Ibrahim I Ibn al-Aglab (800-812).


Fundador de la dinastía aglabí y gobernador de la provincia de Ifriqiyya (actuales Túnez y Argelia) entre los años 800 y 812. Hijo de al-Aglab Ibn Salim, un oficial del ejército abasí del califa Harum al-Rashid y gobernador de Ifriqiyya, en el año 797 obtuvo el gobierno de la región magrebí de Zab. A raíz de la victoria sobre un jefe árabe rebelde al poder del califa de Bagdad, Harum al-Rashid le recompensó en el año 800 con el gobierno hereditario de Ifriqiyya a cambio del pago de un tributo anual y de someterse religiosamente a la autoridad de éste. Ibrahim Ibn al-Aglab aprovechó la condición de semiautonomía de su gobierno y la distancia geográfica que le separaba de Bagdad para atraerse a numerosos partidarios y extender en todas las direcciones su territorio. Así, cuando en el año 809 falleció Harum al-Rashid, Ibrahim Ibn al-Aglab se apresuró a autoproclamarse emir independiente, con lo que dio comienzo a la dinastía aglabita. Ibrahim Ibn al-Aglab estableció su capital en Qairaouan, renovó su adhesión a la ortodoxia sunní, esto es, siguió considerando al califa de Bagdad como su líder religioso, que no político, y restableció la paz en las fronteras tras someter a las belicosas tribus beréberes que todavía no le habían jurado fidelidad. A su muerte, fue sucedido por su hijo Abd Allah Ibn Ibrahim.

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