Nabu-Apla-Iddina, Rey de Babilonia (888-855 a.C.).
(AK-A-SE-na o Nabu-a-pal-iddin) Sexto rey de la octava dinastía de Babilonia (dinastía «E»), hijo y sucesor de Nabu-Shuma-Ukin I. Durante su largo reinado pudo dedicarse a la restauración material de los desastres causados por los suteos y los arameos, a quienes pudo en parte eliminar, según se sabe por un acta de donación, si bien fue incapaz de expulsarlos de la región del País del Mar, de difícil acceso. Nabu-Apla-Iddina hubo de soportar ataques de los reyes asirios Tukulti-Ninurta II y de Assur-Nasirpal II, el cual venció a su hermano, llamado Zabdanu, en la ciudad de Suru, en el país de Sukhi, que se había sublevado a pesar de ser tributario de Asiria. No tuvo inconveniente en firmar luego un tratado de amistad —que significaba en la práctica una rendición— con Salmanasar III, el nuevo rey asirio, para garantizar la paz de su reino. En su época, y gracias al restablecimiento de la normalidad, florecieron las ciencias y las letras; de hecho, es muy probable que en ese período de tiempo se hubiese escrito el famoso Poema de Erra que testimonia el estado de ruinas y devastación que había experimentado Babilonia pocos años antes. Asimismo, Nabu-Apla-Iddina restableció la vida religiosa de los santuarios de Babilonia, Borsippa, Sippar y Uruk, a los que reconstruyó, enriqueció y dotó con estatuas cúlticas. Materiales históricos coetáneos de este rey babilónico son tres kudurru (hoy en el British Museum), con datos sobre las restauraciones de templos y asuntos de tierras, otro kudurru en el Museo del Louvre, la famosa «Tablilla del dios Sol», de Sippar, de 28 cm de altura (también en el British Museum), en la que aparece retratado ante el altar de Shamash, y algunas referencias en los Anales de Assurbanipal II y en la Crónica sincrónica. Le sucedio en el trono Marduk-Zakir-Shumi I.