Góchez Sosa, Rafael (1927-1986).
Poeta, pedagogo y crítico literario salvadoreño, nacido en Santa Tecla el 23 de diciembre de 1927, y fallecido en su ciudad natal el 16 de diciembre de 1986. Padre del narrador Rafael Francisco Góchez, y miembro del célebre grupo literario conocido como Generación Comprometida, está considerado como una de las figuras más destacadas en la evolución de la poesía centroamericana de la segunda mitad del siglo XX.
Inclinado desde muy joven a los estudios humanísticos, pronto empezó a ejercer la docencia en calidad de profesor de Estética y Letras de enseñanza media. Sin embargo, su permanente preocupación por la situación socio-cultural de las clases menos favorecidas de su entorno le impulsó, a finales de los años cuarenta, a abandonar este trabajo para instalarse en Honduras como empleado de las compañías bananeras explotadoras de la zona. Allí conoció -y sufrió en carne propia- las penosas condiciones en que se desarrollaba la vida de esta mano de obra marginal, situación que después denunciaría a través de sus escritos literarios y periodísticos.
De regreso a su país natal, Rafael Góchez Sosa retomó su actividad docente y comenzó a colaborar asiduamente en los principales medios de comunicación salvadoreños. Tras conocer en 1957 a la que habría de ser su esposa (Gloria Marina Fernández, con quien tuvo cuatro hijos), se inscribió en la sociedad de Educadores Tecleños y, en su incesante actividad pedagógica, fundó el Liceo Tecleño, una institución educativa de cuya dirección se hizo cargo hasta que, en 1985, el centro fue clausurado por oscuras razones educativas y sociales.
En su faceta periodística, Góchez Sosa se distinguió también en su ciudad natal por la fundación, a mediados de la década de los años sesenta, del modesto diario local La Noticia, que, tras una breve andadura inicial, fue reeditado en 1976 y continuó saliendo a la calle hasta 1985.
Como poeta, el escritor tecleño irrumpió en el panorama literario de su país en 1959, fecha en la que una composición suya resultó galardonada con el primer premio en los Juegos Florales de Sonsonate. Ya por aquel entonces formaba parte Rafael Góchez de la mencionada Generación Comprometida, un destacado grupo de jóvenes autores salvadoreños que acaparó el interés literario del país en las décadas de los años cincuenta y sesenta. Entre sus componentes, además de Góchez, figuraban algunos creadores de la talla de Roberto Armijo, José Roberto Cea, Waldo Chávez Velasco, Mercedes Durand, Orlando Fresedo, Ítalo López Vallecillos, Álvaro Menéndez Leal, Alfonso Quijada Urías, Eugenio Martínez Orantes, Irma Lanzas, Mauricio de la Selva, Armando López Muñoz, Jorge A. Cornejo, Tirso Canales, Ricardo Bogrand e Hildebrando Juárez. Precisamente en compañía de uno de ellos, José Roberto Cea, publicó Góchez su famosa antología poética titulada Poetas jóvenes de El Salvador (San Salvador, 1960), obra que puede considerarse como el «acta constitucional» de dicha generación de escritores.
Inmerso en esta corriente creativa, Rafael Góchez continuó presente en los principales acontecimientos culturales de su país hasta el mismo momento de su muerte, a pesar de que la violencia dominante en sus últimos años de vida -unida a una grave dependencia del alcohol- casi consiguió apartarlo de los círculos literarios salvadoreños. En la década de los años ochenta fundó el Taller Literario «Francisco Díaz», y fue invitado a participar en el Congreso de la Juventud celebrado en La Habana (Cuba), al que no pudo acudir debido a la delicada situación bélica por la que atravesaba El Salvador.
Entre las obras más sobresalientes de este excelente poeta salvadoreño, resulta obligado citar los títulos siguientes: Luna nueva (San Salvador, 1962), poemario que vio la luz gracias al mecenazgo de Walter A. Soundy; Poemas circulares (San Salvador, 1964), obra premiada con un accésit en los Juegos Florales de Quezaltenango celebrados en 1962; Cancionero de colina y viento (San Salvador: Concejo de Nueva San Salvador, 1966), colección de sonetos prologados por la excelente poetisa Claudia Lars; Voces del silencio (San Salvador, 1967), poemario premiado con un accésit en el Certamen de Ciencias, Letras y Bellas Artes «15 de septiembre», convocado en la ciudad de Guatemala en 1965; Desde la sombra (San Salvador, 1967), libro galardonado con el primer premio en los Juegos Flores de Quezaltenango (Guatemala) de 1967, a los que concurrió bajo el título de Blancos Espejos en la noche gris; Poemas para leer sin música (México, 1971), obra premiada con un accésit en el Concurso Latinoamericano de Poesía convocado por la revista venezolana Imagen en 1969; Los regresos (San Salvador, 1977), poemario distinguido también con el primer premio de los Juegos Florales de Quezaltenango en su convocatoria de 1970; y Los días y las huellas. Además de estos volúmenes impresos, Rafael Góchez Sosa es autor también de dos libros de poemas que aún permanecen inéditos: Marinerías y La rebelión de los números. Diez años después de su muerte apareció una interesante recopilación antológica de su obra lírica, presentada bajo el epígrafe de Esta mueca circular y sola (San Salvador, 1977).
El escritor de Santa Tecla no sólo ha brillado en el panorama literario centroamericano por su espléndida obra creativa, sino que también ha tenido ocasión de mostrarse como un excelente conocedor y difusor de la labor poética de sus compatriotas. Así, además de la oportuna muestra antológica citada anteriormente (Poetas jóvenes de El Salvador), Rafael Góchez Sosa es el responsable de un tratado de crítica histórico-literaria escrito en colaboración con Tirso Canales, y titulado Cien años de poesía salvadoreña. 1800-1900 (San Salvador, 1978).
Bibliografía.
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CAÑAS-DINARTE, Carlos. Diccionario escolar de autores salvadoreños (San Salvador: Consejo Nacional para la Cultura y el Arte [CONCULTURA], Dirección de Publicaciones e Impresos, 1998).
J. R. Fernández de Cano.