Akhila o Achila II (700-715): El Rey Visigodo que luchó por la supervivencia del Reino

Akhila o Achila II, rey visigodo de España entre los años 700 y 715, ocupa un lugar crucial en la historia del reino visigodo, cuya caída llegó con la invasión musulmana. Hijo de Witiza, Akhila ascendió al trono en circunstancias difíciles, pues la muerte de su padre en 710 dejó al reino sumido en un periodo de guerra civil. La disputa por la sucesión entre Akhila y el noble Rodrigo (Roderico) marcaría el destino de los visigodos y contribuiría a la disolución del reino ante la invasión musulmana.

Orígenes y Contexto Histórico

Akhila nació en un contexto de creciente inestabilidad para el reino visigodo. Su padre, Witiza, había sido rey de los visigodos, pero al fallecer en 710, dejó una sucesión no aclarada. Witiza había designado a sus hijos como sucesores, pero el concilio de nobles y prelados eligió a Rodrigo como nuevo rey, lo que provocó una guerra civil. Esta lucha fratricida entre las facciones de los seguidores de Rodrigo y los de los hijos de Witiza se prolongó por varios años, debilitando el reino visigodo justo en el momento más crítico.

Rodrigo controlaba la mayor parte del territorio, incluida la ciudad de Toledo, pero en el otro bando se encontraban Akhila y sus partidarios. Entre estos estaban el obispo de Sevilla, Oppas, hermano de Witiza, y Segisberto, un antiguo desterrado que se había levantado contra la corona. La lucha interna continuó con fuerza hasta que, en la primavera de 711, Akhila y sus seguidores sufrieron una derrota decisiva.

La Alianza con los Musulmanes

A principios de 711, mientras se gestaba la revuelta en el norte de España, en las cercanías de Pamplona, Rodrigo reunió su ejército para sofocar la rebelión. Sin embargo, durante este período de distracción, el conde Julián y el obispo Oppas decidieron pactar con los musulmanes. Fue una decisión que cambiaría el curso de la historia: los dos líderes visigodos se unieron al comandante musulmán Tarik ben Ziyad, quien contaba con el apoyo del califa de Damasco, para invadir el reino visigodo.

Tarik desembarcó en Gibraltar en mayo de 711 con un ejército de 12,000 hombres, dispuesto a aprovechar la guerra civil y la debilidad del reino visigodo. Junto con él llegaron el conde Julián y el obispo Oppas, que aspiraban a devolver el trono a los hijos de Witiza, aunque se sospecha que también perseguían sus propios intereses.

La Batalla de Guadalete

La batalla de Guadalete, librada entre el 19 y el 26 de julio de 711, marcó el principio del fin para el reino visigodo. A pesar de que Rodrigo contaba con un ejército de más de 100,000 hombres, la batalla terminó en una derrota decisiva. Numerosos nobles visigodos abandonaron a su rey durante el combate, pasando al bando de los seguidores de Witiza, lo que reflejaba que muchos veían el conflicto más como una lucha dinástica que como una defensa del reino ante la invasión musulmana.

La derrota en Guadalete abrió el camino para la expansión musulmana por la península ibérica. Tarik, viendo la situación de descomposición interna del reino, decidió no cumplir su pacto con Akhila. En lugar de eso, proclamó su dominio sobre las tierras que había conquistado en nombre de su califa, y ofreció a Akhila una compensación a cambio de la renuncia definitiva al trono.

La Resistencia de Akhila

A pesar de las ofertas de los musulmanes, Akhila no cedió ante el pacto de rendición. Refugiado en la ciudad de Narbona, en el sur de lo que hoy es Francia, y tras la muerte de Rodrigo, Akhila se autoproclamó rey de la Narbonense y de la Tarraconense, dos regiones que aún resistían el avance musulmán. Gobernó en estos territorios hasta su muerte en 715.

Su reinado, aunque breve, fue simbólicamente importante en la lucha por la supervivencia de los visigodos. Durante su mandato, Akhila acuñó monedas en su nombre en ciudades como Narbona y Tarragona, lo que demuestra el control que aún mantenía en algunos territorios. Sin embargo, su reinado también presenció la decadencia de los visigodos, que se encontraban ya en una posición de debilidad insostenible frente a los invasores musulmanes.

La Sucesión y la Caída del Reino Visigodo

Tras la muerte de Akhila en 715, su hermano Ardón (Ardabasto) lo sucedió en el trono, pero su reinado fue igualmente efímero. Ardón gobernó hasta el año 720, cuando las fuerzas musulmanas avanzaron aún más en la península, culminando en la famosa batalla de Poitiers, en la que se selló la caída definitiva del reino visigodo. La resistencia visigoda fue incapaz de detener el avance musulmán, y el reino que había existido por siglos desapareció, dando paso a la expansión del dominio islámico en la península ibérica.

Akhila es recordado como uno de los últimos monarcas visigodos que intentó luchar por la preservación de su reino ante los desafíos internos y externos. A pesar de sus esfuerzos, la fragmentación del poder y la llegada de nuevos actores, como los musulmanes, marcaron el fin de una era en la historia de España.

Relevancia Actual

Hoy en día, Akhila y su época siguen siendo objeto de estudio para los historiadores que buscan entender los últimos años del reino visigodo y los factores que contribuyeron a su caída. Su figura es recordada en los contextos de la historia medieval española, especialmente en relación con las luchas dinásticas que precedieron la invasión musulmana. Aunque el reino visigodo se desintegró, la influencia de Akhila en las regiones que gobernó perdura en los vestigios históricos y las monedas acuñadas durante su reinado.

A pesar de que el reino visigodo ya no existe, las luchas internas y las alianzas forjadas en ese tiempo siguen siendo un tema fascinante de estudio para quienes desean entender la complejidad política y social de la España medieval.

En resumen, Akhila o Achila II representa una figura clave en los últimos años de la monarquía visigoda. Su resistencia y su intento por conservar el reino ante los desafíos de la guerra civil y la invasión musulmana son testamentos de la compleja historia de España durante el periodo de transición entre la Antigüedad y la Edad Media.