Juan Sin Tierra, Rey de Inglaterra (1167-1216).
Rey de Inglaterra, hijo menor de Enrique IIy de Leonor de Aquitania, nacido en 1167 y muerto en 1216. Pese a carecer de propiedades a la muerte de su padre, de ahí le viene su sobrenombre, pronto se hizo con un importante patrimonio, ya que se casó en 1176 con la hija del conde de Gloucester, y en 1185 fue nombrado gobernador de Irlanda.
Desde sus posesiones irlandesas colaboró con su hermano Ricardo en el destronamiento de Enrique II, padre de ambos. Cuando Ricardo ocupó el trono en 1189, recompensó a Juan con numerosos territorios; poco después el nuevo rey marchó al frente de un ejército para unirse a la Tercera Cruzada y dejó a Juan al frente del gobierno. Juan Sin Tierra aprovechó la ausencia para tratar de hacerse con el trono de manera definitiva, lo que le valió numerosos enfrentamientos con el canciller Guillermo de Longchamp. Enterado Ricardo de las conspiraciones de su hermano, cuando regresaba de la Cruzada, herido y habiendo obtenido una victoria pírrica frente a Saladino I, apresuró su vuelta.
Ricardo, que murió en 1199 a causa de las heridas que recibió en la Cruzada, perdonó a su hermano en el lecho de muerte. Juan se apresuró a nombrarse rey de Inglaterra, con la oposición de su joven sobrino Arturo de Bretaña y del rey francés Felipe Augusto, que apoyaba los derechos sucesorios de éste. Estalló la guerra, en la que Arturo contaba, además de con la ayuda francesa, con el apoyo de los territorios dinásticos de los Plantagenet y las posesiones francesas de la corona inglesa. Juan Sin Tierra firmó entonces un tratado con el rey francés en Andelys en 1200, por el cual, Arturo quedaba fuera de la sucesión al trono. A continuación, y una vez asentado en el trono, repudió a su mujer, de la cual no tenía descendencia, y se casó con Isabel de Angulema, lo que le ocasionó un enfrentamiento con Hugo X, conde de la Larca, que buscó el apoyo del rey de Francia para luchar contra Juan.
Arturo de Bretaña, mientras tanto, se había vuelto a sublevar, instigado por Felipe Augusto; Juan marchó contra él, le arrebató Mirabeau, lo hizo prisionero y lo mató con sus propias manos en 1203. Por ello, Felipe Augusto le citó ante el Tribunal de los Pares de Francia, debido a la no comparecencia de Juan, Felipe ordenó que se le desposeyera de todos sus bienes franceses, perdió Bretaña, Anjou, Normandía y Turena. Pero debido al caos que reinaba en Aquitania, pudo hacerse con el domino de la zona, así como con gran parte de Poitou, ya en 1206.
A partir de 1208, tuvo serios problemas con el papa Inocencio III a causa de la oposición del monarca al nombramiento de Stephen Langton como arzobispo de Canterbury. Inocencio procedió entonces a lanzar la interdicción sobre el reino, a la que siguió en 1209 la excomunión del rey. Felipe Augusto se encargó de llevar a cabo la sentencia y con numerosas tropas se dispuso a la invasión de la isla. Juan Sin Tierra, ante el peligro de conquista, se doblegó ante el papado, declarando a su reino vasallo de la Santa Sede, en 1213, lo cual obligó al rey francés a renunciar a sus planes sobre Inglaterra.
Deseoso de vengarse del enemigo francés, llevó a cabo una serie de alianzas con el Imperio, Tolosa, Bolonia y Flandes. Pero esta vez se vio detenido en sus planes por su propio pueblo, cansado de las guerras continuas y los consiguientes impuestos a los que debían hacer frente para sufragarlas, hastiado de los continuos desmanes de su monarca y resentido por la interdicción papal. El malestar se acentuó más tras las derrotas de los aliados en Poitou y Bouvines en 1214. Los barones de Inglaterra se sublevaron junto con el pueblo de Londres, y Juan se vio obligado a firmar la Carta Magna en 1215, entre cuyas exigencias había dos de gran importancia para la historia inglesa: la que prohibía que ningún súbdito podía ser detenido, privado de sus derechos o desterrado sin el dictamen previo de sus iguales en estado, y la que daba el control de los tributos feudatarios y de la ciudad de Londres al Consejo del reino, lo cual suponía un importante recorte de los privilegios regios.
Al poco tiempo, se vio que Juan Sin Tierra tan sólo había firmado este decreto como medida de urgencia para salir de la crisis, pero que no tenía la intención de respetarlo. Y así trató de obtener de Inocencio III la anulación de la Carta, hecho que provocó la guerra civil que se inició en 1215 y duró hasta 1217. Los barones se sublevaron y ofrecieron la corona a Felipe Augusto.
En el transcurso de la guerra, Juan Sin Tierra falleció; dejó a su hijo, Enrique III, un país desolado por los continuos conflictos y en un estado de guerra civil.
JACJ