Psammético I, Rey de Egipto (664-610 a.C.).


(Psmtjk) Primer rey de la XXVI dinastía egipcia, hijo y sucesor de Nekao I, último faraón de la dinastía XXV. Psammético I inició su reinado bajo la total dependencia de Asiria, cuyo rey Assurbanipal había colocado como hombres de confianza en Egipto a Nekao I, para controlar desde Sais todo el país, y al hijo de éste, Psammético I, como Señor de Athribis, tras haber sido ejecutado Bakennefi III. Muerto su padre Nekao I, según se sabe por la Estela del Sueño, Tanutamón fue reconocido rey en Napata, Elefantina, Tebas y Menfis, pero Assurbanipal, ante la petición de ayuda por parte de Psammético I que había acudido a Asiria, volvió a enviar rápidamente sus tropas a Egipto, las cuales, persiguiendo a Tanutamón, que se refugió en el sur, saquearon Tebas y Heliópolis y se llevaron un extraordinario botín (según cuentan los Anales asirios). Tras esta acción, que no aparece consignada en los textos egipcios, Psammético I fue dejado como rey, y poco a poco fue reconocido por los reyezuelos del delta y por las guarniciones, a veces a costa incluso de encarnizadas luchas. Tuvo que tolerar, sin embargo, en Tebas el gobierno teocrático independiente de Mentuemhat, Cuarto Profeta de Amón, que se intituló rey en alguna de sus inscripciones. Para la unificación del país y la salida de las tropas asirias de ocupación -a las que debía en buena medida el trono- contó con la colaboración de tropas mercenarias, fundamentalmente jonios y carios, según sabemos por Heródoto.

En Tebas, en el año 656 a.C., hizo que su hija Nitocris I (tenida de Mehetemueskhet) fuese adoptada por Shepenupet II como sucesora de la Esposa divina de Amón (Estela de la Adopción), para lo cual le fue regalada una gran dote (que venía a ser la fortuna vinculada al rango de princesa espiritual) que fue administrada por el influyente mayordomo Ibi. Con ello Psammético I controlaba de hecho todo el país. Menfis y Sais -ciudad origen de esta dinastía- adquirieron gran importancia como centros administrativos bien controlados por Sematutefnakht; Tebas, en manos del fiel Nesnauiau, pudo mantener en la obediencia a todo el sur. Egipto se abría a muchas gentes extranjeras: griegos, a quienes se les concedieron tierras, fenicios, sirios y judíos, con lo cual el país se internacionalizó en gran medida.

En política exterior, Psammético I estableció una alianza con Giges de Lidia y luego, muerto éste al enfrentarse con los asirios, no tuvo inconveniente en pactar con ellos. Esto le permitió actuar con total libertad en el Líbano y Palestina, en donde se apoderó de Ashdod. Más tarde llegó a ayudar a los asirios a luchar contra el caldeo Nabopolasar. Especial interés demostró el rey egipcio por la administración, reorganizándola en profundidad, dando gran importancia a todo lo relacionado con la marina. Durante su largo reinado, el culto a los animales fue en ascenso, y llegó incluso a agrandar el Serapeum de Menfis (necrópolis de los toros Apis muertos). Este rey, cuyo nombre de coronamiento fue el de Uahibre, y que había sabido hacer de Egipto un Estado internacional, sentó las bases para el llamado «renacimiento saíta», de grandes consecuencias históricas. Fue sucedido por su hijo Nekao II, a quien tuvo probablemente de su esposa Mehetemueskhet.