Amenemhat II, Rey de Egipto (1932-1895 a.C.)


(Imn-m-hat) Tercer rey de la XII dinastía egipcia, hijo y sucesor de Sesostris I, quien en los dos últimos años de su vida lo había asociado como corregente, participando en aquel tiempo en una expedición pacífica a Nubia, dirigida por Ameny, el nomarca de El Oryx. Aunque se dispone de poca información sobre su reinado (Manetón, que lo llama Ammanemes, evalúa la duración de su gobierno en 38 años), se sabe que continuó la política de su padre, tanto interior (mantenimiento de los nomarcas en sus cargos, algunos muy poderosos, como Khema, Djehutyhotep y Hapidjeta) como exterior (relaciones con Siria y con Nubia) y que prosiguió con las mejoras agrícolas (zona de El Fayum) y mineras (explotación de nuevos yacimientos en el Sinaí), reportando todo ello una gran prosperidad al país. Una estela en el Uadi Gasus (costa del Mar Rojo), fechada en el año 28 de su reinado, registra una expedición al País de Punt. Asimismo, mantuvo contactos económicos con la costa fenicia (Biblos) y con Siria, a deducir del tesoro hallado en los cimientos del Templo de Montu, en Tod, compuesto por artículos de artesanía mesopotámica y egea, lingotes de oro y plata, perlas, vasijas de plata, cilindro-sellos y amuletos de lapislázuli babilónicos, encerrados en cuatro arquetas de bronce con las cartelas de Amenemhat II (su nombre neswt bity fue el de Nebkaure), tesoro que sería enviado a Egipto como ofrenda al dios por el gobernante de Biblos o como tributo. La presencia egipcia se testimonia también en Mishrifé y en Megiddo, en donde se han descubierto cuatro estatuas del nomarca menfita Djehutyhotep. Al final de su vida asoció al trono como corregente a su hijo Sesostris II. Entre sus hijas, tenidas de sus esposas Keminebu y Neferu, cabe citar a Ita, cuyo nombre ha llegado escrito en una esfinge localizada en Katna (Siria), a Khenemet, Sathathor, Mennebi y Diefsebat. Amenemhat II hizo construir su pirámide en Dashur («Pirámide blanca»), siguiendo el modelo que su padre había ordenado diseñar en El-Lisht. No ha llegado ninguna imagen del rey, ni siquiera alguna de las 15 estatuas que ordenó erigir en su templo funerario.