Nyman, Michael (1944-VVVV).


Compositor, pianista y director de orquesta británico nacido el 23 de marzo de 1944 en Londres. Artista reconocido internacionalmente, sobre todo por sus colaboraciones con el director británico Peter Greenaway, para quien ha realizado varias de sus bandas sonoras, recibió, no obstante, el espaldarazo definitivo a raíz del éxito obtenido con la música compuesta (e interpretada por él mismo) para el filme de la directora de cine neozeolandesa Jane Campion, El piano.

Definido por muchos críticos como un compositor “minimalista” (véase Minimalismo musical), su música posee una arquitectura modular y repetitiva, algo así como si rescatara la esencia del barroco clásico y la remozara con las posibilidades que ofrece la tecnología y el concepto de elaboración musical actual. En cualquier caso, es un claro ejemplo de que un artista considerado experimental puede llagar a alcanzar altas cotas de popularidad y ser reconocido por un público no precisamente acostumbrado a la escucha de músicas propias de un círculo restringido y especializado, que apenas llenan una escueta sala de cámara, sino que compra masivamente sus discos (ha vendido cientos de miles de copias, a pesar de ser, en la mayoría de los casos, bandas sonoras) y llena espacios escénicos propios de las grandes estrellas del rock. Incluso algunas de sus obras, especialmente en el caso del trabajo para El piano, están consideradas como las más bellas de la historia de la cinematografía, con el permiso de nombres como Ennio Morricone o Henry Mancini. Es, en definitiva, un caso excepcional dentro de la música contemporánea.

Prolífico autor, realizó sus estudios en la Real Academia de Música y en el King´s College londinense, bajo la tutela del compositor Alan Bush y de Thurston Dart, musicólogo especializado en el barroco inglés. Con este último se introdujo en el estudio del canon propio de la música de los s. XVI y XVII, en su estilo repetitivo y en sus líneas de contrapunto, lo que produjo una clara influencia en la futura concepción musical de sus composiciones. Llegó incluso a viajar a Rumania en su búsqueda de las tradiciones musicales del folclore europeo. Tras graduarse, su interés musical le llevó a trabajar como crítico musical en publicaciones como The Listener, New Statesman o The Spectator. No obstante, durante este período colaboró con algunos artistas, como pueda ser el caso Steve Reich y The Flying Lizards. En 1974 escribió un libro, titulado Experimental Music. Cage & Beyond, que supuso un estudio de la influencia de John Cage en una generación de compositores e intérpretes y que produjo, asimismo, una clara influencia en el propio Nyman, quien pronto se decantó por el compositor de Los Ángeles.

En 1976 aceptó la invitación de Harrison Birtwistle, director de música del Teatro Nacional británico, para que arreglara unas composiciones populares venecianas del s. XVIII; para ello, utilizó instrumentos medievales diseñados con un refuerzo en los bajos con los que creó un sonido muy característico que empleó en toda su obra posterior. La experiencia le animó a reclutar a una serie de músicos con los que formó una banda que, en los primeros años de la década de los ochenta del s. XX, llegaría a ser la Michael Nyman Band, con la que ejecutaría la mayoría de sus composiciones.

Poco tiempo después, en 1982, inició una de las colaboraciones más fructíferas de su carrera, la que mantuvo con Greenaway, quien, después de una serie de cortos y mediometrajes, se embarcó en la tarea de hacer un largo, El contrato del dibujante, al que quiso ilustrar con la música del compositor inglés. La mutua colaboración produjo una simbiosis que ha supuesto lo mejor de la obra de Greenaway, de manera que no pueda entenderse la una sin la otra, con títulos como A Zed and Two Noughts (1985), Drowning by Numbers (Conspiración de mujeres en España, 1988), El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (1989) y Prospero´s Books (1991). En ellos, Nyman desarrolló la esencia de su concepto de música, basada no sólo en una repetición obsesiva, sino en una marea de toques instrumentales (golpes –casi batacazos- de teclados, duros acordes de clarinetes altos y saxo barítonos, y un juego extremo que dobla las octavas altas y bajas). Las influencias de Mozart y Brahms se hacen patentes, y así fue reconocido en su aclamada ópera de 1986 El hombre que perdió su mujer y su sombrero. En 1990, por su parte, compuso Six Celan Songs, un trabajo basado en los poemas de Paul Celan para que lo interpretara el cantante Ute Lemper en la citada banda sonora de Prospero´s Books.

1992 fue el año de El piano, su obra, como ya se ha dicho anteriormente, más aclamada. El filme de Campion tiene cuatro protagonistas principales: la mujer muda que deja su tierra natal para casarse con un hombre que no conoce en Nueva Zelanda, su impertinente hija, el hombre que accede a traer su piano olvidado en la playa y el propio piano; y no es una afirmación gratuita, el piano se erige en protagonista de la historia, y todo gira alrededor de él. Siendo esto así, Nyman hace que la historia se cuente a través de las teclas de un piano que ejerce una poderosa influencia en los protagonistas, sobre todo porque Ada (Holly Hunter), que no puede hablar, lo utiliza como modo de expresión. Las melodías se convierten así en remeros del obsesivo mundo de la protagonista, en piezas admirablemente compuestas e interpretadas por Nyman (y magistralmente “interpretadas” por la actriz estadounidense), y que poseen una fuerza y una belleza sobresalientes. La banda sonora, al margen de las piezas para un solo piano, se completan con piezas para dos pianos, para conjunto de cámara, para saxo soprano y cuerda, y para saxo soprano y cuarteto de cuerda.

Tras el éxito de El piano, Nyman compuso otras obras que, en mayor o menor medida, han contribuido a que se le considere uno de los autores más respetados de la llamada new age, a pesar de que su estilo no se enmarca de una manera clara en los cánones del cajón de sastre que supone este movimiento. Entre sus últimas obras destacan The Upside-Down Violin (con la Orquesta Andalusí de Tetuán, 1992), Time Will Peonounce (1992), Musique a Grande Vitesse (1993), Yamamoto Perpetuo (basada en una obra de Alexander Balanescu, 1993), Tango for Tim (1994), String Quartet No. 4 (1995), Concierto para clavecín (con Elisabeth Chojnacka), Donde las abejas danzan (concierto para saxofón) y las bandas sonoras de los filmes Carrington (de Christopher Hampton, donde personaliza cada pieza con los personajes que rodearon la vida de la pintora Dora Carrington, 1995) y Gatacca (de Andrew Niccol, una epopeya futurista sobre un mañana posible y, al mismo tiempo, aterrador, 1997).

En 1996, como nota curiosa de su carrera, compuso para el Canal 4 británico The Final Score (El resultado final), un tributo a una de sus pasiones, el fútbol, y en particular de su equipo favorito, los Rangers de Queen´s Park.

Discografía

1978: Decay Music (Obscure).1982: Michael Nyman (Sheet).1987: The Kiss and Other Movements (Editions EG).1989: Michael Nyman: Box Set (Venture).1988: And They Do / Zoo Caprices (TER).1992: The Essential Michael Nyman (Argo / Decca).1993: The Will Pronounce (Argo / Decca).1993: The Piano (El piano) (Virgin).1995: Michael Nyman Live (Virgin).1995: Carrington (Argo).1996: AET (After Extra Time) (Virgin).1997: Conciertos para clavecín, fagot y trompa (EMI).1998: Gattaca (Virgin).1998: The Suit & the Photograph (EMI).2000: Facing Goya.2003: Sangam.