Monmouth, Jacobo. Duque de (1649-1685).


Hijo ilegítimo del rey Carlos II de Inglaterra, nacido el 9 de abril de 1649 en Rotterdam y muerto el 15 de julio de 1685 en Londres. Tras la muerte de su padre protagonizó una rebelión en contra del legítimo heredero, su tío el rey Jacobo II.

Nacido como fruto de las relaciones extramatrimoniales que mantuvo Carlos II con Lucy Walters, antes de que produjera la Restauración de los Estuardo en Inglaterra, a pesar de que su padre mantuvo una sólida relación con su madre, Jacobo nunca fue reconocido oficialmente como hijo por parte del monarca, aunque fueron conocidos en la Corte los lazos que le unían a éste prácticamente desde su nacimiento. Algunos investigadores sostienen que a pesar de Carlos II aceptó a Jacobo como hijo natural, no fue realmente su padre, puesto que la mencionada Lucy Walters había convivido, antes de iniciar su relación con el monarca inglés, con Robert Sidney, con el cual parece que Jacobo tenía un notable parecido físico.

De este modo a pesar de las dudas que se manifestaron ya en la época sobre su condición de hijo ilegítimo, éste recibió una esmerada educación en Francia y cuando contaba aproximadamente con 13 años, en el año 1662, se trasladó a la corte del rey de Inglaterra, donde se convirtió en el favorito del monarca. Muy pronto Carlos II intentó asegurar el futuro de su vástago, por este motivo apenas un año después de su llegada a la corte (1663), se concertó su matrimonio con Ana Scott, dama escocesa de gran prestigio que ostentaba el título de condesa de Bucceleuch, tras lo cual Jacobo recibió como dote el título de duque de Monmouth y cambió su apellido, siendo desde ese momento conocido como sir Jacobo Scott. Del mencionado matrimonio nacieron 6 hijos, 4 hijos y 2 hijas, los cuales a pesar de que su padre cayó en desgracia años después de su nacimiento, continuaron conservando su elevada posición, gracias a que su madre, nombrada por el monarca duquesa de Bucceleuch, en ningún momento estuvo implicada en las conjuras políticas que llevó a cabo el duque de Monmouth.

Jacobo que desde muy joven dio muestras de poseer una elevada inteligencia y un gran sentido político, muy pronto ambicionó ocupar el trono de Inglaterra, así gracias a su condición de protestante, fueron muchos los que se adhirieron a su causa, ya que el príncipe de Gales, el futuro Jacobo II, había abandonado la Iglesia Anglicana para abrazar el catolicismo y no contaba con las simpatías de importantes personajes de la Corte. Pero a pesar de su gran ambición en un primer momento Monmouth supo disimular sus pretensiones e intentó mostrarse servicial ante su padre, con el propósito de ganarse definitivamente el favor de éste. Así ocupó en el año 1668, cuando contaba con 19 años, el puesto de capitán de la Guardia Real y logró gracias a sus numerosos servicios ser admitido en el Consejo Privado del monarca en el año 1670. Además desde 1672 hasta 1674, durante la Tercera Guerra Anglo-Holandesa, destacó por su gran habilidad en el manejo de las armas, puesto que obtuvo importantes victorias en el continente en calidad de comandante de las tropas inglesas, lo cual le valió el reconocimiento público y años después, en 1678, su ascenso al cargo de capitán general de la Armada Inglesa.

Los años siguientes el prestigio del duque de Monmouth fue en aumento, gracias al importante triunfo que obtuvo ante los presbiterianos escoceses el 22 de junio de 1679, en el puente de Bothwell y sobre todo por las numerosas maniobras políticas que llevó a cabo con la intención de ser nombrado heredero al trono. Así debido a que el rey no contaba con descendencia legítima, Jacobo colaboró para que se extendiera el rumor de Carlos II pretendía divorciarse de su esposa, Catalina de Braganza, para contraer matrimonio con su madre, lo cual fue considerado como un importante paso para su legitimación. Además aprovechando las reticencias que sentía el pueblo hacía el duque de York, Jacobo viajó por toda Inglaterra para recibir el cariño de las clases populares. Pero sin duda su momento de mayor influencia en la Corte se produjo tras el estallido de la llamada Conjuración Papista, ya que Monmouth apoyó firmemente las acusaciones que realizó Tito Oates en contra de los católicos y asumió junto con Ashley Cooper, duque de Shoftesbury, la jefatura del Partido Anticatólico en el Parlamento. Dicho partido si bien en un principio tuvo una notable influencia sobre el monarca, tras demostrarse la falsedad de las acusaciones emitidas en contra de los católicos, fue bloqueado por Carlos II, el cual decidió en septiembre de 1679 excluir de la sucesión al trono al duque de Monmouth, que vio de este modo como su padre ponía freno a su máxima aspiración.

No hay duda de que para Jacobo la negativa de su padre a aceptar su candidatura al trono supuso una gran desilusión, que le llevó a alimentar poco a poco un gran odio hacia él. El resentimiento fue tan grande que le impulsó a desafiar abiertamente a Carlos II, puesto que consideraba que éste había caído bajo la influencia de los católicos. Así agrupó a sus seguidores y a pesar de que continuaba conservando una posición elevada, entre 1682 y 1683 participó junto con Russel y Sidney en el llamado complot de Rye House, que pretendía acabar no sólo con la vida del monarca, sino también con la de su heredero. Descubierta la conspiración por las autoridades, todos los implicados, incluido el duque de Monmouth, fueron conducidos a prisión y tras ser sometidos a juicio fueron ajusticiados, excepto Jacobo, al cual se le perdonó la vida por ser hijo del soberano, aunque su padre decidió expulsarle del reino para evitar nuevas conjuras.

Tras haber caído en desgracia Monmouth abandonó Inglaterra como se le había ordenado en el año 1684 y se refugió en Holanda, donde muy pronto se reunió con los partidarios de su causa que habían conseguido escapar. De este modo cuando en febrero de 1685 recibió la noticia de la muerte de Carlos II y del advenimiento al trono de Jacobo II, el duque había logrado organizar un importante ejército. Así tras proclamarse capitán general de los protestantes planeo el desembarco de sus tropas en Inglaterra y una vez en el país, contando con el apoyo de la pequeña nobleza (gentry), se proclamó rey. Muy pronto sus aspiraciones se vieron truncadas puesto que el ejército que comandaba quedó prácticamente destruido en la batalla de Sedgemoor, celebrada el 6 de julio de 1685.

A pesar de que intentó escapar antes de que la mencionada batalla concluyera, Jacobo de Monmouth fue hecho prisionero por el conde de Feversham y sintiéndose acorralado solicitó audiencia con el monarca para mostrarle su arrepentimiento. Jacobo fue recibido por el monarca días después y en presencia de la Corte intentó justificar su conducta e incluso expresó su intención de convertirse al catolicismo. Pero a pesar de sus súplicas Jacobo II decidió no conceder el perdón a su sobrino, el cual fue decapitado en Londres el 15 de julio de 1685 a la edad de 36 años.

Bibliografía

  • VICENS VIVES, J. Historia general Moderna. Siglos XV-XVIII. (Barcelona, Vicens Vives, 1997).

CGS