se puso al frente de la guarnición de la prisión para unirse con D.Miguel en Vila Franca de Xira (como reacción a su encarcelamiento, pues sus ideas eran liberales). Sin embargo, fue designado gobernador militar de Oporto por Juan VI, y defendió la Carta Constitucional (constitucionalismo moderado); fue destituido a la muerte de aquel (1826) por la regente Isabel María, pero continuó en la cumbre política gracias a su popularidad y agrupando en torno suyo a los sectores radicales, dimitiendo finalmente ante la oposición del gobierno.

Por entonces partidario de D. Pedro (teórico rey como Pedro IV entre 1826 y 1828), le escribió pidiéndole su vuelta a Portugal o que se mantuviese a Isabel María como regente hasta la mayoría de edad de la hija de D. Pedro, María II, lo cual fue rechazado pues el emperador otorgaría la regencia a su hermano D. Miguel en 1828; ofreció a la regente mantenerla por la fuerza, pero al ser rechazada su oferta marchó a Londres (que sería el lugar habitual de sus numerosos y breves exilios), fracasando un desembarco en Portugal junto con otros liberales, desde el navío inglés Belfast (Belfastada), por la oposición del gobierno inglés.

Desde la capital británica ideó conseguir la corona de España para D. Pedro, oferta que tanto éste como el destacamento inglés de Lisboa comandado por Clinton se negaron a escuchar. Saldanha, que ya había regresado, participó en el gobierno absolutista de su país, que dejó por el apoyo de los campesinos del norte a D. Miguel, para volver a él dos meses más hasta ser sustituido por el obispo de Viseu.

Se exilió nuevamente a Inglaterra y Francia mientras D. Miguel era proclamado rey de Portugal (1828-1834), y tomó parte en la revolución parisina de 1830, en la que coincidió con otros liberales portugueses (Pinto Pizarro, los hermanos Passos). Iniciada la guerra civil portuguesa entre miguelistas y liberales (1832-1834), tras intentar desembarcar junto con otros liberales en Oporto para auxiliar a la Junta levantada en armas, fue apartado por su oposición a Palmela de la expedición de éste y Villa-Flor a la isla Tercera (Azores) que luego continuó en Oporto, sitiada por los absolutistas. Sin embargo, debido a las dificultades se tuvo que recurrir a Saldanha (28 de enero de 1833), mejorando la situación gracias al ataque del inglés Napier al Algarve, rompiendose el cerco de Oporto y logrando la conquista de Lisboa; Saldanha, como mariscal, obtuvo el mando supremo de las fuerzas liberales. La convención de Évora-Monte de 1834 supuso el triunfo de los liberales moderados, el acceso al trono de María II (1834-1853) y el exilio definitivo de Miguel I.

La defensa de la monarquía liberal: Saldanha, gobernante y opositor

Como el prestigio de Saldanha creció enormemente tras estas victorias, decidió dedicarse plenamente a la política. En 1835, fue ministro de la guerra y luego presidió un nuevo gobierno; no obstante, en septiembre de 1836 triunfó la revolución («septembristas»: constitucionalistas radicales) y huyó con la reina María II; Saldanha, junto con el mariscal duque de Terceira se levantó en 1837 contra la revolución y a favor de la Carta pero, derrotado, salió del país hacia España. Indultado, fue nombrado embajador en Madrid, Londres y Viena para mantenerle apartado del país.

Apoyó la subida al poder del dictador cartista Costa Cabral (1842) que abrogó la Constitución de 1838, pero al ser derribado aquel por otra revolución en 1846 Saldanha, como jefe de Gobierno, recibió el encargo de la reina de sofocarla; se inició una nueva guerra civil (Patuleia) en la que Saldanha obtuvo la victoria para la monarquía con ayuda anglo-española (Convención de Gramido, 1847).

Se inaugurándose entonces un periodo de mayor estabilidad para Portugal bajo el mandato de monárquicos y liberales moderados, Saldanha permaneció en el gobierno hasta 1849 y muy pronto solicitó la dimisión del ministerio de Cabral, su sustituto, pero no fue escuchado y debió huir una vez más. Cuando efectivamente cayó ese ministerio por la presión ejercida, Saldanha (27 de abril de 1851, Regeneraçao: ‘Regeneración’), accedió nuevamente al poder y fue luego presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar y embajador en París hasta 1859.

Volvió a su antigua idea de obtener la corona de España, esta vez para D. Fernando, pues se oponía al ministerio Loulé; no fue aceptada, pero pudo formar parte del ministerio de 1870 (Saldanhada ) durante tres meses, imponiendo su voluntad a Luis I (1861-1889) y desplazando a Sá de Bandeira: su ideario entonces se basaba en ocho palabras («Religión, justicia, moralidad, trono, independencia nacional, economía y libertad»). Alejado Saldanha definitivamente del gobierno, se le encomendó la embajada de Londres, donde murió.

Además de su labor política Realizó algunos estudios en diversos campos, sin gran valor a no ser la satisfacción personal para el propio Saldanha; escribió, acerca de política, derecho e historia, ciencias naturales y teología: Exposición de los motivos que decidieron a Joâo Carlos de Saldanha a no aceptar el mando de la expedición de Bahía; Observaciones sobre la carta que los individuos de la Junta de Porto han dirigido a S:M. el emperador del Brasil; Algunas ideias sobre a fé (‘Algunas ideas sobre la fe’); Il natale di Roma (‘El origen de Roma’); (‘Dos palabras sobre homeopatía’); Carta sobre o casamento civil (‘Carta sobre el matrimonio civil’); A vos da natureza; A Verdade (‘La Verdad’); Concordancia de las ciencias naturales, y sobre todo de la geología, en el Génesis, fundada en las opiniones de los Santos Padres.

Bibliografía

  • PIMENTA, B. O Marechal Saldanha. (Coimbra: 1957).

  • SERRÂO, J. Diccionario de História de Portugal. Vol. V. (Lisboa: Livraria Figueirinha, 1985).

  • VERÍSSIMO SERRÂO, J. História de Portugal. Vols. VII, VIII y IX. (Lisboa: Verbo, 1979).