Muhammad I ibn Idris ibn Alí, Rey de la taifa de Málaga (ca. 1025-1053)
Rey de la taifa de Málaga nacido hacia 1025 y muerto en Málaga en 1053.
Hijo de Idris I ibn Alí, que había regido el reino de Málaga y se había titulado califa entre 1035 y 1039, Muhammad pertenecía al clan de los hammudíes, de origen beréber y que tras la descomposición del califato de Córdoba en 1031 habían seguido titulándose califas desde Málaga. Tuvo como hermanos a Yahya II ibn Idris, inmediato sucesor de su padre, Alí, que murió antes de 1039 y Hassan.
En febrero de 1046 Muhammad se encontraba preso en la fortaleza de Ayrus junto a su hermano al-Hassan, cuando tuvo lugar la sublevación contra Idris II ibn Yahya, primo de Muhammad que venía ejerciendo el poder en Málaga desde 1043 con la dignidad de califa. Ayrus fue el primer foco del alzamiento contra Idris y allí fue proclamado Muhammad califa en su lugar, lo cual fue corroborado seguidamente por los habitantes de Málaga. Tomó el título de al-Madhí y la Kunya de Abu Abd Allah. Al principio de su reinado tuvo que enfrentarse a Idris que, primero desde Bobastro, con la ayuda de Badis ibn Habbus de Granada, y después desde Ceuta seguía reclamando sus derechos al trono califal. De los señores de Al-Andalus que en el pasado habían reconocido la potestad de los califas hammudíes unos juraron lealtad a al-Madhí y otros no lo hicieron, encontrándose entre los segundos el poderoso Badis de Granada, que se había convertido en el verdadero caudillo del partido africano.
Muhammad al-Madhí logró que su autoridad fuese respetada en aquellos lugares en los que había sido reconocido y gracias a esto pudo desarrollar un gobierno efectivo en el que se reorganizó la administración, se recaudaron normalmente los impuestos y se atendieron las necesidades del ejército. Las crónicas presentan a Muhammad como un hombre cruel y sanguinario con una acusada berberofobia; Ibn Hayan afirma que perdió el favor de los beréberes que lo habían alzado tras mandar asesinar a muchos de ellos.
En 1047 Muhammad fue destituido por una asamblea de emires beréberes presidida por Badis de Granada y en la que se encontraban los régulos de Carmona, Arcos y Morón, que proclamaron califa a Muhammad ibn al-Qasim, gobernante de Algeciras que, como el destituido Muhammad, adoptó el título califal de al-Madhí. En este momento se dio la circunstancia de la existencia de cuatro hombres que como califas de Al-Andalus ostentaron el título de Emir de los Creyentes: los dos al-Madhí de Málaga y Algeciras, Idris ibn Yahya desde Ceuta y el falso Hisham II, alzado en Sevilla por Abul Qasim Muhammad como califa omeya, en oposición a los otros pretendientes hammudíes.
Muhammad no aceptó la destitución y siguió titulándose califa desde Málaga. Allí recibió los ataques de al-Mahdí de Algeciras en coalición con Badis de Granada, que no consiguieron tomar la ciudad ni vencer a Muhammad. Hubo entonces una aparente reconciliación de Badis con su reciente enemigo Muhammad, jurando fidelidad el primero al segundo y declarándose feudatario suyo. No fue un sometimiento sincero el del monarca zirí, ya que al poco tiempo urdió una treta para envenenar a Muhammad ibn Idris: Badis envió a Málaga un emisario que ofreció a Muhammad un espléndido vaso sirio emponzoñado; Muhammad quedó maravillado ante aquel regalo, lo llenó de vino y se lo llevó a la boca, pero antes de beber intuyó la traición e hizo que el emisario bebiese su contenido; éste cayó fulminado al instante. Aunque no llegó a beber, el veneno era muy efectivo y el solo contacto con él mató a Muhammad después de tres días de intensa agonía.
Muhammad fue sucedido por su sobrino Idris ibn Yahya ibn Idris ibn Alí ibn Hammud, que reinó tan sólo durante unos meses.
Bibliografía
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SECO DE LUCENA, L. Los Hammudíes, señores de Málaga y Algeciras. Málaga, 1955.