Jacint Andreu (s. XVII). El galenista clínico que marcó la medicina española desde Barcelona

Jacint Andreu fue una figura clave de la medicina española del siglo XVII, cuya obra y trayectoria ayudaron a preservar la tradición galénica en una época de profundas tensiones entre la medicina clásica y los primeros brotes de renovación científica. Aunque no abrazó las nuevas corrientes médicas que comenzaban a gestarse en Europa, su enfoque clínico riguroso y su extensa labor docente dejaron una huella significativa, especialmente en la Universidad de Barcelona. Su legado quedó plasmado en una obra singular, la Practica Gotholanorum, que compendia no solo su experiencia médica, sino también su visión racionalista de la ciencia médica.

Orígenes y contexto histórico

Jacint Andreu nació en Hostalrich (Gerona), en una fecha que los documentos históricos no han logrado precisar con exactitud. Lo que sí se sabe es que murió en Barcelona en algún momento posterior a 1678, año en que publicó su obra principal.

La Universidad de Barcelona, donde Andreu se formó como médico y posteriormente ejerció como catedrático, no era en aquel entonces un centro de alto prestigio en el ámbito europeo. Sin embargo, en un contexto generalizado de decadencia académica en España durante el siglo XVII, dicha universidad alcanzó un cierto relieve gracias a figuras como la suya.

La época que le tocó vivir estuvo marcada por el conflicto entre las doctrinas médicas tradicionales y las nuevas corrientes químico-experimentalistas que comenzaban a emerger desde Europa central. Frente al espíritu innovador que representaban algunos de sus contemporáneos, Andreu optó por una defensa férrea del galenismo, basando su práctica en la observación clínica y la experiencia empírica, con escasa o nula apertura hacia los aportes de la alquimia o la medicina química.

Logros y contribuciones

Durante veinticuatro años (1653-1677), Jacint Andreu ocupó la prestigiosa cátedra de prima en medicina de la Universidad de Barcelona. Este cargo no solo lo situó en el centro de la enseñanza médica de su tiempo, sino que le permitió ejercer una influencia notable en la formación de nuevos médicos. Entre sus discípulos destaca Joan d`Alòs, quien sí mostró una actitud más receptiva hacia la medicina moderna.

A pesar de su rigidez doctrinal, Andreu no se mostró como un crítico agresivo de las corrientes emergentes. Su rechazo al uso de medicamentos químicos queda bien ilustrado en su afirmación: «¡Ojalá esta pestilente epidemica plaga de químicos fuera desterrada de toda España!» Sin embargo, no se dedicó a la polémica ni a escribir tratados de refutación como hicieron otros galenistas más intransigentes. En cambio, apostó por la observación clínica desde una óptica racional, heredera del Hipócrates hipocratista y del método de Galeno.

La Practica Gotholanorum

Su principal obra, la Practica Gotholanorum, fue publicada en 1678 y representa el compendio de toda una vida dedicada a la medicina. El libro está estructurado de manera didáctica y sistemática, comenzando con un tratado titulado De dignotione et praedictione, donde se exponen principios diagnósticos y pronósticos según las bases de la medicina racional.

El cuerpo principal de la obra consiste en un compendio de enfermedades clasificadas “a capite ad calces” (de la cabeza a los pies), una estructura clásica en la medicina de la época. Las descripciones clínicas son claras y concisas, muchas basadas directamente en sus observaciones personales. Entre estas, destaca especialmente la primera exposición detallada del tétanos neonatal, un aporte pionero que da cuenta de su capacidad observacional y su experiencia como médico clínico.

Momentos clave

El recorrido profesional de Jacint Andreu está marcado por varias etapas fundamentales:

  • Formación en la Universidad de Barcelona: Base académica en una institución que comenzaba a destacar.

  • 1653-1677: Ocupa la cátedra de prima, influyendo en varias generaciones de médicos.

  • Médico de cámara del príncipe Juan José de Austria: Esta posición le permitió entrar en contacto con los núcleos de poder donde comenzaban a surgir ideas renovadoras en el ámbito científico.

  • 1678: Publicación del Tomus primus de la Practica Gotholanorum, obra cumbre de su carrera.

Relevancia actual

Aunque la figura de Jacint Andreu no es tan conocida como la de otros médicos europeos de su tiempo, su legado resulta fundamental para comprender la evolución de la medicina en la España del Siglo de Oro. Fue uno de los últimos representantes de una tradición que, aunque eclipsada por los avances científicos posteriores, fue crucial en el tránsito hacia una medicina más empírica y menos doctrinaria.

Su obra se estudia hoy como ejemplo de cómo el galenismo pudo convivir, al menos temporalmente, con los primeros signos de modernización en la ciencia médica. Además, su descripción clínica del tétanos neonatal lo posiciona como pionero en este campo específico, aportando conocimientos fundamentales que, con el tiempo, serían desarrollados por la medicina moderna.

También es relevante su papel como educador y transmisor de la tradición médica, una función esencial en una época en que los tratados antiguos todavía constituían el principal corpus formativo de los médicos. En ese sentido, su figura permite entender mejor la transición entre la medicina medieval-renacentista y los primeros pasos del pensamiento médico moderno.

Legado bibliográfico

Jacint Andreu dejó como legado impreso el primer volumen de su obra:

  • Practicae Gotholanorum, por curandis humani corporis morbis, descriptae juxta medicinae rationalis leges, quas posteris commendatas reliquerunt lucidiora antiquitatis luminaria Hippocrates, et Galenus, Tomus primus, Barcelona, F. Cormellas, 1678. Reeditado en Barcelona, V. Suriá, 1704.

Además, su vida y obra han sido objeto de estudios por parte de historiadores de la medicina:

  • HERNÁNDEZ MOREJÓN, A.: Historia bibliográfica de la medicina española, 7 vols., Vda de Jordán e hijos, 1842-1852, volumen VI, pp. 99-101.

  • ELZEVIRIANA, I.: Bibliografía Medical de Catalunya, Barcelona, 1918, pp. 22-23.

  • LÓPEZ PIÑERO, José María: Ciencia y técnica en la sociedad española de los siglos XVI y XVII, Barcelona, Labor, 1979.

  • LÓPEZ PIÑERO, J. M.: «Tradició i renovació en la ciència mèdica». En: Història de la cultura catalana, Vol. II. Renaiximent i Barroc, Segles XVI-XVII, (Barcelona, Edicions 62, 1998, p. 33-36).

La figura de Jacint Andreu permanece como testimonio de una época de transición, donde la fidelidad a los grandes maestros de la antigüedad convivía con los primeros destellos de un pensamiento científico nuevo, aún en formación. Su vida y obra son un fiel reflejo de ese equilibrio inestable entre tradición y modernidad que caracterizó a la medicina española del siglo XVII.