Constancio Flavio Valerio (250-306). El estratega que consolidó el control romano en Occidente
El emperador Constancio Flavio Valerio, conocido comúnmente como Constancio Cloro, desempeñó un papel decisivo en la reorganización y fortalecimiento del Imperio romano durante una de sus etapas más turbulentas. Su vida y gobierno, enmarcados en el complejo sistema de la Tetrarquía, reflejan un equilibrio entre habilidad militar, pragmatismo político y moderación religiosa. Como césar y posteriormente augusto, logró sofocar rebeliones, asegurar fronteras y preparar el terreno para el ascenso de su hijo, Constantino, uno de los emperadores más trascendentales de Roma.
Orígenes y contexto histórico
Nacido en el año 250 d.C. en el Ilírico, Constancio procedía de una familia con conexiones imperiales: su padre, Eutropio, contrajo matrimonio con una sobrina del emperador Claudio el Gótico. Su carrera militar se forjó durante el mandato de Caro, un emperador cuyo corto pero activo reinado proporcionó a Constancio la oportunidad de destacar como protector tribunus y praeses Dalmatiarum.
En el año 282, tras derrotar a los sármatas, se le asignó el gobierno de Dalmacia. Su ascenso continuó en el 288, cuando el emperador de Occidente, Maximiano, le otorgó la prefectura del Pretorio. Su vínculo con Maximiano se consolidó al casarse con su hija Teodora, tras divorciarse de Helena, madre de su hijo Constantino.
Logros y contribuciones
En el año 293, Constancio fue adoptado por Maximiano y nombrado césar dentro del sistema de Tetrarquía instaurado por Diocleciano. Este sistema consistía en la división del gobierno imperial entre cuatro emperadores: dos augustos (principales) y dos césares (adjuntos), quienes compartían la administración del vasto Imperio. A Constancio se le asignaron las regiones occidentales: Galia, Britania e Hispania, aunque fuentes como Lactancio sugieren que Hispania pudo haber quedado bajo la autoridad de Maximiano.
Constancio Cloro demostró ser un militar eficaz y un líder estratégico. En 293 atacó al usurpador Marco Aurelio Carausio, quien había establecido un gobierno independiente en Britania y parte de la Galia. Capturó Gesoriacum (Bolonia) y, tras la muerte de Carausio, se enfrentó a su sucesor Allecto, derrotándolo en el 296 y devolviendo Britania al control imperial.
Otro de sus logros fue el reforzamiento de la frontera del Rin. Las defensas diseñadas por Constancio en el limes renano permitieron frenar con éxito las incursiones de los alamanes, vencidos en la batalla de Vindonisa.
A pesar de estar dentro de un gobierno que impulsó la persecución religiosa, Constancio adoptó una postura relativamente tolerante hacia los cristianos, alineándose con su preferencia por el culto solar y visiones monoteístas. En Galia y Britania, las persecuciones se limitaron a actos simbólicos como la quema de iglesias, evitando medidas más drásticas.
Momentos clave
A lo largo de su vida, Constancio protagonizó varios eventos significativos que marcaron la historia del Imperio romano:
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282 d.C.: Victoria contra los sármatas y designación como gobernador de Dalmacia.
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288 d.C.: Nombramiento como prefecto del Pretorio bajo Maximiano.
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293 d.C.: Proclamación como césar en el sistema tetrárquico.
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293-296 d.C.: Campañas contra Marco Aurelio Carausio y Allecto en Galia y Britania.
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296 d.C.: Recuperación de Britania para el Imperio.
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305 d.C.: Ascenso a augusto tras la abdicación de Diocleciano y Maximiano.
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306 d.C.: Muerte en Elboracum durante una campaña contra pictos y caledonios.
Estos momentos evidencian su capacidad como líder militar, administrador y estratega político.
Relevancia actual
La figura de Constancio Cloro sigue siendo clave para comprender el periodo de transición del Bajo Imperio romano. Su papel dentro de la Tetrarquía es vital para analizar cómo se intentó organizar el poder en un momento de inestabilidad interna y amenazas externas. A diferencia de otros emperadores más autoritarios o religiosos, Constancio se destacó por su pragmatismo y equilibrio, tanto en lo político como en lo religioso.
Además, su legado está íntimamente ligado al ascenso de su hijo, Constantino, quien marcaría el inicio de una nueva era para Roma, con la legalización del cristianismo y el establecimiento de Constantinopla como capital imperial. La proclamación de Constantino por parte de las tropas tras la muerte de Constancio en Elboracum subraya la popularidad y autoridad que había alcanzado entre sus legiones.
La estructura gubernamental que ayudó a consolidar, con el reparto de poderes administrativos, serviría de modelo para posteriores experimentos de co-gobierno en otros imperios. Su moderación en las políticas religiosas también prefigura un cambio de actitud que se concretaría con el Edicto de Milán en tiempos de su hijo.
Bibliografía
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MCN Biografías, 2025. "Constancio Flavio Valerio (250-306). El estratega que consolidó el control romano en Occidente". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/constancio-flavio-valerio-emperador-de-roma [consulta: 25 de junio de 2025].