Garro Navarro, Elena (1917-1998).


Narradora y dramaturga mejicana, nacida el 11 de diciembre de 1917 en Puebla y fallecida el 22 de agosto de 1998 en Cuernavaca (en el estado de Morelos). Fue una mujer que se comprometió siempre con los más pobres y débiles de la sociedad y dejó escritas algunas de las obras dramáticas más logradas de la literatura mejicana del siglo XX.

Vida

Hija de un ciudadano español y una mejicana, pasó la infancia en Iguala (Guerrero). Estudió en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México y fue bailarina y coreógrafa en el teatro de la universidad. No llegó a terminar la carrera ya que, recién casada con O. Paz, se trasladaron a España en 1937 con el fin de apoyar al bando republicano en plena Guerra civil asistiendo al Congreso de Intelectuales Antifascistas. Regresó a México al año siguiente, donde permaneció hasta que en 1945 viajó a Nueva York para colaborar con el Comité Judío Americano; poco más tarde se reunió en París con su marido, y allí trató a destacados intelectuales de la época, principalmente escritores surrealistas.

Posteriormente ejerció de periodista en México y en Estados Unidos. En 1948 alumbró a su hija Helena. Sus inquietudes le llevaron a mudarse con su familia a Japón en 1951. A su vuelta tres años después, cambió de profesión y comenzó a colaborar como guionista cinematográfica: Sólo de noche vienes y Las señoritas Vivanco, entre otras. Siguió viajando por Europa (Francia, España) y Estados Unidos por mor de su autoexilio, que tuvo su origen a raíz de la revuelta estudiantil de 1968, hasta su definitivo regreso al país natal el 7 de noviembre de 1991.

Obra

Es autora, principalmente, de obras teatrales, cuyos elementos característicos son la sensibilidad, la originalidad, con tendencia a incluir unas dosis de parábola y surrealismo. Como creadora, se dio a conocer en el teatro en 1957, con tres piezas en un acto, aunadas más tarde en un solo volumen, Un hogar sólido. La siguiente obra que consiguió representar fue La señora en su balcón, texto con altas cotas de lirismo. Otras obras destacadas son: La mudanza (1959), El árbol (1963), La dama boba (1964) y La muerte de Felipe Ángeles, basada en hechos históricos de la Revolución mejicana.

Como narradora, escribió dos volúmenes de cuentos (La semana de colores y Andamos huyendo, Lola) y cinco novelas. De éstas, sobresale Los recuerdos del porvenir (Premio Xavier Villaurrutia 1963), que participa de los mismos elementos de su teatro. El «realismo mágico» que copaba el ambiente literario de Hispanoamérica en aquella época impregna también esta novela -así como otras obras suyas-, en la que el protagonista es un pueblecito mejicano que va presentando a sus habitantes de otro tiempo. Siempre tuvo Garro predisposición a contar hechos inverosímiles como si se trataran de hechos completamente normales, y solía aderezarlos con elementos líricos y absurdos. En 1981 se le concedió el premio Grijalbo por Testimonios sobre Mariana. En la década de 1990 se dedicó casi exclusivamente a la novela: Y Matarazo no llamó (1991), Inés (1995), Busca mi esquela (1996) y Revolucionarios mejicanos (1997).

El cuento titulado «La culpa es de los tlaxcaltecas», uno de los más bellos y líricos de Garro, se llevó al cine en 1964.

Se distinguen dos etapas muy diferenciadas en su obra. En la segunda, que tiene su arranque a partir de 1980, hay una propensión a la autobiografía e incluye el segundo volumen de cuentos y varias novelas. Sus angustias vitales, sus frustraciones y sus andanzas quedaron plasmadas en ellas.

La muerte atajó la penuria económica en que vivió los últimos años Elena Garro, pero dejó huérfanos a los 16 gatos que le hacían compañía y de los que proyectaba escribir una biografía.