Chandler, Raymond (1888-1959).


Escritor norteamericano, nacido en Chicago (Illinois), el 23 de julio de 1888, y muerto en La Jolla (California), el 26 de marzo de 1959. Habiendo bebido de las fuentes de maestros como Dashiell Hammett, fue el creador de la novela negra e introdujo los elementos de la literatura dentro de la tradicional novela policíaca de misterio e intriga. Algunos de sus títulos más famosos son: Adiós, muñeca, La hermana pequeña o El largo adiós, entre otros. Fue escritor de guiones cinematográficos para los grandes estudios de Hollywood.

El simple arte de matar (1)

En uno de sus escritos, Chandler dice: «Algunos piensan que la menor distancia entre dos puntos va de una rubia a una cama». (2) De esa forma, usando su extraordinario sarcasmo, nos muestra la facilidad con que la gente reduce todo a una suerte de dos más dos, y como en un espejo deformante, nos enfrenta a lo mediocre y fútil de nosotros mismos. Así mataba Chandler, con esa sencillez de escritura que hacía que cada palabra suya fuera como el disparo de un 38 largo en el cielo de la boca.

A veces, con un dejo de tristeza, avanzaba tanto en la procaz desnudez de los ambientes acomodados del Hollywood de los años 40, que se detenía como a vomitar. Luego, habiendo bebido su Gimlet y fumado su vaya-a-saber-el-número-de- cigarrillo, se tocaba el ala del sombrero oscuro y a modo de despedida decía, o hacía decir, que no es lo mismo pero es igual: «Hasta la vista, amigo. No le digo adiós. Se lo dije cuando tenía algún significado. Se lo dije cuando era triste, solitario y final». (3) Y saliendo por la puerta batiente del bar nos dejaba con la conciencia tan hundida que no sabíamos cómo volver a remontarla.

Aquéllos que lo descubrimos como él descubrió la fama, un poco tarde, sabemos que nadie nos hará sentir el frío de la soledad como él; nadie nos hará temblar de impaciencia y de asombro como él; nadie nos enfrentará a la cruda realidad de la noche de cualquier ciudad como él. Es, matando, el mayor hacedor de vidas que hayamos conocido nunca.

Este hombre, ejecutivo de una empresa petrolera que fue despedido cuando había cumplido los cuarenta y un años, que tuvo que enfrentarse a escribir o morir de hambre, autor de guiones cinematográficos a quien había que encerrar en su mísero despacho del estudio de cine para que no escapara a emborracharse, fue el creador de la novela negra que nos ha llenado de estupor y malicia, de palizas y drogas, de corrupciones y secuestros, de prostitutas y calles que brillan en la oscuridad de la noche. Pero, sobre todo, este hombre, este Raymond Chandler, nos ha llenado de literatura.

Los problemas son mi negocio (4)

Nacido en Chicago (Illinois), el 23 de julio de 1888, era hijo de Maurice, o Benjamín, (5) Chandler, un ingeniero civil norteamericano de Filadelfia, y de Florence Dart Thornton, una irlandesa de Waterford.

A los siete años sus padres se divorciaron y su madre se lo llevó con ella de regreso a Inglaterra. Chandler jamás volvió a ver a su padre.

Entró como alumno externo en el Dulwich College y a los diecisiete años abandonó el colegio para marcharse a vivir al continente, así pasó un año entre París y Berlín: en la capital de Francia, en una escuela, y en Alemania bajo la tutela de un profesor. Hablaba perfectamente alemán y francés.

En su época de estudiante no demostró un talento especial para la literatura. Según él mismo confiesó: «Compuse mi primer poema a los diecinueve años y tengo la fortuna de no poseer una copia. Supongo que podía haberme convertido en un buen poeta de segunda fila, aunque eso no es ninguna cosa extraordinaria: poseo la clase de cerebro capaz de ser un buen segundón en cualquier campo, y sin mucho esfuerzo». (6)

A petición de su tío preparó unas oposiciones para ingresar al Ministerio de Marina, cosa que finalmente consiguió pero que abandonaría a los seis meses, motivo por el que, ante el estupor y la ira de su familia, decidió desaparecer a Bloomsbury. Allí vivió como periodista freelance, trabajando para The Academy, The Westminster Gazette, y The Spectator. Hizo críticas de libros, algunos ensayos y publicó versos, pensamientos y hasta frases recortadas de publicaciones extranjeras. Algunos cuentos cortos fueron publicados por The Westminster Gazette, la mayoría de ellos de carácter satírico.

En 1912 regresó a los Estados Unidos. En 1914 se alistó en la Primera División Expedicionaria Canadiense y más tarde es asignado a la RAF, pero no llegó a terminar su adiestramiento cuando se declaró el fin de la Primera Guerra Mundial. Volvió a Norteamérica en 1919 y fijó su residencia en California, con su madre. Trabajó en casi toda clase de empleos, (recolector de albaricoques, trenzador de cuerdas para raquetas de tenis, aparca coches…) y se dedicó a aprender contabilidad por su cuenta. Con su nueva profesión comenzó a ganar dinero en cantidades importantes al trabajar para empresas pequeñas pero muy prósperas, lo que le reportaba libertad y buenos ingresos.

En 1924, a la muerte de su madre, se casó con Pearl Cecily Bowen (Cissy). Ella había nacido con el apellido Hurlburt, se había casado dos veces antes de conocer a Chandler y era diecisiete años mayor que él. A partir de entonces comienza una época de prosperidad que se verá interrumpida por la depresión de 1929. Chandler había ascendido hasta el puesto de director de una empresa petrolera, pero perdió su empleo cuando la empresa quebró. Mientras superaba la depresión que le significaba aquella nueva realidad (no olvidemos que tenía, entonces, 41 años), comenzó a interesarse por la lectura de una revista que circulaba con bastante éxito: se llamaba Black Mask y era una publicación dedicada a los relatos policiales de crimen y misterio. Chandler quedó impresionado por algunos de los relatos que leyó en Black Mask, y se decidió a escribir ficción. Tardó cinco meses en escribir su primer cuento Los chantajistas no matan, y lo vendió a la revista por 180 dólares. A este cuento le siguen otros como El denunciante y Pasarse de listo e, inmediatamente, aparecen Gas de nevada, Sangre Española y Asesino en la lluvia. Así fueron apareciendo: Peces de colores, Tiroteo en el Club Cyrano, El hombre que amaba a los perros y El Telón. Chandler empezó a utilizar sus cuentos para transformarlos en novelas. A este trabajo lo llamaba «canibalizar sus relatos».

El sueño eterno, su primera novela, fue concebida y escrita en tres meses. Parecía que todo estaba allí y solo había que abrir un grifo para que las historias saliesen como despedidas.

En 1943 fue contratado en Hollywood para trabajar con Billy Wilder. Escribió Perdición y El porvenir es nuestro; se publicaron La Dama del Lago, novela, y el ensayo El simple arte de matar.Chandler se convirtió entonces en uno de los escritores más solicitados por los estudios y Trabajó en ellos durante un tiempo más pero, decepcionado y harto, abandonó Hollywood y se afincó en La Jolla (California). Ya había publicado Escritores en Hollywood, uno de los ensayos más agudos y mordaces sobre la vida de un creador bajo contrato en los grandes estudios de cine norteamericanos.

Entre 1939 y 1954 escribió la mayor parte de sus trabajos. Algunos de ellos son las novelas El sueño eterno, La hermana pequeña, Adiós muñeca, La ventana alta y La dama del lago, y los cuentos y ensayos Viento rojo, El rey de amarillo, Bay City Blues, Una pareja de escritores y el simple arte de matar.

En 1954 falleció Cissy. Raymond Chandler ya no podía salir de su tristeza, vive prácticamente alcoholizado y, aunque escribe el relato Verano Inglés y los primeros capítulos de La historia de Pooddle Springs, no resiste estar sin aquélla que, según sus palabras: «Durante treinta años, diez meses y cuatro días, fue la luz de mi vida, mi única ambición. Todo lo demás que hice no fue más que fuego para que ella se calentara las manos». (7)

Raymond Chandler murió en La Jolla el 26 de marzo de 1959. El Times de Londres, en su nota necrológica, dijo de él: «Sin duda alguna, su nombre quedará entre la docena escasa de escritores de misterio que además fueron innovadores y estilistas; que, excavando en la veta vulgar de la ficción policíaca, lograron extraer el oro de la literatura.»

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  • Literatura de Estados Unidos de América.

Referencias

1: Ensayo. Editorial Bruguera. Barcelona, 1980.2: Prólogo de Raymond Chandler a El simple arte de matar. Barcelona. Ed. Bruguera, 1980.3: Palabras de Philip Marlowe en El Largo Adiós. Raymond Chandler. Ed. Seix Barral. Barcelona, 1985.4: Relato. Editorial Corregidor. Buenos Aires, 1974.5: Los diferentes investigadores no se ponen de acuerdo con el nombre de pila del padre de Chandler.6: Nota de Raymond Chandler en The Twentieth Century Author`s Supplement. Chandler por sí mismo. Pág. 16. Ed. Debate. Madrid, 1990.7: Carta de Raymond Chandler a Hamish Hamilton. O.cit. Pág. 27.

Bibliografía

  • GARDINER, D. y WALKER, K.- Chandler por sí mismo. Madrid. Ed. Debate, 1990.

  • CHANDLER, R.- Cartas y escritos inéditos. Buenos Aires. Ed. de la flor. 1976.

  • SORIANO, O.- Triste, solitario y final. Buenos Aires. Ed. Corregidor, 1974.

  • CHANDLER, R.- El simple arte de matar. Barcelona. Ed. Bruguera, 1980.

  • MAC SHANE, F.- La vida de Raymond Chandler. Barcelona. Ed. Bruguera, 1977.