Fontaine, Jean de la (1621-1695).
Escritor francés, nacido en Château-Thierry (en la región francesa de Champagne) en 1621 y fallecido en París en 1695, que está considerado uno de los grandes genios de la fábula universal, y uno de los poetas franceses más importantes de todos los tiempos. No fue original en los temas y las historias que narró en sus fábulas, ya que adaptó al francés (y a los gustos de su tiempo) las que habían escrito grandes autores del pasado, como el griego Esopo y el poeta latino Fedro.
Vida
Pertenecía a una familia de la clase media acomodada. Su padre era inspector de aguas y bosques, un importante cargo estatal que acabaría desempeñando también el escritor.
Desde joven mostró una gran capacidad intelectual, así como mucho interés por la literatura. Estudió la carrera de Teología, pero no llegó a terminarla, pues no le interesaba demasiado. Luego realizó estudios de Leyes y, al morir su padre, heredó ese cargo de inspector de aguas y bosques de su lugar de nacimiento (Château-Thierry). Pero su intención era ya dedicarse a la literatura.
En 1647, a los veintiséis años de edad, se casó con Marie Héricart, una muchacha de catorce. Pero, deseoso de entrar de lleno en los principales ambientes culturales de Francia, al cabo de once años (1658) abandonó a su mujer y también el cargo de inspector para instalarse en París.
Fouquet, un poderoso político, acogió a La Fontaine bajo su protección y le concedió una pequeña pensión (o sueldo fijo) para que pudiese sobrevivir en París mientras se dedicaba a escribir.
Fue así como La Fontaine se integró por fin en los círculos literarios, se dio a conocer como escritor y se hizo amigo de otros grandes autores del momento. Brilló por sus obras de teatro, sus poemas, sus fábulas y sus cuentos en verso; y también por el ingenio que demostró en los salones literarios.
Al caer en desgracia su protector Fouquet, La Fontaine pasó por grandes dificultades sociales y muchos apuros económicos. Por fortuna para él, era bien visto por importantes damas de la alta aristocracia, duquesas y marquesas que le ofrecieron protección y apoyo económico. Hubiera caído en la miseria sino le hubiera recogido Madamme de la Sablière. Cuando esta señora murió, encontró un asilo igual en casa de Madamme de Bernart.
Alcanzó gran celebridad por sus fábulas, escritas (según el propio La Fontaine) para contribuir a la educación del Delfín.
Pero en su vida hubo tantos momentos felices como episodios desgraciados: además de perder el apoyo de Fouquet, se vio rechazado por el rey Luis XIV y tuvo muchos enfrentamientos con las autoridades religiosas; la Iglesia no aprobó algunos de sus cuentos en verso, porque hablaban de relaciones sexuales.
En cierta ocasión, viéndose en peligro de muerte, hizo las paces con la Iglesia y se arrepintió de lo que había escrito. Fue elegido miembro de la Academia Francesa en 1683, y falleció en París al cabo de doce años.
Obra
Su aportación más original consistió en la presentación de la fábula como el género más adecuado para las enseñanzas didáctico-morales dirigidas a los niños; esto quiere decir que concebía la fábula como el género que mejor permitía transmitir una enseñanza (por eso es didáctico) y una lección de buen comportamiento y buenas costumbres (de ahí lo de moral).
Sus Fábulas aparecieron en tres momentos diferentes: 1668, 1679 y 1694. Eran poemas que La Fontaine había ido escribiendo a lo largo de toda su vida, basándose en otras composiciones de la Antigüedad clásica (Grecia y Roma) y de la Edad Media.
La mayor parte de ellas están dedicadas a los niños, aunque algunas fábulas son también de tema político y buscaban más la atención del público adulto.
Su lenguaje es un prodigio de sencillez y naturalidad. Escribió con gran claridad (ya que pensaba en los niños como lectores u oyentes de sus obras), y supo unir muy bien la parte narrativa (es decir, el puro relato de una historia) con la parte moral (o sea, la parte del poema, generalmente al final, donde se dice lo que está bien o mal).
La Fontaine es recordado actualmente por sus bellas e ingeniosas fábulas, que le sitúan entre los grandes poetas franceses de todos los tiempo. Pero también fue autor de obras teatrales y de otros escritos en verso.
Entre sus piezas dramáticas, cabe recordar las dos comedias El eunuco y El florentino y la tragedia Astrea. Como poeta, destacó por algunas composiciones extensas de tema mitológico, como «Los amores de Psique y Cupido» y «Adonis».
Escribió, además, una obra muy aplaudida en su tiempo: Cuentos y relatos en verso. Era una colección de historias basadas en cuentos y novelas breves de autores italianos del Renacimiento. Trataban temas de amor y erotismo, a veces de forma escandalosa para la mentalidad de la época.