Izquierdo, Rafael de (1820-1882).


Militar y gobernador español de las islas Filipinas, nacido en Santander en 1820 y fallecido en 1882, que ejerció su mandato entre 1871 y 1873. El gobierno de Izquierdo estuvo marcado por su carácter conservador y las medidas represivas tomadas contra los sacerdotes acusados de la insurrección de 1872, un suceso crucial de cara al nacimiento de un movimiento nacionalista filipino.

Rafael de Izquierdo inició su carrera militar con tan sólo catorce años como cadete del regimiento de infantería de Gerona, unidad con la que participó en la primera guerra carlista. En marzo de 1836 fue herido en la batalla de Urizá, hecho que le valió la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, y al año siguiente de nuevo en el combate de Lecumberri. Estas acciones de guerra le llevaron a alcanzar la graduación de capitán con diecisiete años. Ya con el empleo de coronel sirvió en la campaña de África (1859-1860) y luchó en la batalla de Wad-Ras, a cuyo término fue ascendido al generalato. Después participó en la expedición a Santo Domingo (1864) y de regreso en la Península, apoyó los sucesos revolucionarios de 1868 que culminaron con el derrocamiento de Isabel II. El nuevo gobierno le designó capitán general de Castilla La Nueva; además, fue miembro de la Asamblea que aprobó la Constitución democrática de 1869.

Tras la proclamación de Amadeo de Saboya (1870), el monarca le designó para hacerse cargo de la gobernación de las Filipinas, tarea en la que sustituyó a Carlos Mª De la Torre. Con fama de liberal, el nuevo gobernador procedió a aplicar algunas de las reformas inacabadas por su antecesor, aunque evitando profundizar en aquellos aspectos más conflictivos. Así, en materia educativa procuró dedicar mayores medios para la construcción de escuelas y la retribución de los maestros, pero en cambio dejó pendiente la espinosa cuestión de la secularización. Otras reformas de su mandato se centraron en la mejora de las comunicaciones telegráficas y el servicio de correos, que pasó a ser desempeñado por una compañía privada.

En enero de 1872 tuvo que hacer frente a la insurrección de un destacamento militar nativo en Cavite, que las tropas gubernamentales sofocaron después de dos días de lucha. Pese a no estar claras las razones y los cabecillas de la rebelión, el gobernador Izquierdo estimó que la responsabilidad recaía en algunos de los más prominentes ilustrados filipinos, entre ellos los padres José Burgos, Mariano Gómez y Jacinto Zamora, el doctor Joaquín Pardo de Tavera, o el abogado José Mª Basa. Aunque la mayoría de ellos recibieron condenas de prisión, los tres religiosos fueron encontrados culpables de sedición y ajusticiados en un proceso plagado de irregularidades, por lo que en el futuro serían considerados los primeros mártires de la causa nacional filipina. Este suceso fue aprovechado además por Izquierdo para requerir mayores poderes y poner freno a la presencia de filipinos en la administración civil, la iglesia y el ejército, aunque el gobierno español no accedió a la mayoría de estas peticiones.

Debido a problemas de salud, Rafael de Izquierdo dimitió del cargo y regresó a España el 8 de enero de 1873, siendo sustituido de forma interina por Manuel Mac-Crohon. Escribió la obra Algunas ideas sobre la reorganización del ejército (1869).